Los electores optaron por Clouthier y al mismo tiempo lo erigieron como candidato natural a la gubernatura
La elección de diputaciones federales del 7 junio fue atípica porque contó con la participación de candidatos independientes, como Manuel Clouthier Carrillo, que desafiaron el sistema de partidos y le abrieron un boquete, pero también reflejaron el distanciamiento entre militantes y dirigencias, sobre todo de Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI), afirmó el politólogo Martín Luque Rojas.
Dijo que en el caso del panismo sinaloense, los militantes que tienen en el distrito 05 —donde triunfó Clouthier—, le propinaron una “descalificación brutal” a la dirigencia, la estructura de partido y personajes como Edgardo Burgos Marentes, presidente, y el diputado local y ex dirigente estatal, Francisco Solano Urías.
—¿Qué lecciones ves en esta contienda del domingo?
—Fíjate que no fue una elección típica, a pesar de todo lo que se ha dicho. Hay cosas realmente nuevas en el escenario político nacional y regional, para alegría de los sinaloenses. Por ejemplo es nuestra primera elección con la figura de candidaturas independientes.
“Lo otro es que está en plena crisis el tripartidismo mexicano, se redujo aquel antiguo electorado del casi el 90 por ciento que se repartía entre tres partidos. El esquema de los tres tercios se acabó. Los tres partidos grandes de antaño caben en un 60 por ciento, y PRI y PAN apenas juntan el 50 por ciento de los votos y el resto se reparte en partidos menores. La aparición de Morena es un signo alentador para una franja muy importante de electores”.
Luque Rojas, catedrático de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Sinaloa y con posgrado en análisis político, manifestó que en la contienda hay tres grandes perdedores: PRI, PAN y PRD.
“A pesar de que el PRI mantiene hegemonía y baja a menos del 30 por ciento, lo coloca en la tendencia histórica de ir perdiendo progresivamente su fuerza y su presencia, su capacidad de ganar votos. El PAN se cae, está en el 20 por ciento. Pero la derrota mayor es para el PRD, partido que está en el riesgo de colocarse en la pendiente rumbo a la extinción”.
—Lo que me llama la atención es que pareciera que muchos mexicanos no relacionan los desaparecidos de Ayotzinapa, el caso de la Casa Blanca, la corrupción en el gobierno de Peña Nieto, con el PRI, las urnas y el voto.
—Es indudable que no hay esa conexión entre la calidad del desempeño del gobierno federal y de los, con la definición de su preferencia electoral y política. Eso que se llama el voto duro no es fruto de compromisos ideológicos o identidades, sino de esa desconexión, de falta de conciencia cívica.
—¿Qué lectura tiene en Sinaloa para el sistema de partidos el triunfo de Clouthier y para la sucesión gubernamental? porque a partir de su triunfo todo se mueve.
—Quiera o no, lo admita o no, por su origen y trayectoria y por las circunstancias en que es electo Clouthier, es un candidato natural para el 2016. Creo que los electores le entregaron la diputación al mismo tiempo que lo erigieron como su aspirante a la gubernatura, en esta elección federal.
“El resultado electoral no fue solo que el PRI haya perdido una plaza en Culiacán. Tiene muchas lecturas y habla de un electorado que ha roto vínculos con los partidos, el antiguo voto duro del PAN rompió con su partido. Pierde el PRI pero también el PAN: le manda un mensaje fuerte y claro al panismo en el sentido de que ese electorado, tradicionalmente panista, no está siendo representado por el PAN sino por una figura emblemática del panismo, de un panismo más opositor, más crítico, que señala corrupción y autoritarismo. Entonces es una doble derrota para estos partidos.
Luque Rojas manifestó que también es una carambola múltiple, porque le “pega” a Héctor Melesio Cuen Ojeda, diputado local y presidente del Partido Sinaloense (PAS), quien se veía solo, aprovechando el desencanto ciudadano hacia otros partidos, y ahora tendrá que disputarlo con Clouthier.
—Pareciera que era un espacio que tenían partidos y que ahora es ocupado por ciudadanos.
—Sí, sin duda, es una crisis del tripartidismo… les pega a todos. Lo que sigue va a ser una experiencia emocionante para la gente, de ver a ciudadanos independientes enfrentar las maquinarias de los partidos. En cinco o seis años vas a ver un sistema de partidos desecho si los partidos no modifican sus dinámicas y estructuras actuales.
—Pero las dirigencias están muy burocratizadas y pueden no leerlo así ni darle su magnitud.
—El problema es que hay una enorme distancia entre nuestra clase política y nuestra ciudadanía… también sirve para señalar las relaciones entre las élites partidistas y las bases de los partidos. Por ejemplo, en el triunfo de Clouthier hay una mezcla de un panismo mayoritario sin sus dirigentes, mezclados con ciudadanos independientes, electores libres: es el panismo sin el PAN, es el panismo sin Edgardo Buros y sin (Francisco) Solano. Es una descalificación brutal… las bases de los partidos están emigrando hacia figuras que les resulten más atractivas y congruentes que sus propios dirigentes.
—Pero no hay un ánimo de revisión dentro de los partidos.
—No, en absoluto. Es una crisis que va a profundizarse y no dudes que caigan en la tentación de cerrar esa válvula, para evitar a los independientes o encarecer más estas candidaturas, que de por sí están mal planteadas. Pero pueden caer en esa tentación.
