Cine: ‘No negociable’

Cine: ‘No negociable’

El negociador de grupos especiales Alan Bender (Mauricio Ochmann) es requerido para convencer a Vicente (Leonardo Ortizgris), un secuestrador que cubre su identidad con una máscara de cordero, de que suelte al presidente Araiza (Enoc Leaño), aunque antes se deban pagar varios millones de pesos. Sin embargo, Alan se da cuenta muy pronto que no es casualidad su presencia en ese operativo, ya que uno de los rehenes con los que Vicente intenta presionar para se cumplan sus caprichos, es precisamente Victoria (Tato Alexander), su esposa, por lo que el hurto está relacionado directamente con él y ahora no nada más debe buscar cómo salvar al mandatario, sino a la madre de su hija, con la que, por cierto, no anda muy bien.

Curiosamente, No Negociable (México/2024) es una película entretenida. Fácilmente la dirigida por Juan Taratuto se aguanta de principio a fin, a pesar de sus evidentes fallas. De entrada, tiene la ventaja de no enredarse en varias subtramas: el objetivo solo es cobrar las facturas a esos dos que no estuvieran a la altura cuando realmente se les necesitaba, y para eso hay que juntarlos en una situación que involucre sus trabajos y presionarlos con algún riesgo en su vida personal.

Si eso se desarrolla con una narrativa lineal, sencilla, generando un poco de expectativas, con un operativo policial de pocos golpes, pero muchas amenazas de disparos o explosiones, es muy probable que el espectador se mantenga atento hasta el final.

No obstante, si se rasca un poco tratando de profundizar en la historia, el filme recién estrenado y posicionado como uno de los más vistos en Netflix es uno más del montón, que bien pudiera dejarse para esas veces que se quiere ver una película en grupo y mientras se atiende la pantalla de vez en cuando, se cuenta algún chiste, se platica una anécdota, se hacen comparaciones de la propia vida con la de los personajes, se avientan las palomitas al aire y se cachan con la boca… o lo que sea, y por más distracción, sin el riesgo de perder el hilo de la trama.

Uno de los principales problemas de la película con un guion de Julieta Steinberg, Joe Rendón, Daniel Cuparo y Marcelo Birmajer, basados en una idea de Alejandro De Grazia, es que se percibe inverosímil en varios aspectos. Por ejemplo, por más que ande en malos pasos y quiera pasar desapercibido, un presidente (mucho menos en México) no va andar solamente con su chofer: mínimamente va llevar un carro adelante y otro atrás, resguárdanoslo, y; es cierto que Ochmann se salió un poco de su zona de confort en comparación la mayoría de sus otras actuaciones, y le añadió un poco de fuerza a Alan para estar en el contexto de lo policiaco, pero su manera de conducirse no convence a nadie, menos si interrumpe un salvamento para contestar una llamada que resulta ser de esas que ofrecen productos. Tampoco ayuda el tono de la cinta.

Es casi un hecho que, si no se le hubiera añadido esa intención de “comedia”, el resultado sería uno mejor, porque cada que los intérpretes dicen algo con ironía y/o sarcasmo, se ve desagradablemente absurdo, principalmente, la actitud de la hija de Alan y Victoria, las reacciones en todo momento de esta, la supuesta altanería e inteligencia del secuestrador y la disque sumisión del secuestrado. Véala… bajo su propia responsabilidad como siempre.

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