Un cráter de aproximadamente 100 metros de diámetro y de entre 12 y 15 metros de profundidad se formó en la localidad de Karapinar en Turquía.
En la región que pertenece a la provincia de Konya, se han registrado diferentes sismos, donde han fallecido cerca de 44 mil personas.
El cráter se observa en medio del campo dedicado a la agricultura.
Las dolinas, normalmente con un diámetro de entre 10 y 30 metros y una profundidad que puede alcanzar 30 ó 40 metros, suelen aparecer de un día para otro en los cultivos de la extensa llanura de Konya.
En 2008 se formó una dolina similar, de 24 metros de diámetro y 35 de profundidad.
También las demás dolinas de Konya están solo protegidas con algún resto de alambrada, y son prácticamente invisibles en medio del campo hasta que uno se acerca a pocos metros del borde.
El fenómeno geológico se debe a que el terreno está formado por roca calcárea con sedimentos que albergan capas freáticas y que pueden derrumbarse si se crea un hueco, arrastrando la tierra hacia abajo.