Sergio López Sánchez edita la obra que recoge las memorias de quien dirigiera la primera empresa del espectáculo en el país
El propósito de escribir mis memorias es impedir que el olvido cubra los sucesos interesantes que vivieron nuestros antecesores. Al mismo tiempo, creo un deber de gratitud rendir de esta forma un humilde homenaje a las generaciones pasadas de la familia, a las que mucho debemos.
Así se leen las palabras introductorias de Andrés Atayde Arteche, en el libro que editó el sinaloense Sergio López Sánchez, para conmemorar el 135 aniversario de fundación de la primera empresa de espectáculo en el país.
En esta obra están las vivencias escritas por quien fuera director del circo de 1911 a 1946. Hay poca información familiar, pero sí anota sobre los nacimientos, matrimonios, enfermedades, defunciones. También la gira que por 20 años realizaron desde Puebla para recorrer toda Sudamérica.
Es la historia de un grupo de mexicanos nómadas que se dedicaban a entretener y cómo recibieron aplausos, fueron robados, vivieron la gran depresión de los años 30 y el dinero no alcanzaba para ir al circo, ellos incluso soltaron animales al campo para que buscaran su propio alimento.
El circo Atayde
En 1988 se fundó el Circo Atayde. Desde entonces asegura Sergio López Sánchez que recorrieron el mundo.
“Estamos hablando de la empresa del espectáculo más antigua del país. Es el recuerdo de millones de mexicanos. De algún modo eran como los representantes de México en el extranjero”, señala el investigador.
“El Circo Atayde tenía la costumbre de abrir con un desfile con mariachi, trompeta, animales, artistas, popularizaron el traje de charro y de china poblana”.
En este libro que se desarrolló en un lapso de 15 años, contó que está la voz de Atayde Arteche de principio a fin. Lo que él hizo fue hacer la corrección de estilo, selección de imágenes, anotaciones y el desarrollo de un glosario.
“Yo tuve acceso a los archivos a través de su hijo, Andrés Atayde Guzmán, quien ahora tiene 94 años, a partir de eso empezamos a armar este libro con un discurso gráfico. El lector va leyendo lo que se escribió y vas encontrando las imágenes de esos sucesos”.
“Realicé una edición completa, voy poniendo notas a pie sobre hechos históricos, que ellos vivieron en Argentina, Brasil, así como los términos que se utilizan”.
Recuento de historias
Andrés Atayde Arteche no llevó un diario como tal, después de estar 20 años fuera del país de gira, entonces quiso informar en México lo que había pasado en todos esos años. No hay fechas sino memorias.
“Estas son las memorias de Andrés Atayde Arteche, de la tercera generación, él murió en 1975 y esto es lo que dejó, no habla de temas familiares, sino de cómo iban viviendo”.
“Ellos trabajaron durante muchos años en el noroeste de México, desde Guadalajara hasta Nogales y Estados Unidos, hasta que en 1926 salieron a Puebla, para llegar a Tapachula, Guatemala hasta que llegan al estrecho de Magallanes, todo centro y Sudamérica. Fue una gira de 20 años”.
El Circo Atayde regresa al país en 1946 con mucha fama y gran éxito. Desde entonces tenían dos temporadas al año en la Ciudad de México, era toda una empresa constituida.
“En muchas partes de Latinoamérica, Atayde es sinónimo de circo, de hecho hay muchos circos piratas con este nombre, porque ellos dejaron la tradición”.
El circo como tema
Investigador también del Circo Chiarini, López Sánchez menciona que este tema es como adentrarse a los recuerdos de miles de familias, incluso la suya.
“Para mí es un poco como investigar sobre mi propio pasado como espectador. Acabo de terminar mi maestría en cultura escrita, sobre el circo Chiarini y en la última página está una imagen mía de 1976 con mis padres en el Circo Atayde, en las ruinas de la Central Camionera”, menciona.
“Hay mucha gente que lo tiene grabado, el circo es un espectáculo, digamos verbal, que es para toda la gente, letrada o no, hispano hablante o no, puedes ver rusos, argentinos, armenios, franceses, alemanes, españoles, de todo el mundo”.
El circo aseguró que sigue siendo un gran entretenimiento, de hecho el Circo Atayde sigue con temporadas en el Teatro San Rafael de la Ciudad de México, aún habiendo superado la gran crisis por la prohibición de animales y la persecución de la que fueron objeto.
“Cuando se vino todo este tema de la eliminación de los animales en los espectáculos, miles de artistas salieron del país. Fue una tragedia, quebraron muchos circos; los Atayde vendieron su terreno y liquidó personal con más de 60 años, no había dinero para un libro y ahora con esta buena noticia tenemos estas memorias”.
Artículo publicado el 10 de septiembre en la edición 1076 del semanario Ríodoce.