El mes de junio es el sexto mes del año, en pocas palabras cuando llegamos a dicho mes ya libramos por lo menos un tiempo aceptable del año civil. Es importante mencionar que en él hay varios días muy especiales que no deberíamos olvidar.
Cada 5 de junio desde 1972 se conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente, fecha establecida por la ONU (Organización de Naciones Unidas), la cual fue proclamada en la resolución A/RES/2994 (XXVII). Tiene como fin recordar a todos los países la importancia de la conservación de nuestro planeta y hacer conciencia sobre el presente cambio climático que lo afecta.
Diferentes organizaciones tanto públicas, privadas y de la iniciativa civil generan acciones para divulgar y generar conciencia ambiental. Como un acto de buena fe ciudadana, puedes cultivar conciencia en niños y jóvenes sobre cómo evitar el constante consumo de RSU (Residuos Sólidos Urbanos) o dicho de forma común, basura. Aunque no lo notemos, al comprar una botella de agua o un sándwich, colaboramos en la producción de basura y ¿a dónde va? Bueno, esa es una pregunta para analizarse posteriormente.
Otra fecha a destacar en este mes de intensos y húmedos calores es el 21 de junio, quizás te preguntas qué fecha se celebra. Nada más y nada menos que el día más largo del año, conocido también como equinoccio de verano. Si eres buen observador (que de seguro lo eres) notarás en ese día como pasan las horas y el sol continua presente, incluso hasta las nueve o diez de la noche llega a ocultarse.
Este día es uno en los que puedes hacer todo aquello que en otras fechas se te complicó a falta de la estrella gigante, como un relajante paseo en bicicleta. Aunque de igual forma es el día de la música y la Banda Sinfónica Juvenil del Estado del ISIC (Instituto Sinaloense de Cultura), generalmente ofrece un nutrido concierto en el cual presenta gran parte de su trabajo anual, es un concierto de gala ideal para explorar la cultura que en Sinaloa se fomenta. Recomiendo mucho asistir a este concierto.
Un último día para recordar es el 24 de junio, conocido también como el día de San Juan. Antes las personas lo celebraban no solo como hecho religioso, sino también porque se decía que ese día caía la primera lluvia, lo cual indicaba bonanza y provecho para nuestras tierras y ríos. Cosa que no sucede actualmente. Ya que con los efectos del cambio climático, esta creencia de la cultura sinaloense solo se queda como aquel cuento que un abuelo cuenta a su nieto.
Te invito a realizar el siguiente ejercicio: observa el cielo ese día (24 de junio) y mira qué sucede ¿llueve? Esperemos que sí. Aunque recordando que pocos países cumplieron con el ODM (Objetivo de Desarrollo del Milenio de la ONU) número 7 que es “garantizar la sostenibilidad del medio ambiente”, podemos darnos una idea del resultado esperado. Importante mencionar que el 24 de junio, como día de la primera lluvia, es una fecha mencionada por la cultura general, y no está comprobado de manera científica que suceda lo que la voz popular comenta. ¿Esperabas tanta actividad en junio?
