Malayerba: Gracias a Dios

Era tan temido que hasta los hermanos se le escondían: si viene a buscarme, no estoy. Pedían, rogaban, a los vecinos para que los escondieran y no ser encontrado por ese hombre que a sus veintitantos era un asesino sin reversa ni perdón. Presumía de sus saldos como quien celebra un diez en la escuela […]