“Es indudable que si Javier fue grande en vida, lo hicieron crecer con su muerte”, expresó el director de Ríodoce, Ismael Bojórquez, durante un homenaje encabezado en Culiacán por la Oficina en México del Alto Comisionado de la ONU, representado por Jan Jarab.
Desde su asesinato, premios y reconocimientos póstumos a Javier Valdez Cárdenas se han multiplicado. Los homenajes han trascendido las fronteras de Culiacán. Lo mismo se han realizado en diversas ciudades de México que en diferentes países como España, Francia y Estados Unidos.
Su homicidio cimbró la conciencia colectiva por igual, desde ciudadanos, agrupaciones de periodistas, y organizaciones de todo el mundo. En cascada se pronunciaron las voces por el repudio al crimen en todos los rincones del mundo y casi en paralelo iniciaron los reconocimientos al legado periodístico del reportero especializado en darles voz a las víctimas del crimen organizado.
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Uno los primeros reconocimientos póstumos que recibió la familia de Javier Valdez fue el entregado por la Junta Directiva de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), a poco más de un mes de su muerte.
Al entregar el galardón, la APM reconoció al periodista sinaloense por su extraordinario compromiso con un periodismo riguroso y honesto. El premio reconoció el legado del fundador de Ríodoce, pero al mismo tiempo fue un acto de solidaridad con los periodistas asesinados, que como Javier les han arrebatado la vida en medio de un clima de violencia e impunidad.
Fue también el respaldo al reclamo signado por 189 corresponsales en México de 69 medios que reclamaron a los gobiernos un compromiso real contra la impunidad.
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“No daremos un paso atrás. Si nosotros no tenemos paz, el gobierno tampoco merece tenerla”, dijo Griselda Triana, esposa de Javier Valdez, al recibir el reconocimiento.
A ese homenaje póstumo se sumaron otros como incluir su nombre en Francia en el Memorial de Reporteros, dentro las actividades de los Premios Bayeux-Calvados para Corresponsales de Guerra, inaugurado en octubre de 2017.
La distinción de Javier Valdez junto a otros reporteros, como el de su colega Miroslava Breach, hizo patente el reconocimiento a la excelencia profesional en la cobertura de situaciones de conflicto.
En junio de 2017, Reporteros sin Fronteras y el Comité de Protección a Periodistas (CPJ) rindieron también un reconocimiento a Javier Valdez en la Casa Lamm en la Ciudad de México.
La editorial Aguilar, donde Javier Valdez publicó varias de sus obras, lanzó en julio de 2017 un libro póstumo, Periodismo escrito con sangre, una antología de crónicas, investigaciones, y reportajes.
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Para agosto de 2017, la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas lanzó un premio del mismo nombre en honor a los periodistas mexicanos Miroslava Breach y Javier Valdez, asesinados este año en el cumplimiento de su labor periodística y de investigación.
En el último trimestre de 2017, la Federación de Estudiantes Universitarios de la UdeG creó la cátedra abierta “Javier Valdez” para honrar la memoria del periodista. Y en la más reciente edición de la Feria Internacional del Libro celebrada en Guadalajara, se brindó también un homenaje.
Durante la entrega del Premio Nacional de Periodismo efectuada en diciembre de 2017, su esposa Griselda Triana recibió una distinción especial en memoria del trabajo realizado por Javier Valdez.
En Atlanta, Estados Unidos, el director de Ríodoce, Ismael Bojórquez, recibió el premio póstumo “Edward Breach” a Javier Valdez, entregado por la Drug Policy Alliance (DPA). El galardón reconoció el trabajo periodístico a través el cual difundió la política errónea del gobierno mexicano contra las drogas.
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Este año, los reconocimientos no han cesado. Se sumó el Premio Póstumo PEN por la Excelencia e Integridad Periodística a Javier Valdez Cárdenas.
