Migrantes: víctimas del trabajo infantil en campos agrícolas

Migrantes: víctimas del trabajo infantil en campos agrícolas

En el valle de Escuinapa, los hijos de jornaleros continúan laborando, como parte de una cultura de las poblaciones indígenas

Los niños migrantes que arriban al valle de Escuinapa junto a sus padres en la búsqueda de una oportunidad en el campo sinaloense, siguen siendo las víctimas del trabajo infantil.

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El martes 30 de julio del 2024 fueron identificados 50 infantes en unidades de transporte que se dirigían a laborar a campos agrícolas, a través de un operativo realizado por el Sistema DIF Municipal.

Los menores provenían principalmente de la comunidad de Isla del Bosque y se trataban en su mayoría de migrantes, de acuerdo con las declaraciones del procurador para la Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, Germán Apodaca Morales.

María Elena Zavala Romero, presidenta del Sistema DIF en Escuinapa, agregó que se detectaron desde bebés hasta jóvenes de 17 años.

El hecho no tuvo sanción alguna, solo fue un programa preventivo con la intención de notificar a choferes y productores que, en próximas detecciones de infantes, no habrá tolerancia y se aplicarán multas severas. 

“Ese es un problema que aquí en el valle se ha dado mucho tiempo, principalmente en la Isla del Bosque, donde radica la mayor parte de las personas que vienen de fuera a trabajar en los campos agrícolas. Ha sido una problemática muy grande porque esas personas vienen de comunidades indígenas que no cuentan con un registro, con los usos y costumbres de aquí y viven en condiciones muy lamentables”, dijo el procurador.

Ubicada en el Valle de Escuinapa, al suroeste de la cabecera municipal, Isla del Bosque es el hogar, temporal o permanente, de miles de migrantes que provienen de distintas partes de la República que se dedican a la labor agrícola.

De octubre a mayo el campo del valle se llena de manos foráneas que se dedican a la recolección de hortalizas. A finales de julio, para quienes se quedan, el trabajo se dirige al corte de mango.

Durante la temporada alta, cientos de infantes sin supervisión alguna deambulan sobre las calles de Isla del Bosque, pero también se acercan a los campos en busca de trabajo para apoyar al sustento familiar.

Pero la labor no solo se centra en lo agrícola, niños pequeños cuidan a sus hermanos que son aún más chicos mientras sus padres trabajan.

“La gran problemática aquí en el municipio de Escuinapa son los migrantes de otros estados, te puedo decir de Durango, Guerrero, Chiapas, Nayarit… cuando está la temporada alta, diario encontramos niños extraviados, niños que andan solos en la calle, en la madrugada, sin supervisión alguna. La gran problemática del trabajo infantil es respecto a ellos. Quien los emplea o los lleva no tiene esa conciencia de decir ‘no te puedo dar trabajo si vienes acompañado de un menor’”, declaró Apodaca Morales.

El 13 de febrero del 2024, el Sistema DIF Escuinapa detectó a 199 niños que eran trasladados a laborar a campos agrícolas. Ese ha sido hasta el momento el mayor número de infantes identificados en un operativo.

MARÍA ELENA ZAVALA. Problema constante.

Vivir para trabajar

Para Zavala Romero y el procurador, los usos y costumbres de los migrantes contravienen las leyes de protección al infante que pretenden preservar.

La arraigada cultura del trabajo de las personas que vienen de fuera genera que desde la infancia se comience con la labor en el campo. 

“Hay menores que ellos te dicen: ‘la verdad es que yo prefiero irme a trabajar’, no quieren ir a la escuela, quieren ir a trabajar, como que ya traen esa cultura de que ‘como desde chiquito mi papá así empezó, pues yo también’”, contó la presidenta del DIF.

“Ellos tienen los usos y costumbres de que se va toda la familia. Porque el niño de siete años que ya puede un baldecito se lo llevan a trabajar. Ellos ven generar, generar; si todos trabajan, todos podemos trabajar y no ven ellos que están muy pequeños, que se deben quedar en casa.

“Muchos nos decían: ‘tengo 15 años, ya tengo familia, ya estoy casado’, es que tú no debes de tener esa vida… Porque se nace con una cultura de yo nada más voy a trabajar, yo no voy a estudiar ni voy a hacer esto, y voy a morir de esa forma”, declaró el procurador.

Apodaca Morales identificó tres muertes de niños en lo que va del año en el valle. Uno de los fallecimientos se registró el 30 de enero, cuando una niña de 1 año y medio falleció al caer a un estanque en la comunidad de Cristo Rey. Su madre, originaria de Durango, trabajaba en la recolección de hortalizas, cuando perdió de vista a la niña.

 “En el momento del traslado a los campos agrícolas se exponen a muchos riesgos por los usos y costumbres que ellos traen, llevan a bebés de meses, niños chiquitos y obviamente no van a poder cuidar un bebé, van a estar trabajando. Entonces los dejan descuidados y se exponen a muchos peligros”, comentó Mariam Noriega Díaz, coordinadora del Programa de Atención de Niñas, Niños y Adolescentes en Situación de Riesgo.

Pero la responsabilidad no solo se centra en los usos y costumbres de los migrantes, también en la permisividad de los transportistas, productores y caporales, que dejan a los menores de edad llegar al campo; y quienes ya fueron advertidos que en próximas detecciones serán sancionados con multas, el retiro del vehículo y la licencia de conductor.

“Para ellos, la identidad no les sirve de nada”

Apodaca Morales estimó que, en temporada alta, arriban al valle de Escuinapa de 3 mil a 6 mil migrantes y entre 800 a mil son infantes.

El funcionario declaró que no existe censo ni registro que ayude identificar a las personas que arriban al municipio sureño.

“Cuando hay una problemática, un problema familiar, una discusión y hay menores involucrados; yo he actuado y cuando preguntamos toda la familia no tiene un registro. Ahí empieza la primera problemática, todas esas personas que vienen para acá quiénes son, con qué intención están aquí, qué problemas causan, a quién vamos a identificar, a quién vamos a señalar”, cuestiona.

Zavala Romero comentó que muchas veces los familiares no tienen los documentos completos al momento de pedir estancia en el albergue o en ocasiones los menores ni siquiera cuentan con un registro de identidad para ser atendidos en un hospital.  

“No los registran porque para ellos la identidad no les sirve de nada. La educación no les sirve. Todo va enfocado a: nosotros venimos a trabajar en el campo. Las condiciones en que vivimos no nos interesan, lo que comemos no nos interesa. Ellos nomás quieren trabajar y no tienen otra idea. La mayor problemática del trabajo infantil, son por ellos, por los migrantes”, sentenció el procurador.

Artículo publicado el 04 de agosto de 2024 en la edición 1123 del semanario Ríodoce.

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