En los últimos cuatro años y ocho meses el Ejército Mexicano ha incautado al Cártel de Sinaloa 33 máquinas tableadoras utilizadas en la producción de pastillas de fentanilo, las cuales son las mismas del sector farmacéutico para fabricar comprimidos de distintos tamaños, formas y presentaciones.

Según cita El Universal, en lo que va del 2023 las autoridades castrenses han logrado decomisar ocho de estas máquinas; y desde 2019 a la fecha suman 33, las cuales fueron aseguradas en 21 narcolaboratorios desmantelados en Sinaloa, y uno en Tijuana, Baja California.

En dichos centros de manufactura de drogas sintéticas el Ejército logró además el aseguramiento de 619 kilos de fentanilo, 3 millones 769 mil 628 pastillas, 8 kilos de heroína, 229 kilos de metanfetamina, un kilo de cocaína y 22 inmuebles, según cita el diario datos de la Sedena.

Asimismo el medio entrevistó al químico Jorge Cárdenas, quien dio cuenta que dichas máquinas son necesarias para que las tabletas contengan la cantidad exacta de fentanilo. “Explica que una tolva, es decir, un contenedor de 100 kilos, puede llevar menos de un kilo de fentanilo y el resto son excipientes, aditivos y material inerte, como talco”. Por otro lado señala que de un kilo en polvo de fentanilo se obtienen 500 mil pastillas.

En el artículo el especialista destaca que dichas máquinas, programadas para la mezcla de los sólidos, en México no son autorizadas por lo que deben ser adquiridas por una farmacéutica, y que pueden ser traídas desde países como China.

El Universal entrevistó también a Manuel Balcázar, investigador asociado del Centro de Estudios sobre Seguridad, Inteligencia y Gobernanza del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), quien señala que las organizaciones del narcotráfico se están volviendo más manufactureras de fentanilo en el país.

“Aunque hubiera restricciones, en los mercados de segunda mano, de productos robados o de contrabando se podrían conseguir e instalar”, precisó.

Agregó que “los criminales están exportando droga a Estados Unidos con las redes que ya tienen por la facilidad que implica poder desplazarse sin ser detectados a través de los mecanismos tradicionales.

Señala que el modelo cambia, luego de que los grupos delictivos observaron que la ganancia está cada vez menos en las drogas naturales y más en las sintéticas”.

Por su parte Artemio Cantú, agente jubilado de la DEA, señaló al medio “que una tableteadora básica no necesita un espacio muy grande, por lo que las pastillas pueden ser elaboradas en un apartamento o casa”.