Para la Auditoría Superior del Estado (ASE), la Universidad Autónoma de Sinaloa causó un presunto daño patrimonial por 466 millones de pesos al no acreditar el uso y destino de esa cifra, ingresada a la institución como recursos propios.
Lo anterior forma parte de las observaciones contenidas en el Informe Individual de la Revisión y Fiscalización Superior de los Recursos Públicos de la Universidad Autónoma de Sinaloa, entregado a la Comisión de Fiscalización del Congreso del Estado.
El documento, relativo al ejercicio fiscal 2022, está compuesto por 23 páginas, en las que se detalla la cronología de reiteradas solicitudes de información que realizaron los auditores de la ASE a los funcionarios de la UAS.
“No fue posible realizar el análisis, revisión y examen de la recaudación y ejercicio del recurso propio en virtud de la omisión arbitraria de la entrega de la información y documentación correspondiente”, se lee en el documento firmado por la titular de la ASE, Emma Guadalupe Félix Rivera.
En el informe la ASE explica que se llevó un proceso de ejecución de auditoría a la UAS, con el objetivo de fiscalizar la gestión financiera del 2022, para verificar los estados financieros, la recaudación de los ingresos propios, así como los registros contables y la documentación comprobatoria y justificativa del gasto, para comprobar que se haya realizado de acuerdo con las disposiciones legales y normativas aplicables.
Para la ASE, la actividad desarrollada se realizó en un estricto marco constitucional y legal, y en cumplimiento al Programa Anual de Auditorías, Visitas e Inspecciones 2023, que se había presentado a la Comisión de Fiscalización del Congreso del Estado.
En el informe, el cual se hizo público la semana pasada, se precisa que derivado de la omisión de la entrega de información y documentación por parte de la UAS, y para efecto de conocer los ingresos propios obtenidos en el ejercicio 2022, se procedió a consultar la página oficial de la universidad.
En la revisión de la ASE, los auditores encontraron un acuerdo emitido por el Consejo Universitario, a través del cual fue aprobado el Proyecto Anual de Presupuesto Programático de Ingresos y Egresos, así como un dictamen sobre los estados financieros emitido por un despacho contable, en los cuales se registraron ingresos propios por un importe de 466 millones de pesos.
La ASE pretendía en sus procedimientos de auditoría constatar la captación, ingreso, registro, custodia, administración y aplicación de los recursos propios obtenidos por la UAS en el 2022 en contraprestación a los servicios que brindó, los bienes que comercializó, así como también los rendimientos financieros generados en las cuentas bancarias vinculadas a dichos recursos.
El informe asegura que la UAS incumplió con la obligación de conservar y poner a disposición de la ASE los documentos comprobatorios y justificativos correspondientes a la contabilización de las operaciones relativas a los ingresos propios obtenidos en 2022 y que, por lo tanto, no comprobó ni tampoco justificó que fueran captados, registrados, custodiados, administrados y aplicados en apego a la normatividad establecida.
Por lo anterior, emitió un pliego de observaciones y por tanto, en términos de los auditores, se presume un daño patrimonial a la UAS por 466 millones de pesos, así como un par de promociones de responsabilidad administrativa.
La ASE advierte que en caso de que no sean atendidas en la etapa de seguimiento de la auditoría, la autoridad correspondiente realizará las investigaciones que correspondan en los términos de la Ley Genera de Responsabilidades Administrativas y la Ley de Responsabilidades Administrativas del Estado de Sinaloa, para las acciones y omisiones de los servidores públicos que incumplieron con las disposiciones legales aplicables.
En un apartado de comentarios, la ASE señala que, dentro del plazo para emitir respuestas, la UAS realizó diversas manifestaciones, las cuales fueron analizadas y evaluadas, sin embargo, se concluyó que no se solventaron los resultados de la auditoría.
Artículo publicado el 30 de julio de 2023 en la edición 1070 del semanario Ríodoce.
