Cuentos que no son cuento

 

Kate del Castillo vuelve a escena. Y de nuevo hace mucho ruido. Estrena un documental armado para contar ella misma los entretelones del affaire con Joaquín Guzmán y el actor Sean Penn. La actriz intenta abandonar la actuación ante las cámaras y adopta el tono del documental para construir su verdad sobre el encuentro con el Chapo, dos años después de aquel viernes 2 de octubre de 2015 en la sierra de Cosalá.

En su momento fue una bomba mediática cargada de cuentos incompletos ese encuentro que buscó la actriz con el líder de la organización criminal considerada la más poderosa del mundo. Mientras el gobierno de Enrique Peña volcaba toda la fuerza del Estado para reponerse de la abolladura que le propinó el Chapo con su fuga, Kate no solo lograba contactarlo, sino además se reunía con él. Peor, se hacía acompañar de otro actor para la cita y pactaban una entrevista formal, que a la postre publicaría Sean Penn en la revista Rolling Stones.

En una de las escenas del documental que ya está en la plataforma de Netflix, Kate del Castillo repite el diálogo que vía telefónica sostuvo con el director de Ríodoce, Ismael Bojórquez, unas dos semanas después del encuentro en la Reserva de Nuestra Señora, en los límites de Sinaloa y Durango. La historia estaba reporteándose desde que se obtuvieron indicios del encuentro y las indagaciones iban confirmándolo, pero la dificultad se centraba en obtener una prueba periodística que reforzara la versión de la presencia de Kate del Castillo. Se buscaron los reportes de migración, los vuelos comerciales, pero fue en su cuenta de twitter donde quedó el indicio con un par de fotografías. El diálogo telefónico fue breve y abrupto, no alcanzó a convertirse en entrevista: Kate negó a bote pronto siquiera conocer Cosalá o haber estado en Sinaloa por esos días. Su tono en 2015 era fiero, bravo, al borde del grito, muy distinto al tono sereno que hace en el documental repitiendo el diálogo que Ríodoce reprodujo en la edición impresa donde se reveló el encuentro de Kate del Castillo con Joaquín Guzmán y Sean Penn.

Lo relevante ahora es que la actriz confirma por completo la versión que Ríodoce publicó, y que en el escándalo posterior a la tercera captura del Chapo en enero de 2016 se convirtió en tema de debate.

En aquellos días de octubre de 2015, Joaquín Guzmán Loera tenía apenas tres meses que había alcanzado su libertad fugándose por segunda vez de un penal de alta seguridad. Su guarida inmediata después de abandonar el túnel que lo llevó de la celda a la calle fue la sierra que comparten los estados de Durango y Sinaloa. Ese mismo octubre, unos quince días después del encuentro Kate-Chapo-Sean, pobladores de la sierra de Durango se desplazaron a Cosalá y denunciaron que sus comunidades fueron atacadas por fuerzas especiales de la Marina. Desde helicópteros artillados dispararon a los caseríos regados en cañadas y cerros, tratando de cercar al Chapo para capturarlo. No lo lograron, pero estuvieron muy cerca. Ahí el Chapo supo que la Marina había encontrado su pista, y el grupo especial de captura de Guzmán tuvo la certeza de que llevaba la ruta correcta.

 

Margen de error

(Relevancia) El encuentro del Chapo con Kate del Castillo era periodísticamente relevante en sí mismo, aun cuando en aquel momento se desconociera la razón de la reunión. La actriz ya tenía antecedentes públicos de promover un acercamiento con el capo de la Organización Sinaloa, y comprobar que al final ese encuentro se había concretado resultaba una buena historia.

Joaquín Guzmán después de la fuga volvía a ser el delincuente más buscado, el enemigo número uno como lo llamaban en Estados Unidos. Los americanos en ningún momento dejaron de presionar a México, según sus intereses, en el tema de la reaprehensión del Chapo y ofrecían colaboración para concretarla. Las agencias estadunidenses se metieron de lleno con el equipo especial de la Marina Armada de México para cercar al Chapo. A la postre lo lograron.

 

Mirilla

(Prueba superada) El proyecto inicial que provocó el encuentro entre los actores y el Chapo terminó por cumplir sus objetivos de muchas maneras: La historia de Joaquín Guzmán está contándose desde distintos enfoques, la misma plataforma de Netflix tiene una serie dramatizada con el apodo del capo, hay varias películas y ahora el documental de Kate del Castillo.

Sin embargo Cuando conocí al Chapo no es un estreno bien recibido, hay un ola de críticas en relación al papel que ha venido jugando Kate del Castillo en toda esta telenovela de la vida real. Desde los intereses meramente comerciales hasta el aprovechamiento del líder criminal que mantiene todavía una pesada carga mediática.

La sobre explotación del Chapo, casi como marca registrada, alcanzó desde hace mucho tiempo niveles insospechados. Pero a la larga lo que se ha provocado es trivializar a tal grado su historia, que hace mucho se acercó más a un cuento de la farándula que a uno del crimen organizado (PUNTO)

 

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