Crece la minería en Sinaloa, y también las amenazas al medio ambiente

Nelda Ortega
 
La extracción de recursos mineros como el oro, plata, zinc, estaño y manganeso, es una actividad creciente en Sinaloa que representa una derrama económica millonaria.
Carlos Simental Crespo, director de la asociación civil Red Ecologista por el Desarrollo de Escuinapa, (Redes) cuestionó la falta de una legislación ambiental efectiva que regule la actividad, pues el enfoque central de las autoridades sigue siendo la ganancia económica que representa, sacrificando los daños al medio ambiente.
Por ejemplo, dijo, según datos proporcionados por la Secretaria de Desarrollo Económico en Sinaloa (SEDECO) casi al cierre del último trimestre del 2014, la producción minera asciende a 3 mil 649 millones de pesos lo que ha generado que la meta sexenal de la presente administración haya sido rebasada en comparación con la pasada administración.
Para el estado, el rubro minero se ha convertido en una actividad estratégica por la tendencia de producción que se estima en un desarrollo económico que alcanza los 16 mil millones de dólares en Sinaloa, expuso.
Respecto al número de minas activas, mencionó, los que maneja la secretaría estatal y la federal varían, pero se estima que son más de 100 las que están operando en la Sinaloa, y en su mayoría de capital extranjero.
Ambiciosas en sus metas, las autoridades locales fomentan la inversión e incremento de infraestructura, dejando a las del ámbito federal la inspección y cumplimiento de la normatividad ambiental que dé sustentabilidad al negocio, mencionó.
Aunque el gobierno del estado ofrece una consultoría y capacitación en materia ambiental para empresas o negocios, asesoría técnica y legal en trámites, las grandes empresas y corporativos mineros contratan sus propios asesores y gestores ambientales, de quienes se supone se debería esperar la correcta integración de expedientes técnicos con propuestas de proyectos que vayan de la mano  con un desarrollo sustentable, pero no siempre es así.
Para muestra, ahí está lo ocurrido en la mina de Sonora y ahora en la sierra de Concordia, agregó.
“En mi opinión, la actividad minera en Sinaloa se realiza de manera irregular, ya que no se siguen los lineamientos ni la autoridad ambiental tiene la capacidad para verificar que los aprovechamientos mineros cumplan con la normatividad que las regula”, asentó.
 
 
La defensa de la Reserva Hidrológica Prioritaria más importante del Pacífico Mexicano
 La Comisión Nacional para el Conocimiento y uso de la Biodiversidad (CONABIO) publicó en su lista de Regiones Hidrológicas Prioritarias (RHP) en el país, y se observa las que en Sinaloa reciben el impacto de la actividad minera, indicó.
Establece que los residuos mineros alteran los sistemas hídricos y terrestres por lo que se requieren planes de manejo para esa industria, agregó.
En este diagnóstico de la Conabio, se puede destacar que la minería, junto a la agricultura y las descargas de aguas negras, son las principales generadoras de los contaminantes que vulneran, no solo la funcionalidad y viabilidad de los ecosistemas, sino además la salud y el bienestar de sus habitantes, al ser el recurso hídrico el más deteriorado por estas actividades, sostuvo
“En mi opinión, el gran problema de los aprovechamientos mineros estriba en el hecho de que éstos se realizan en las partes altas de las cuencas donde se acumulan los desechos tóxicos que generan en las llamadas presas de jales y que, más temprano que tarde, terminarán en las partes bajas de la cuenca por el ineludible cumplimiento de la ley de gravitación universal y no es casualidad que con el paso del tiempo serán más y más frecuentes este tipo de “accidentes”, como ahora se le llama”, aseveró.
El procurador Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Guillermo Haro Bélchez en su visita del 21 de octubre dijo que en el país existen mil 252 minas sólo 1 de cada 20 representan “focos de atención”. Por su cuenta, la Conabio sugiere que en las regiones faltan conocimientos de flora y fauna a detalle  y la aplicación plena de la legislación ambiental en algunas de las emisiones de contaminantes.
El caso reciente, que salió a la luz pública, fue en octubre, en el arroyo de Chupaderos, del río Pánuco en Concordia, donde una presa colapsada provocó el derrame de 10 mil 800 toneladas de jales al cuerpo de agua, ponen en evidencia que algo no se está haciendo bien, dijo.
Los resultados de los análisis, según reporte de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Comisión Nacional del Agua (Conagua), arroja la presencia de elementos tóxicos por debajo de la normatividad ambiental.
La Mina Dos Señores, propiedad de un empresario de Concordia, fue sancionada por 54 mil 203 pesos por el gobierno federal, luego de un estudio de impacto ambiental. Ahora, las autoridades han dicho que el derrame de tóxicos no fue responsabilidad de la mina, sino consecuencia de las lluvias recientes. Lo cierto es que hasta ahora no hay informes precisos sobre los estudios realizados y se desconoce el impacto que provocará aguas abajo.
Pero poco o nada se ha dicho sobre el impacto que tendrá a largo plazo en la Región Hidrológica Prioritaria (RHP) Río Baluarte – Marismas Nacionales, alertó.
Esta RHP cuenta con tres clasificaciones por parte de la Conabio; Alta Biodiversidad, Regiones de uso por Sectores y Regiones amenazadas.
Entre las principales problemáticas registradas está la de la modificación del entorno por la infraestructura minera, desforestación con fines agrícolas, construcción de presas y canales, desecación de cuerpos de agua para camaronicultura, desviación de corrientes superficiales y abastecimiento de agua, así como el deterioro del cauce de los ríos por la presa de Aguamilpa y la construcción de caminos.
“Todas ellas indicadoras del aprovechamiento intensivo de los diferentes ecosistemas que la componen”, observó
Las fuentes de contaminación existentes, agregó, provienen de aguas negras, agroquímicos, pesticidas y metales pesados.
La Convención de Ramsar considera a las Marismas Nacionales como el área de manglares más grande del Pacífico Mexicano y de importancia por el número de especies endémicas en cuanto a su flora y fauna, así como por sus aves migratorias.
Ramsar es la Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional, entre ellas las de Hábitat de Aves Acuáticas.
La condición de la RHP no es exclusiva de la Río Baluarte – Marismas Nacionales, la registran también las otras cuatro regiones que hay en Sinaloa: la Cuenca Alta del Río Fuerte,  Bahía de Ohuira – Ensenada del Pabellón, Cuenca Alta de los ríos Culiacán y Humaya, y la Cuenca Alta del río San Lorenzo – Minas de Piaxtla.
Cada una representa una riqueza hídrica, de flora y fauna, que es impactada por la minería entre otras actividades antropogénicas.
 
