A mis sobrinos Dora Helena y Jesús Óscar Peraza Franco
El recuerdo más fuerte y nítido es el de su foto al lado de Eva Sámano de López Mateos en la primera plana del Excélsior. La niña de la Escuela General José Aguilar Barraza, la hija del Armando y de la Dora, la alumna del profe Domingo, la más inteligente de todo el municipio, una preciosa morenita, por un lado de la esposa del carismático presidente al que le gustaban los toros, el boxeo, los autos deportivos y que por otra de sus aficiones evidentes, era también conocido como López Paseos.
Fue la foto más vista aquel año en La Cruz. En el pueblo jamás de los jamases pasaba algo como para ser tomado en cuenta por el gran diario de la vida nacional, por ello la foto era el orgullo del poblado. Estaba en todas partes, en las casas de los tíos, en la botica, en el abarrote, en la talabartería, en la nevería, en la zapatería, en la mueblería. Nótese que, salvo en el caso de los tíos, todo está en singular porque en aquellos ayeres en La Cruz no había mucho de dónde escoger. No supe si también estuvo en el “club” (como dignamente le llamaban a la cantina) o en el billar, porque en ambos sitios me estaba impedida la entrada por ser menor de edad. Por todos lados estaba esa foto que era el tema de la gran presunción. Ese es el recuerdo más fuerte, nítido y compartido.
Texto editado del libro Mira esa gente sola, capítulo “Es mi hermana Dorita”.
