No tenían que haber asesinado a Héctor Melesio Cuen Ojeda para que cambiara la forma en que la Universidad Autónoma de Sinaloa ha sido conducida en los últimos 22 años, pero tampoco puede desaparecer el forjador y líder de un cacicazgo y que las cosas permanezcan igual. El crimen de Cuen tiene que esclarecerse y el gobierno, ahora la Fiscalía General de la República, debe buscar castigo para los responsables, como en cualquier otro crimen.
Pero eso es aparte. El otro tema es la UAS, qué va a pasar con ella, quiénes la van a dirigir, cómo, bajo qué ordenamientos, si habrá reformas en su interior y cómo, si ahora sí habrá acercamientos entre sus líderes y el gobierno estatal —incluyendo al Congreso del Estado— o si quienes la dirigen se atrincherarán y buscarán mantener sus privilegios y su modus operandi.
Si es esto último —a ninguno de los actores le conviene que lo sea—, las tensiones se mantendrán entre el gobierno y la UAS, con el agravante de que hay un actor que se ha hecho visible a partir de los hechos del 25 de julio, sin que se sepa todavía con claridad a qué se debe su presencia: el crimen organizado. ¿Quién introdujo este elemento en la ecuación?, no lo sabemos. Hemos dicho que Cuen insistió una y otra vez que interviniera Ismael Zambada García en el conflicto y que el gobierno estatal se negó. Luego aparece la presunta carta del Mayo en la que afirma que él asistió a una reunión donde supuestamente se arreglaría el conflicto Gobierno-UAS y esto, al menos, confirma las pretensiones de Cuen. Pero el hecho de que en la reunión, donde el Mayo dice que asistiría el gobernador Rubén Rocha, también estuviera un hijo del Chapo y que los dos terminaran en un avión con destino a los Estados Unidos, hace más complicada la historia, ya al borde de una novela de Don Winslow.
Sobre la relación de Cuen Ojeda con el Mayo Zambada, la UAS, sus directivos, no han dicho nada. Y no pueden argumentar que el “Maestro” ya estaba jubilado, que no tenía nada que ver con la UAS, que una cosa era el Partido Sinaloense y otra la Universidad. De la UAS lo primero que la sociedad sinaloense debió recibir era un deslinde claro, contundente de posibles relaciones criminales. Porque al final, con los hechos del 25 de julio, la UAS acabó enlodada. Y si a la presunción de manejos turbios de los dineros de la casa rosalina, imputados en una decena de carpetas de investigación, siete de ellas ya en manos del poder Judicial, se agrega que sus estructuras están involucradas con el crimen organizado, entonces estamos hablando de otro nivel del problema. No hay que olvidar que al menos un apoderado legal y socio de la familia Zambada, Ramón López Hernández, cuyas cuentas bancarias fueron congeladas por la UIF —y luego liberadas gracias a un amparo que logró—, fue durante muchos años director de recursos humanos de la UAS. ¿Es solo una coincidencia? No lo creo.
Y tampoco es coincidencia que el 2 de octubre de 2015, Joaquín Guzmán Loera se reuniera con Kate del Castillo y Sean Penn en la reserva ecológica de la UAS, en Cosalá, cuando el rector era Juan Eulogio Guerra Liera. Mesas y manteles puestos por el propio encargado de la reserva, Alfredo Leal (+), carnes y mariscos, paseo por la reserva, la Urraca y la Colibrí para que pernocten los invitados ¿Por eso el silencio de los rosalinos? (Cuando Ríodoce publicó la historia, Guerra Liera dijo que retiráramos lo dicho porque estábamos manchando la imagen de la Universidad y lo mandamos por un tubo porque teníamos las pruebas).
En realidad, el entonces rector no tenía vergüenza pues había sido primero Sean Penn el que dio a conocer la entrevista con el Chapo, publicada en la revista Rolling Stone, donde dijo que también habían estado sus hijos Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar. Y después fue la misma Kate del Castillo quien confirmó los hechos en un documental subido a Netflix.
Bola y cadena
LA VOZ LE CORRESPONDE A LA UAS, pero también a la sociedad. Ellos, en su defensa desde que empezó el conflicto con el gobierno estatal, han apelado al apoyo de la “sociedad sinaloense” porque la Universidad, dicen, es de los sinaloenses —que bueno que lo dicen—, pero hasta ahora no han pintado una raya respecto a los nexos de su dirigente asesinado cuando iba a reunirse con dos líderes del narcotráfico, uno de ellos el más buscado por el gobierno norteamericano. Si ellos callan, la sociedad no tiene por qué hacerlo y menos en un momento tan crucial para la institución.
Sentido contrario
SI BIEN ES CIERTO ES NECESARIA una profunda reforma al Poder Judicial que erradique la corrupción y termine con los privilegios, no creo que eligiendo a jueces, magistrados y ministros se resuelva el problema. Lo que en realidad quieren el presidente AMLO y Morena es capturar ese poder con lo cual el país, ahora sin ningún contrapeso, estaría a sus pies. Si ocurre el hecho de que los 43 senadores de oposición voten en contra de la reforma, entonces sí habría que iniciar una verdadera discusión para llevarla a cabo, pero con otras bases. Urge.
Humo negro
EN SU CONFERENCIA MAÑANERA del 5 de septiembre el presidente AMLO dijo que, entre otras cosas, celebra que “no hemos tenido asesinatos de periodistas más allá de lo que las circunstancias han ocasionado…”. No, pues menos mal. ¿Fue otra provocación, como aquella de su último informe de que el sistema de salud en México es mejor que el de Dinamarca? Fueron asesinados 42 periodistas y tenemos cinco desaparecidos. Pero no pasa nada: fueron “las circunstancias”.
Artículo publicado el 08 de septiembre de 2024 en la edición 1128 del semanario Ríodoce.