Sin duda alguna, uno de los problemas de la Liga MX es el llamado Pacto de Caballeros que provoca una situación especial en el tema de las contrataciones y que impide que el torneo destaque como uno de los mejores en el mundo.

De acuerdo a Goal.com, su desaparición es una de las exigencias de la Asociación Mexicana de Futbolistas (AMF), órgano que cuenta con el respaldo de los seleccionados del Tri y que ya ha amenazado a la Primera División con tomar cartas.

Para entender la razón por lo que es un problema, primero debemos entender dos conceptos.

Uno, para la FIFA un futbolista está considerado “libre” cuando termina su contrato con un equipo y tiene la facilidad de arreglarse con otro. Así funciona el resto del mundo con excepción del futbol mexicano.

Segundo, la Ley Bosman que surgió en 1995 revolucionó los fichajes a nivel mundial y provocó las grandes transferencias y las enormes cifras que hoy vemos cada temporada de transferencias. Antes de dicha ley, el mundo funcionaba igual que en México. A partir de su implementación, los futbolistas eran responsables de sus contrataciones y no estaban obligados a pagar alguna compensación a su ex equipo.

“Lo que significa que los futbolistas del siglo XXI tienen derecho a circular libremente al igual que otros trabajadores, y a no ser tratados como ganado o como animales de granja”, explicó el mismo Jean-Marc Bosman a Goal sobre el caso que originó una normativa para los fichajes pero que en México no opera.

¿Qué es?

Un acuerdo de palabra entre directivos del futbol mexicano para proteger sus intereses económicos al fijar el pago de una cantidad de dinero por los derechos de formación al club de un futbolista con el cual termina su contrato.

¿Cómo funciona?

Cuando termina el contrato de un futbolista con un equipo en México, no puede negociar con otro club mexicano sin la autorización de la entidad a la que pertenecía. Aunque establezca contacto con escuadras interesadas, la directiva para la que juega (o jugó) determina a donde será transferido.

El Pacto de Caballeros ejerce control sobre los fichajes. En caso que el jugador no haga el pago correspondiente o negocie por su cuenta —como sucede en la mayor parte del mundo—, no puede jugar con otro club en México.

¿Cómo influye?

Quita libertad y poder de decisión a los futbolistas para manejar su carrera según sus propios intereses, además que quita oportunidades a los futbolistas mexicanos de salir al extranjero. Esta situación provoca tres escenarios:

1 Jugadores que no pueden pasar a otros equipos en México o son transferidos a clubes rivales (De Chivas a América, de Cruz Azul a América, de Atlas a Chivas, etc.)

2 Jugadores que salen al extranjero pero no pueden volver a México porque están “vetados” para firmar por otros clubes, pues requieren la “autorización” de su último equipo en el futbol azteca.

3 Jugadores que se quedan sin actividad debido a que son fichados por otro equipo con el que no estaban de acuerdo y no pueden regresar al club que los vendió.

Artículo publicado el 15 de abril de 2018 en la edición 794 del semanario Ríodoce.