El primer tropiezo de los morenistas en el arranque de sus funciones está en querer mostrase más pejistas que el Peje. En la búsqueda por emularlo, terminan copiando sus pasos y poses. De ahí que la diputada local de Morena, Francisca Abelló Jordá meta en el mismo costal a todos y afirme tajante: “la prensa se fue con los priistas”. Igual Jesús Estrada, Alcalde de Culiacán, retoma el discurso maniqueo y dice sin distingos: “pueden decir misa si quieren, no puede ser posible que sigan negando lo que están viendo”.
En tiempos en que la ciudadanía ajena a la grilla espera un viraje en el comportamiento de la clase política, los morenistas gastan su pólvora en infiernillos. Caen en el juego perverso del PRI, que ya demostró que no será una oposición seria, les tienden las trampas más ingenuas y los morenistas caen redonditos.
Chapman mueve la sesión de cabildo a la Villa de Ahome; Estrada a la calle —y sí hubo un caos vial por cerrar la Obregón—; Benítez, el Químico, hace una verbena popular. Es curioso que todos en lugar de una escueta y republicana sesión de cabildo optaran por el estruendo, la movilización, las porras… en lugar de ponerse rápidamente a trabajar, antepusieron la fiesta, los honores.
En la generalidad los morenistas no plantan los dos pies en tierra firme. Siguen pensando que pueden volar. Mandan mensajes rabiosos y se van desconectando, no de quienes fueron sus adversarios en campaña, sino con los ciudadanos de a pie, con quienes votaron por ellos sin conocerlos. Ese sería el primer mandamiento que debieran tatuarse en la cabeza: no me engañaré, no gané yo, fue el Peje. Pero se requiere un acto de humildad inconcebible en la etapa de asumir el poder.
Es natural en un movimiento político de esta naturaleza que todos quieran parecerse al líder, al mentor. Pierden de vista que funcionó en algún momento, y en esta etapa el discurso se desgastó, no aplica siendo gobierno. Peor todavía de que ningún ciudadano espera una tierra de pejitos, donde cada Alcalde y diputado trate de ser un duplicado del líder. Nada más lejos de eso.
Ahora, tienen todos un sustento innegable: votó una mayoría desbordante por ellos y eso provoca entusiasmo. Arrancan todavía con un capital político que necesitan cuidar como si se tratara de oxígeno bajo el agua. Aunque hasta ahora se han encargado justamente de dilapidarlo. Se revelan erráticos, sin un plan claro, y lamentablemente sin mostrar las iniciativas prioritarias para cada zona de trabajo que les tocó.
Más temprano que tarde se darán cuenta los nuevos diputados y Alcaldes, y el mismo Andrés Manuel López Obrador, que se necesitan más que ganas para cumplir con programas de gobierno. Más que rectitud personal para combatir la corrupción. Más que buenas ideas para resolver problemas. Y al mismo tiempo, menos buenas ideas para problemas que no existen, soluciones que ya se dieron.
Lo menos que tienen es tiempo, especialmente los nuevos Alcaldes. Con municipios atascados, pobres e inseguros, se requieren acciones cada día. Y a veces la solución no está en la destrucción de lo que ya está, sino en el cambio de una pieza pequeñita en el engranaje.
Margen de error
(Cadáveres) Ni Benítez, en Mazatlán, ni Estrada Ferreiro en Culiacán llegaron con los segundos de abordo que inicialmente anunciaron. Alejandro Camacho y Lucas Lizárraga se quedaron en el camino por circunstancias distintas. En los dos casos fueron un puntal en la campaña.
Otra enseñanza a los morenistas son los cadáveres políticos que se van dejando en el ejercicio del poder. Y es apenas el inicio, la política es también el arte de ir perdiendo amigos. En la selección de los colaboradores también proyectarán mucho su estilo los nuevos alcaldes, y esa es una de las decisiones principales en un periodo tan corto donde no se puede llegar a aprender.
Mirilla
(Chapo) La expectativa por el juicio de Joaquín Guzmán podría desvanecerse como la bruma neoyorquina. Fueron los Estados Unidos quienes elevaron al Chapo a condición de mito, de Enemigo Público número 1, y ahora son ellos mismos quienes prefieren un arreglo con el capo sinaloense que un largo juicio.
Como dijo el periodista y escritor Ioan Grillo a Ríodoce en una nota firmada por Miguel Vega: no conviene a ninguno de los dos países el juicio, porque al final terminaría por ventilarse información que comprometería a funcionarios de alto nivel, incluso a toda la política antidrogas.
El Chapo está ahora en el corazón de los Estados Unidos, pero es como un absceso con el que no encuentran qué hacer. Sacarle toda la pus podría ser contraproducente, dejarlo como está no es alternativa.
Lo más remoto es que el juicio se desarrolle, los fiscales presionan al Chapo para que llegue a un acuerdo, una salida airosa para todo el sistema de justicia estadounidense. Por otro lado, el juicio al Chapo podría ser la oportunidad para concluir esta larga etapa de la guerra contra las drogas que los mismos Estados Unidos iniciaron hace medio siglo.
Primera cita
(Encuentro) Quirino Ordaz no fue incomodado en exceso en los actos de toma de protesta de los nuevos Alcaldes. Por el contrario, se le amoldó todo para no llamar la atención en exceso y concentra a todos en los nuevos Alcaldes.
Lo que sigue será distinto. La convivencia del gobernador con las nuevas autoridades municipales apenas empieza, y aunque los Alcaldes tienen el respaldo del Congreso estatal y hasta de la presidencia por ser del mismo partido. Aun no se dan las definiciones de cómo será esa relación entre gobernador y alcaldes (PUNTO)
Columna publicada el 4 de noviembre de 2018 en la edición 823 del semanario Ríodoce.