Encolerizó por aprontados en su sucesión y ordena razzia de funcionarios

Está visiblemente molesto, tanto que reacciona con una condena a la pregunta lanzada a boca de jarro. ¡No saquen el cobre antes de tiempo!

Y después hace una pausa breve, como queriendo reacomodar las ideas que le rebrotan a racimos, y sentencia. “El curso de Morena no garantiza un puesto. Hay otros métodos”, y hace esa mueca que arisca la nariz, mejillas y entrecejo, como anticipando que ejercerá el derecho de veto, como en otros tiempos lo hacía, cuando era el segundo en el gobierno de Sinaloa, y considerado el poder detrás del trono.

El que habla ante micrófonos y grabadoras es el alcalde de Ahome, Gerardo Octavio Vargas Landeros y enfrenta el descontrol de su círculo cercano pues recién acaba de concluir la gira en Sinaloa de Claudia Sheinbaum. Y tras ese recorrido, las huestes de desechos políticos de otros partidos se lanzaron a los cursos para candidatos a los puestos de elección popular. De Ahome, fueron regidores y funcionarios del gabinete.

Aquellos registros y fotografías publicadas en redes sociales provocaron una debacle y condena de la militancia tinta que, a gritos, reclamaba el arribo invasivo de tricolores, blanquiazules, amarillos, naranjas, y demás personajes incoloros y sin sabores.

De los ediles que sacaron el cobre, sólo Antonio Menéndez De llano Bermúdez salió a dar su posicionamiento, reconociendo que tenía aspiraciones políticas, como de ser acalde de Ahome, y llamó a la militancia de morena a la unidad… pero a su figura e intereses.

Tras que el presidente municipal se dijo sorprendido por los que consideraba sus aliados en el gobierno y recriminó el que estos mantuvieron en secreto y a su espalda sus pretensiones de sucederlo en la silla, lo que provocó un manotazo de poder… y ordenó la razzia disfrazándola de renuncias de aquellos a los que consideró aprontados y ceses de funcionarios a los que culpó de ser los artífices de descalabrar su aceptación social.

Y en salida pública, anunció las renuncias de su tesorero, Antonio Vega Arellano, quien en más de una ocasión había filtrado que el cargo municipal estaba minando su estatus de contador certificado y con ello a su despacho, y la de Felipe de Jesús Juárez Soto, el director del Instituto Municipal del Deporte IMDA., quien nunca ocultó su aspiración política dentro de morena y del PT.

Vargas Landeros echó mano de los que siempre lo han acompañado en su carrera política y designaría a Gerardo Hervas Quindos, como el relevo de Vega Arellano y a Marco Antonio Galaviz Ruelas para el IMDA. Hervás era el director de administración de la comuna y consejero predilecto del alcalde, mientras que Galaviz resultaba el secretario particular del secretario de la comuna, Genaro García Castro y fue también, el secretario del gobernador, Mario López Valdez, jefe político de Vargas Landeros.

Vargas no solo encumbró a sus seguidores, sino que recicló a su ex secretaria particular, María de Jesús Castro Acosta quien era la síndica en la Central para designarla directora de Participación Ciudadana desplazando a Oliver Castro Marañón a la coordinación de asesores; y enrocó a Odman Racheth Burgos Delgado, como director de Obras Públicas desplazándolo de la secretaría de Bienestar.

También cesó a Carlos Eduardo Villaseñor Castro como gerente técnico y de operaciones de Japama y a Héctor Fonseca Beltrán, como jefe de Inspectores en Normatividad.

Vargas no tuvo empacho en reconocer que los cambios eran para mejorar el servicio público con miras en la sucesión de poderes que ocurrirá el año próximo, reiterando que estos continuarán en caso de más renuncias o que el resultado produzca protestas sociales.

Los justificó con la premisa de que pretende que la gente lo salude cuando los ciudadanos se lo encuentren en la calle, “lo que no sucede con algunos ex alcaldes”.

Artículo publicado el 01 de octubre de 2023 en la edición 1079 del semanario Ríodoce.