Durante este verano el peso mexicano se ha visto envuelto en la incertidumbre con altibajos significativos en su cotización con el dólar. Esto ha sido provocado por diversos factores, algunos surgidos en los mercados financieros internacionales, mientras que otros se han derivado de condiciones internas, como las temidas reformas que el actual presidente quiere establecer antes de cerrar su mandato, más específicamente la que concierne al Poder Judicial. Además de la desaceleración de la economía mexicana, así como unas finanzas públicas muy débiles, aunque el presidente diga lo contrario.

¿Qué pasó en los mercados financieros?

Sin duda el suceso más significativo ocurrió el pasado lunes 5 de agosto, que fue calificado como un “lunes negro” debido a las pérdidas financieras globales, que terminó por ser contenido bastante bien, evitando que desembocara en una crisis financiera global. Sin embargo, la turbulencia no ha terminado. Por ejemplo, además de que Warren Buffett vendió más del 50 por ciento de sus acciones de Apple, ahora vendió también más de 14 mil millones de dólares de otros activos, lo que sigue generando incertidumbre en los mercados.

También, tanto la política monetaria de Estados Unidos como la de Japón han afectado las posiciones de los inversionistas en el ámbito internacional demandando activos más seguros.

¿Qué pasa con el peso?

Los movimientos en los portafolios de inversión hacia activos menos riesgosos hicieron que la tendencia a la baja que ya se veía en la moneda mexicana siguiera su curso. Hasta finales de mayo el dólar se vendía en el rango de los 16 pesos por dólar, pero la primera semana de junio alcanzó los 18 pesos, llegando hasta 18.78 el 12 de junio. Después vendría un descanso para el peso y el dólar regresaría a cotizarse dentro del rango de los 17 pesos. Pero ya en la última semana de julio el peso empezó a perder valor y el viernes 2 de agosto, ante el anuncio de recesión en Estados Unidos, el dólar rompió la barrera de los 19 pesos, empeorando sus pérdidas el día 5, el “lunes negro”. También presentó pérdidas significativas la tercera semana de agosto rebasando los 19 pesos por dólar ante la discusión de la Reforma Judicial.

¿Qué esperar?

En este entorno de incertidumbre, los cambios que ocurran en detrimento de las garantías de la propiedad privada y el libre mercado podrían llevar a la moneda mexicana a una mayor pérdida de confianza, ocasionando su depreciación, pero esta vez debido a fuentes internas.

La depreciación de la moneda no genera directamente inflación, por ejemplo: los altos niveles inflacionarios en el último año han persistido aún con un dólar de 16 pesos, y no crecieron con un dólar de 25 pesos en marzo de 2020. Sin embargo, las actuales condiciones económicas no son nada halagüeñas, por ejemplo: el alto déficit público, la alta inflación y la desaceleración nacional y estadounidense auguran una transición presidencial complicada y un 2025 difícil en materia económica.

Por su parte, el Banco de México ya ha emprendido acciones para estimular a la economía, mientras se prepara para actuar protegiendo a la moneda, y aunque ese es su papel, le corresponde al ejecutivo federal componer las finanzas públicas y asegurar la legalidad para que México no entre en una crisis financiera crítica.

Artículo publicado el 25 de agosto de 2024 en la edición 1126 del semanario Ríodoce.