Sin averiguar, constantemente entregamos nuestra información personal y financiera a distintos portales, pero esto podría traer problemas serios con el destino de nuestros datos
Imagine que alguien toma su credencial del INE, la lleva a la copiadora, saca decenas de copias, sale a la calle y empieza a repartirlas a quien le pase por enfrente, ¿usted lo haría? Conocemos la respuesta: no.
Al no hacerlo, usted se está reservando su información personal. Es lo correcto. Sus datos son información valiosa, y solo debe ser entregada para un fin específico y con responsabilidad a personas, empresas u organismos serios y discretos.
En internet, los datos personales son nuestra carta de presentación. La información en nuestra credencial del INE es solo una pequeña parte de estos datos personales que, a diferencia de lo que haríamos en persona, en internet, entregamos indiscriminadamente.
“Facilitamos datos personales en cada momento, cuando queremos un crédito en alguna tienda, para ver videos o películas, juegos en internet, envíos, reservaciones a hoteles, restaurantes, aerolíneas, etcétera”, comentó Jaquelina López Barrientos, ingeniera en computación y especialista en redes de datos y seguridad informática de la Facultad de Ingeniería (FI) de la UNAM.
La especialista en ciberseguridad señala que existen muchas páginas que solicitan autorizar el uso de nuestros datos y solo los aceptamos, sin leer acuerdos o términos legales, facultando a estos sitios para que accedan a nuestra información y hagan uso de ella.
De igual manera, al realizar publicaciones en redes sociales como fotografías y videos de nuestra persona, nuestros familiares y mascotas, proporcionan información gráfica que se suma a la información textual. También, al realizar el check in en los lugares que visitamos, estamos dando información sobre nuestra ubicación actual.
“Nuestra imagen y voz se registran constantemente. Las fotos en redes sociales y las cámaras de seguridad en la ciudad permiten asociarnos con nuestro nombre y ubicarnos en ciertos lugares y horarios”, agregó López Barrientos.
Sin paranoia pero con cuidado
Dado que vivimos en un mundo hiperconectado, llevar una vida sin internet parece imposible. Tampoco se trata de aislarnos, solo hay que tomar algunas precauciones.
Una manera de identificar sitios seguros es validando que la URL de la página comience con “https” en lugar de “http”. La “s” en “https” significa “seguro”. Esto quiere decir que la página cuenta con un protocolo de seguridad que cifra la información transmitida entre nuestro navegador y el sitio web.
Por su parte, el correo electrónico puede ser un medio de entrada para un ataque de suplantación de identidad o phishing. Para minimizar los riesgos, es recomendable no abrir correos de remitentes desconocidos, ni dar clic en enlaces o descargar archivos adjuntos.
La especialista recomienda utilizar contraseñas robustas y distintas para cada sitio o aplicación, verificar la seguridad de los sitios en los que depositamos información, evitar el uso de redes públicas como las que hay en cafés o restaurantes o utilizar el modo incógnito al acceder a navegador.
Con información de la Gaceta UNAM.
Artículo publicado el 04 de agosto de 2024 en la edición 1123 del semanario Ríodoce.