Hay quienes poseen una malévola habilidad para pervertirlo todo. Es sabido que una capa de cebolla podrida va penetrando capas hasta volver incomible y pestilente la cebolla completa. Puede alcanzar niveles extraordinarios la perversión logrando revertir hasta las mejores intenciones, que solo demuestran haber sido demasiado torpes o ingenuas. Así pudrió la clase política, que dirige los partidos nacionales, la exigencia ciudadana de que renunciaran a una quinta parte de sus prerrogativas para apoyar la reconstrucción obligada por los temblores de septiembre. Aquella exigencia se hizo reproche porque se embolsarían mucho más de 6 mil millones de pesos en 2018 para gasto ordinario y de campañas, cuando la emergencia obligaba a una reconstrucción completa, pero además revisar dónde y quiénes arrastraron la corrupta culpabilidad del derrumbe.
Cuidado con lo que deseas, se puede convertir en realidad, dicen que dijo Óscar Wilde, así fue como el deseo de quitarle a los partidos un recurso que urgía para otros fines se convirtió en una realidad que aprovecharon los partidos para emanciparse.
Fue cuando todo se pervirtió. Y ahora apesta como una cebolla podrida.
El dinero público implica obligaciones de transparencia y rendición de cuentas a las que los partidos desean no ajustarse y si lograran liberarse de ellas sería genial, aun cuando siempre las incumplan o evadan.
¿De dónde sacarán los partidos el dinero para mantenerse, pagar las tortas y los refrescos, las camisetas y cachuchas? No importa, los partidos han demostrado ser excelentes recaudadores. Como Alcaldes no saben cómo cobrar el predial, pero de candidatos son capaces de venderles el alma al diablo. Y por diablo hay que entender no al demonio, sino al narco de la plaza de la región, al empresario inexistente que sabe que hará el negocio de su vida, al lavador de dinero de moda…
Enrique Ochoa Reza, el dirigente del PRI, pudrió la primera capa del inocente deseo —o sea de la cebolla. No lo hizo solo, Andrés Manuel López Obrador puso la cebolla en juego al ofrecer para la reconstrucción un 20 por ciento de las prerrogativas de Morena; el PRI dijo que haría lo mismo y AMLO subió la apuesta al 50 por ciento, como si se tratara de una puja en el póquer político. Entonces el PAN y Ricardo Anaya, con el PRD de arrimado, no quisieron quedarse atrás y pudrieron la otra capa de la cebolla. Nunca importó a los dirigentes de los partidos la pobre condición financiera del país para la reconstrucción, siempre se trató del movimiento siguiente en el ajedrez de la sucesión presidencial. Se pudrió completamente todo cuando Ochoa Reza dijo: Va mi resto, y anunció que renunciarían al 100 por ciento de las prerrogativas en lo que queda de 2017, unos 250 millones de pesos.
A estas alturas la única forma de rescatar una cebolla es eliminar capa por capa y con suerte quedará algo utilizable. Y si se trata de rescatar lo mejor sería construir un mensaje ciudadano retractándonos con los partidos políticos y decirles que estábamos jugando, que somos débiles y no sabíamos lo que decíamos y deseábamos, que jamás pensamos que se convertiría en una cruel realidad… y preferimos entonces regresar como estábamos antes.
Eliminar el subsidio público a partidos provocará peores problemas que estar manteniendo del erario a la clase política que reacciona como un chamaco malcriado, grosero, irreverente, quien reprocha a los padres hasta haber nacido.
Ochoa Reza no actúa por su cuenta, un dirigente del PRI como Presidente del PRI no se manda solo, necesita la anuencia del jefe. Antes de tomar la decisión de apostar todo el dinero a una sola jugada tenía que pasar su propuesta por el área jurídica presidencial y obviamente se palomeó. Los demás dirigentes, Anaya y López Obrador, cayeron redonditos en el bluf de Ochoa Reza y ahora todos estamos en un lío por su facilidad de pervertir hasta el paraíso.
Mirilla
(Visibles) Quienes abandonaron un par de cadáveres en una camioneta estacionada en pleno túnel Federalismo la tarde del jueves, lo hicieron de manera deliberada. No se les acabó la gasolina a medio camino tratando de deshacerse de cadáveres, por más cruel que se escuche. No. La idea era abandonarlos en un lugar visible, lo más cercano posible a la sede de gobierno y en una vialidad transitada. Las organizaciones criminales suelen buscar de manera constante hacerse visibles y en esta ocasión de nuevo lo hicieron.
La camioneta Durango con placas de Sinaloa fue abandonada en lo más oscuro del túnel. Tuvieron la precaución de dejar las luces intermitentes encendidas, para prevención de los autos que en plena curva se toparan con ella. Estuvo ahí la camioneta más de dos horas. Fue abandonada antes de las cinco de la tarde y hasta casi las siete fue cuando la autoridad se percató que esa camioneta no estaba ahí descompuesta, sino sembrada para encontrar dos cadáveres.
Primera cita
(Vivir mata) El nombre del periodista Javier Valdez Cárdenas está grabado en piedra en la ciudad de Bayeux, Francia. El memorial se erige como una forma de reconocer a aquellos periodistas que en distintas partes del mundo perdieron la vida en una cobertura de inminente peligro. Es una forma de reconocer la excelencia en la lucha profesional por la libertad de expresión.
En la inauguración del memorial, en un parque cargado de árboles aunque sumamente sobrio, estuvo la familia de Javier Valdez a casi cinco meses de su asesinato al salir de la redacción del periódico Ríodoce. Así como se ha dicho en otros foros del mundo, el gobierno de México sigue incumpliendo en resolver el asesinato del periodista. No basta con ver el nombre de Javier grabado en piedra, falta ver el nombre de sus asesinos en una orden de aprehensión. (PUNTO)