Liberato Terán: el duelo de los conversos

el chucobunParte Liberato Terán en medio de una Universidad-botín
A más de alguno incomodó la bandera del Partido Comunista sobre el féretro de Liberato Terán Olguín. Dirigente estudiantil, catedrático, ex funcionario universitario, luchador social, activista en movimientos de izquierda dentro y fuera de la institución educativa, la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), que ese miércoles lo homenajeaba.
Justo en el corazón de la vida rosalina: el patio principal del Edificio Central, sobre ese mosaico antiquísimo, entre los pilares cuarteados por sus gritos y los de muchos que convivieron y transformaron la casa de estudios.
Arriba, apenas a un lado del féretro, su foto: Liberato está joven, congelado por el click de quien lo atrapó en esa imagen en la que luce monumental, con su pelo insurrecto y el viento indómito revoloteándole el rostro y la cabellera, que parecía moverse inquieto, irreverente como él mismo, protestar, ante los discursos baldíos de quienes hablaron para despedirlo esa mañana de miércoles.
A muchos incómodo ese ataúd. Esa vida. Ese palpitar desbordante de Liberato, siempre parsimonioso, pensante y reflexivo. Siempre con las palabras ética, democracia, justicia, camarada, dignidad. Esas palabras que se caían apenas salían de su boca, de tan pesadas por honestas.
Líder del movimiento estudiantil que luchó contra la represión y por la democracia en la UAS, defensor de colonos y campesinos, militante del Partido Comunista, candidato a rector, catedrático, investigador, sindicalista, escritor, columnista en periódicos locales —El Sol de Sinaloa, El Diario, Ríodoce y otros—, funcionario universitario, fundador de organizaciones de trabajadores que se oponían a la intolerancia, el oscurantismo y el “agandalle” en la casa rosalina —de la que siempre estuvo enamorado—, y dirigente estudiantil.
A muchos. A muchos incomodó ese féretro y esa foto y esa bandera. Toda rebeldía en él, en ese tumor, esa muerte. Y ahí, a su lado, alrededor, buenos y malos, malos y buenos: los ex rectores Héctor Melesio Cuen, Rubén Rocha Moya, Gómer Monárrez, Jorge Luis Guevara Reynaga, Víctor Antonio Corrales Burgueño, los dirigentes del Sindicato Único de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Sinaloa (Suntuas), Aarón Quintero y Rosario Quiñónez, jubilados que mantienen una lucha copiosa contra los que ahora gobiernan en la institución y que se identifican como partidarios del cuenismo —y del Partido Sinaloense (PAS), por tanto—, guerrilleros de la nostalgia y de escaparate, rebeldes de fin de semana y de camisetas estampadas, ex soñadores, claudicantes, burócratas, emperifollados con la mano en la billetera, trajeados, oquedades de oquedades.
Unos contra otros. Todos contra todos. Todos ahí y más de alguno, muchos de ellos, incómodos. Por la vida, la despedida, la muerte sin muerte, el adiós sin partida, de Liberato, el Chuco para los amigos.

Liberato. Compromisos desde la juventud.
Liberato. Compromisos desde la juventud.

¿Puede morir alguien como él?
Con un tono que recordó los tiempos de movimientos sociales, convicciones y militancia, el rector Juan Eulogio Guerra Liera, destacó la lucha, la dignidad y la nobleza en la trayectoria de Terán.
“Nuestro paso por la vida es leve, pero siempre hay que enfrentarla con dignidad, con apego a valores, aferrados a la nobleza que se genera en el seno familiar, en el trabajo honesto y en el cultivo de amistades que vuelven perenne cualquier recuerdo, así vivió Liberato Terán Olguín, un hombre digno, de una sola pieza”.
Más enjundioso y con más tablas en eso de la oratoria y la vida política, Jorge Medina Viedas, ex rector, ex director de la agencia oficial de noticias Notimex y ex militante de la izquierda sinaloense, destacó la ética y la bandera de la justicia y la democracia dentro y fuera de la UAS, del fallecido.
“No entendía la maldad de la política, no entendía el significado de la lucha por el poder, porque él tenía una misión superior, una misión ética que era la de trascender a un sentido de la justicia y de la moralidad de los seres humanos. Sentimos su muerte, pero sabemos que hay un legado muy grande que deja Liberato: es la ética del movimiento estudiantil universitario que transformó a esta Universidad, que la sacó del anacronismo, del autoritarismo del viejo régimen”.
Y luego se preguntó: “¿Ustedes creen que puede morir alguien como él?”
Rito Terán, hermano del fallecido, señaló que recordarán a Liberato por muchas de sus virtudes, entre ellas la honestidad y la sencillez. Antes de poner una canción que inspiró en los sesenta y setenta la lucha de los comunistas, leyó unos versos escritos por Jean Turpy, también universitario:
“Camarada/ cuando esté frente a Dios/ dígale que acá, abajo/ hay una brigada que se llama Liberato Terán/ que está formada por hombres que luchan… que cantan”.
Liberato Terán. En defensa de la UAS.
Liberato Terán. En defensa de la UAS.