 
Regiones Hidrológicas Prioritarias (RHP) en Sinaloa enlistadas por la Comisión Nacional para el Conocimiento y uso de la Biodiversidad (Conabio):
 
 
Cuenca Alta del Río Fuerte
 Clasificación: Regiones de alta biodiversidad y Regiones de uso por sectores
Problemática:
Modificación del entorno: A causa por la construcción de presas y sistemas hidráulicos para control de avenidas, generación de energía eléctrica y riego; explotación forestal y construcciones de carreteras. Desmontes y desvío de corrientes.
Contaminación: por abuso de agroquímicos en la planicie costera, desechos mineros en la cuenca alta; uso de herbicidas en campañas antinarcóticos, descargas domésticas y residuales.
 
 
Bahía de Ohuira – Ensenada del Pabellón
 Clasificación: Regiones de alta biodiversidad, Regiones de uso por sectores y Regiones amenazadas
Problemática
Modificación del entorno: por agricultura intensiva, construcción de presas, desforestación, azolvamiento acelerado por las tierras agrícolas, desecación de pantanos y canales para uso agrícola.
Contaminación: por trampas de agroquímicos y descargas de ingenios, aguas residuales domésticas y metales pesados.
Uso de recursos: Los manglares actúan como filtro de agroquímicos y metales pesados.
Conservación: preocupa el azolvamiento asociado con la reducción del hábitat, la alteración de la calidad del agua por actividades agropecuarias y domésticas, así como la posibilidad de problemas de ingestión de plomo (municiones).
 
 
 
Cuenca Alta de los ríos Culiacán y Humaya
Clasificación: Regiones de alta biodiversidad, Regiones de uso por sectores y Regiones amenazadas
Problemática:
Modificación del entorno: construcción de presas y sistemas hidráulicos para control de avenidas, generación de energía eléctrica y riego; explotación forestal y desforestación acelerada. Construcción de carreteras, desmontes y desvío de corrientes. Erosión de suelos.
Contaminación: por abuso de agroquímicos en la planicie costera; desechos mineros en los altos; uso de herbicidas en campañas antinarcóticos, desechos domésticos y descarga de residuales.
 
 
Cuenca Alta del río San Lorenzo – Minas de Piaxtla
Clasificación: Regiones de alta biodiversidad, Regiones de uso por sectores y Regiones de desconocimiento científico
Problemática:
Modificación del entorno: por la infraestructura minera.
Contaminación: por desechos mineros de San Lorenzo y Piaxtla.
Uso de recursos: No disponible
Conservación: preocupan los residuos mineros que alteran los sistemas asociados; se requieren planes de manejo para la industria minera. Faltan conocimientos limnológicos y listas de flora y fauna acuática de la región.
 
 
Río Baluarte – Marismas Nacionales
Clasificación: Regiones de alta biodiversidad, Regiones de uso por sectores y Regiones amenazadas
 
Problemática:
 
Modificación del entorno: por la infraestructura minera, desforestación con fines agrícolas, construcción de presas y canales, desecación de cuerpos de agua para camaronicultura, desviación de corrientes superficiales y abastecimiento de agua. Deterioro del cauce de los ríos por la presa de Aguamilpa. Construcción de caminos.
 
Contaminación: por aguas negras, agroquímicos, pesticidas y metales pesados.
 
 

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