Malova ya mandó limpiar la casa. Es un ejercicio cotidiano en el servicio público a la mexicana: el último año es para sacar los muertos debajo del colchón —como él mismo lo dijo—. No importa el desorden anterior, después de todo siempre se tendrá oportunidad de barrer y echar la basura bajo la alfombra. La advertencia del Gobernador de Sinaloa, que fue pública en ese lenguaje pendenciero a Francisco Frías Castro, en realidad es un mensaje que va a Juan para que lo entienda Pedro… y los demás.
Y es que los muertos bajo el colchón es la metáfora más desafortunada que se le pudiera ocurrir al gobernador Malova. Los muertos no se guardan bajo la cama porque se convierten en fantasmas y como bien saben los médicos apestan muy rápido y por eso mejor se entierran, los errores se entierran.
Aun así Armando Villarreal Ibarra, el tesorero, captó claro el mensaje y ya inició una campaña para explicar las finanzas de Sinaloa, incluyendo el endeudamiento y el déficit. Es más, su campaña va solo enfocada a explicar esos dos puntos, porque para que la campaña funcione debe estar claramente enfocada.
Villarreal armó una estrategia sencilla pero efectiva, números suficientes para mostrar precisión y una explicación histórica que demuestre que el déficit —gastos por encima de las posibilidades de pago— viene desde antes de la llegada de la actual administración.
Más aun, el tesorero de Malova ahora sí se atreve a decir lo que se le viene señalando desde hace dos años al menos: los reclamos en el gabinete por el retraso en la entrega de partidas ya presupuestadas o a veces incluso la eliminación; y las decisiones que tomó entre diferentes obligaciones financieras que lo llevaban a decidir prioridades.
Ahora sí se entiende por qué parecía que Armando Villarreal sacaba el dinero de una bolsa y lo metía en otra, en un juego de malabares que muchas veces perdió el equilibrio y se le cayeron las tres pelotas de tenis.
Margen de error
(Los números) Al primer trimestre de 2015 Sinaloa tiene deudas por 15 mil 146 millones 996 mil 920 pesos (Villarreal en las entrevistas en Sinaloa solo habló del déficit y de las cuentas sin fuente de pago, que es una parte de la historia) de acuerdo con el reporte que obligadamente debe entregarse a la Secretaría de Hacienda y a la Comisión de Hacienda del Senado. Sinaloa, por cierto, aunque entregó 11 días tarde el informe, fue el único estado que cumplió.
De esos 15 mil 146 millones 996 mil 920 pesos, el 80 por ciento es deuda estatal. Mil 857 millones 319 mil 852 pesos es deuda de 14 municipios con 29 créditos diferentes. Otro crédito es del Desarrollo Urbano Tres Ríos, por 292 millones. Uno más es de la JAPAC por 350 millones; y otro es para el Fideicomiso 2036, por 454 millones 100 mil pesos.
El gobierno estatal tiene 18 créditos abiertos: seis con BBVA Bancomer por un monto de 4 mil 761 millones; cuatro con Banorte, que alcanzan caso 4 mil millones; tres con Banobras, la banca de desarrollo, por 618 millones; tres más con Interacciones, por un monto exacto de 2 mil millones; uno con Banamex de 500 millones, y otro más con HSBC, por 300 millones.
Destacan dos créditos de esa larga lista y desfile de millones. Uno de Aguilar y otro de Malova. El de Aguilar fue contratado después de la navidad de 2006 por 2 mil 370 millones de pesos y se pagará hasta el mismo 26 de diciembre, pero del 2036. El de Malova se adquirió el 13 de octubre de 2011 por mil 339 millones de pesos y vence el 31 de octubre de 2031. Son herencias malditas.
Mirilla
(En esta la tengo en esta no) La mejor manera de ocultarse es mantenerse siempre a la vista. O todavía mejor, adquirir el don de la ubicuidad. La semana pasada la DEA ubicó a Joaquín Guzmán en Sinaloa, donde mantiene su red de protección —institucional y ciudadana—, pero casi al mismo tiempo el gobierno estatal se encargaba de decir que aquí es donde menos podría estar.
Ahora, el periódico Reforma, en una nota firmada por Abel Barajas, dice que sí estuvo en Sinaloa por tres semanas, pero ya está en Chiapas. Es decir, está aquí pero también allá.
Primera cita
(Vargas y Frías) Francisco Frías Castro y Gerardo Vargas. Dos PRI´s diferentes. Frías, un viejo político —no un político viejo— se siente fuera del PRI porque en 2010 votó por el PAN y PRD, y por apoyar a Malova.
Para Vargas Landeros eso no importa: “Tengo mis derechos partidarios en su justa dimensión”, dice. Uno renuncia para ser candidato, el otro se queda para ser candidato.
Pero, cuidado, en la renuncia de Frías lo que menos cabe es la ingenuidad de quien ve la última oportunidad para alcanzar la gubernatura. En todo caso podría acertar Jesús Rojas Rivera, en su columna de Noroeste: “que no exista un solo candidato independiente en la boleta a gobernador” en el 2016.
DEATRASALANTE
(2+2=3) Las cosas fueron pasando al revés, pero eso no importa en un mundo donde 1 y 1 no suman 2, sino que suman cero. Esta es la historia, contada de manera cronológica pero que sucedió al revés: el 18 de diciembre les entregaron los recursos del Fideicomiso SIAP a los maestros de la sección 27 (seis días antes de Navidad como un aguinaldo extra, ningún maestro preguntó de qué dinero se trataba, todos fueron al banco y retiraron el dinero, más vale pájaro en mano que cien volando), con 30 mil afiliados no faltó alguien que en la cuesta de enero se preguntara por qué le dieron 100 y no 110 o 120.
Tardó ocho meses el gobierno en poder explicar sobre aquel dinero que dispersó en diciembre, y lo hace de manera parcial porque no tiene forma de informar casi 10 años, ya que entre 1996 —que se creó el Fideicomiso— y 2005, no hay información.
Se instalaron 10 módulos en Sinaloa para que los maestros con dudas acudieran a ser informados, pero tampoco hay oportunidad de reclamos porque el dinero ya se acabó, ¿entonces de qué sirve?
En resumen: Primero entregó el dinero y luego explicó cuánto y por qué(PUNTO)