A inicios de 2018, el grupo editorial Penguin Random House anunció la creación de un premio de reporteros mexicanos y extranjeros radicados en México, en honor a Javier Valdez. El premio tendrá como presidenta del jurado a la periodista Carmen Aristegui y consiste en un apoyo económico directo a la investigación de proyecto y publicación del material en un libro, entre otros estímulos.
Durante la edición 47 del Certamen Nacional e Internacional de Periodismo, que entrega El Club de Periodistas de México, se hizo un homenaje póstumo. Ahí su hijo de 19 años, Francisco Javier Valdez Triana recibió la distinción en nombre de su padre.
En marzo de 2018, en su memoria y la de su compañera de La Jornada Miroslava Beach, se creó el Premio Valdez/Breach en Periodismo y Derechos Humanos, promovido por el Centro de Información de las Naciones Unidas (CINU), la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH), la Universidad Iberoamericana, el Programa de Prensa y Democracia (PRENDE), la Agencia France Presse (AFP) y la Embajada de Francia en México.
Desde la fatídica fecha del 15 de mayo, no solo organizaciones internacionales homenajearon al “Malayerba”, como coloquialmente le llamaban sus múltiples lectores que seguían cada semana su columna del mismo nombre; también lo hicieron artistas plásticos. Como testimonio del reconocimiento quedó un mural creado por el artista plástico Doctor Feis, con el rostro de Javier y característico sombrero en una calle céntrica de Culiacán, o el pintado en Mérida por adolescentes en un taller de muralismo en la Escuela Superior de Artes de Yucatán.
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En la expresión ciudadana y espontánea, quedó también la iniciativa de un agricultor retirado del norte de Sinaloa, que por iniciativa propia colocó un gran espectacular con el rostro de Javier Valdez y la leyenda: “HUMANO, soy tu hermano, no me mates”.
En la comunidad estudiantil, entre quienes tenía un fuerte grupo lectores y seguidores, han proliferado los reconocimientos, por ejemplo, los múltiples altares de muertos dedicados en su memoria en el Día de los Fieles Difuntos, o los círculos de lectura realizados en universidades o entre estudiantes de bachillerato, como los ubicados en la geografía rural del centro de Sinaloa, como Recoveco o Villa Juárez, a donde acudía cada año cada vez que era invitado a eventos culturales.
Ya no estará con ellos en ninguna cita estudiantil porque 12 balas cegaron su vida.
Griselda Triana: ‘Cada reconocimiento póstumo, un recordatorio de que ningún periodista debe ser asesinado’
Antes del 15 de mayo de 2017, cada reconocimiento y cada premio eran motivo de alegría, orgullo y celebración porque se valoraba su trabajo. Ahora, el orgullo está más marcado que nunca pero va acompañado de una inmensa tristeza y dolor. Cada reconocimiento póstumo, cada premio que se ha creado, lo vivimos con emociones encontradas, todo es agridulce.
Me queda claro que cada premio que ahora lleva su nombre y cada reconocimiento póstumo que hemos recibido, es importante porque es un recordatorio para que el gobierno mexicano sepa que ningún periodista de este país debe ser asesinado por hacer su trabajo, y que deben existir garantías para que puedan ejercer el periodismo sin temor alguno.
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También, para que tenga presente que existen organizaciones, instituciones, colectivos y sociedad civil de México y el extranjero que están atentos a lo que aquí sucede, a quienes sí les importa lo que les pase a quienes ejercen un periodismo valiente, y que siempre estarán observando y señalando que los asesinatos, desapariciones o agresiones contra periodistas, no deben quedar en la impunidad.
Desde luego, no tengo la menor duda de que el mejor homenaje para Javier será esclarecer su asesinato, será la justicia que sólo llegaremos a conocer el día que cada uno sus ejecutores materiales e intelectuales estén detenidos y sentenciados, mientras tanto, estas muestras de reconocimiento a su trabajo y trayectoria son semillas que se siembran, y deseo germinen y se multipliquen en más y mejores periodistas dignos y valientes.
Artículo publicado el 13 de mayo de 2018 en la edición 798 del semanario Ríodoce.