Aplausos y empujones 
Entre aplausos y empujones, la ceremonia terminó. Incómodos, sonrojados, tristes, nostálgicos y cuchicheando, integrantes de la clase política universitaria montaron guardia y luego intentaron partir. Rodolfo Meléndrez, conocido como el Chichí, puso la voz en lo alto para denunciar que no lo dejaron hablar.
“Nos quisieron callar… Liberato está presente en la lucha combatiente. Aquí te quedas en la UAS porque seguiremos luchando contra los que detentan el poder en la universidad, los traidores a su historia”, manifestó, y de inmediato fue rodeado por otros que lo respaldaron y luego le aplaudieron.
Pero ya el cortejo partía. Y partía también Liberato Terán Olguín en ese lustrado traje de madera, con esa bandera rojinegra y esa foto grande, en lo alto, con esa melena en sempiterna protesta, como queriendo no partir.
: En un foro comunista. La congruencia del líder.
: En un foro comunista. La congruencia del líder.

La ruta del Chuco 
Luego de un padecimiento de alrededor de siete años —un tumor en la cabeza—, la mañana del martes 21 de enero, a las 9:45 horas, murió en su casa Liberato Terán Olguín.
El profesor universitario, líder sindical, dirigente estudiantil y colaborador de diversos periódicos, recibió diversos homenajes académicos en la Universidad Autónoma de Sinaloa, a la que sirvió desde diversas trincheras.
En abril de  2013, mediante un coloquio que llevó el nombre de “Liberato Terán Olguín y sus avatares en la UAS 1966-2013”, cientos de académicos y estudiantes recordaron su participación y contribución en el movimiento estudiantil, sindical y en la reforma universitaria.
“Se volvió un ícono del movimiento estudiantil sinaloense por la firmeza de sus convicciones, la lealtad de sus principios, la perseverancia que mostró y su ética”, indicó esa vez Carlos Calderón Viedas, partícipe de estos movimientos, junto con Terán.
Liberato nació en San Ignacio, Tamazula, Durango, el 22 de marzo de 1947, y luego emigró a Sinaloa para continuar sus estudios. Se graduó en Economía en la UAS, alcanzó el grado de maestría en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y fue catedrático de la Preparatoria Zapata, la escuela de Economía, Filosofía y Letras, y en la licenciatura en Educación.
Tuvo variadas responsabilidades como funcionario universitario y en el activismo social y estudiantil: presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios de Sinaloa 1968-1970, miembro fundador del Sindicato del Personal Académico de la UNAM (SPAUNAM) en 1975, secretario de prensa del Comité Ejecutivo del Sindicato de Trabajadores de la UAS (Suntuas) de 1979-1981.
También fue candidato a diputado local por el Partido Comunista en 1980 y candidato a rector de la UAS por el Movimiento Rosalino en 1985. Entre sus ensayos destacan Los siete pecados del sindicalismo universitario, El radicalismo pequeñoburgués, La universidad al filo del cambio, Los retos de la universidad pública hoy, El financiamiento de las universidades públicas en México y la UAS: entre el vacío y el estrépito.
Es autor de los libros: Sinaloa, estudiantes en lucha: Marcha por la libertad; Pasos por el socialismo. Crónica de un viaje; Nueva Universidad y La Universidad en su encrucijada.

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