A pesar de que Miriam (Adriana Llabrés) tiene familiares sordos, de que su pareja Lola (Ludwika Paleta) también lo es y de que en su trabajo como profesora de lengua de señas convive con estudiantes con esa condición, el saber que ella misma está perdiendo el oído a una velocidad muy rápida le causa un conflicto difícil de sobrellevar, que repercute en su vida personal, laboral y en los ensayos de la obra de teatro que pronto estrenará la compañía en la que es actriz. Por fortuna, a su escuela llega un nuevo profesor, con quien logra un estrecho vínculo y se convierte en una gran ayuda en el complicado proceso que vive.
Con justa razón, la cinta Todo el silencio (México/2023), dirigida por Diego del Río, se quedó con cuatro premios Ariel (mejor opera prima, actriz, para Llabrés, coactuación femenina a Paleta, y sonido) de las seis nominaciones que obtuvo (no ganó en mejor película ni guion), se trata de una historia indiscutiblemente necesaria e incluyente, ya que pocas veces, al menos en México, se aborda en la pantalla grande el tema de la sordera, y menos de una manera que ilustre tan preciso el escabroso camino de alguien que está a punto de dejar de oír para siempre.
La también nominada a mejor película y actriz (Llabrés otra vez ganadora) en el Festival de Morelia, lleva al espectador de la mano en una trama en la que expone lo complicado que es para una persona comunicarse solamente con lengua de señas; que de quienes sí escuchan, son muy pocos los que entienden y/o usan este sistema, lo que pudiera derivar en una profunda discriminación hacia la comunidad de sordos –incluso, en la propia cinta se muestra que entre los mismos implicados directamente en esta situación, suele haber incomprensión, como puede verse en esa reveladora discusión de Miriam y Lola, en la que esta deja claro que “el mundo no está hecho para sordos”.
El filme con guion de Lucía Carreras (excelente como guionista y/o directora en Tamara y la catarina, 2016; La jaula de oro, 2013; La cama, 2012; Nos vemos papá, 2011; Año bisiesto, 2010) es muy ilustrativo al exponer la manera en la que repercute en la afectada la noticia de que pronto dejará de oír, lo cual le trae consecuencias negativas en las relaciones familiares, de pareja, laborales, de amistad, en lo emocional y físico –llega el momento en el que Miriam no percibe los sonidos reales, sino ruidos, chillidos y zumbidos molestos y dolorosos, que la hacen detenerse, toser, marearse,
confundirse, estresarse y no ser ella misma.
Está de más decir que el elenco es otro acierto de la película disponible en Prime Video, comenzando por una extraordinaria Llabrés que logra transmitir precisamente lo que le implica en todos los aspectos de su vida quedarse sorda; pasando por una Paleta que cada vez se aleja más de sus papeles televisivos y demuestra su gran talento, que la lleva, incluso, a aprender a hablar como un “sordo oralizado”; un Moisés Melchor, quien hace las veces de salvavidas de Miriam en un intento de entender/aceptar lo que le pasa; sin dejar de lado las cortas, pero significativas interpretaciones de Arcelia Ramírez, Diana Bracho y Montserrat Marañón. Véala… bajo su propia responsabilidad, como siempre.