La anemia es una afección que se da cuando el nivel de hemoglobina en la sangre es bajo, lo que disminuye la carga de oxígeno a los órganos y tejidos, y existen muchos tipos, según explica a GULA la hematóloga Claudia Avitia.

La especialista indicó que, las mujeres en edad fértil y durante el embarazo, así como los niños, son más propensos a desarrollarla, “puede deberse a una mala dieta”. Eso no quiere decir que a los hombres no les dé, aclara.

La anemia puede ir de leve a grave, cuando los niveles de hemoglobina en mujeres son de 10 a 12 gramos por decilitro (g/dl) y en hombres de 10 a 13, es leve; de 8 a 10 se puede decir que es moderada, y si se tiene menos de 8, es grave”, y existen muchos tipos, con diferentes causas y síntomas, aunque, “todos los tipos presentan el Síndrome Anémico: fatiga, palidez de la piel, somnolencia, taquicardia y disnea de esfuerzo”.

Incluso señala, en algunas ocasiones la anemia, “es señal de otras enfermedades”.

“Es importante señalar que, de la anemia no viene la leucemia; la cuestión es que la leucemia provoca anemia. No quiere decir que porque tienes anemia te va a dar leucemia, eso es incorrecto”, aclara.
A nivel mundial, según la OMS, padecen anemia el 40 por ciento de los niños y niñas de 6 a 59 meses, el 37 por ciento de las mujeres embarazadas y el 30 por ciento de las mujeres de 15 a 49 años.

Tipos de anemia

La anemia ferropénica es el tipo más común. Se debe a la “deficiencia de hierro por pérdida, ya sea por la dieta, el embarazo, o sangrados como menstruación, rectorragia y hematuria”, indica la doctora.

Además del síndrome anémico, “puede producir diversos síntomas como: pérdida de cabello, síndrome de pica y uñas quebradizas”.

De acuerdo con la OMS, “las pérdidas menstruales abundantes y constantes, el aumento del volumen sanguíneo materno durante el embarazo y la pérdida de sangre durante y después del parto, suelen provocar” este tipo de anemia.

La anemia megaloblástica ocurre cuando el paciente “inhibe la forma de absorción de ácido fólico y vitamina B12, por la dieta, y es común en personas veganas, o alcohólicas”, asimismo da a quienes se realizan “alguna cirugía bariátrica o adultos mayores”, cuando tienen una mala dieta. Además del síndrome anémico puede provocar falta de apetito, irritabilidad y malestares estomacales.

Otro tipo de anemia es la hemolítica, que se desarrolla “por la destrucción de eritrocitos y por causas autoinmunes”, explica Avitia, “ocurre cuando los glóbulos rojos son destruidos por los anticuerpos de la misma persona, y los síntomas son los de un síndrome anémico”.

Los factores de riesgo para el desarrollo de la anemia hemolítica son, según el IMSS, “consumo de medicamentos como: Alfa metildopa, cefalosporinas, penicilina, piperacilina, sulbactam, clavulanato, platinos y fludarabina; afecciones virales y algunas bacterias”.

También existen las anemias congénitas, como talasemias, esferocitosis, “con las que se nace y es pura vigilancia”.

Principales complicaciones

Una persona con anemia, indica la especialista del IMSS en Culiacán, “puede llevar una vida tranquila”; sin embargo, “cuando es mal tratada la anemia hemolítica puede causar infartos”.

Tratamiento

El tratamiento, explica, va a depender de la deficiencia que la persona presente; “hay pacientes que lo abandonan, por eso dicen que la anemia regresa”, sin embargo, “se debe a que han sido mal tratadas”.

En el caso de la anemia ferropénica, es necesario subir los almacenes de hierro, “el tratamiento es mínimo tres meses, si no es grave”. Para la megaloblástica: “dar ácido fólico y vitamina B12, dependiendo la deficiencia” por un periodo no menor de seis meses. Y para la hemolítica: “se recomiendan tratamientos como esteroides”.

Asimismo, aclara que “no siempre se necesitan trasfusiones de sangre”, estas se realizarán de acuerdo a la gravedad y es dependiendo del médico tratante.

Prevención

La base para una buena salud es una dieta balanceada, “el cuerpo es tan inteligente que ya sabe cuánto tiene que absorber de cada alimento”, así como “evitar los ayunos prolongados, laboratorios cada seis meses y estar atento a los síntomas… escuchar al cuerpo”.

Artículo publicado el 13 de agosto de 2023 en la edición 1072 del semanario Ríodoce.