El narcotraficante colombiano Harold Mauricio Poveda Ortega, alias el Conejo, quien trabajaba en México para el Cártel de Sinaloa, lloró durante el juicio contra Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública.
El Conejo estaba siendo interrogado por la Fiscalía durante la audiencia de ayer miércoles en la Corte Federal Este de Nueva York, y al ver unas fotografías de su antigua mansión en la Ciudad de México, donde tenía animales exóticos, lloró, de acuerdo a Aristegui Noticias.
Las fotografías mostraban a sus tigres, leones y un mono, cuyos nombres el Conejo iba enumerando según aparecían en imágenes de su casa, a la que los medios se refirieron en su momento y él recordó como “la mansión de la fantasía”.
“Es mi casa. Era mi casa”, dijo el narco colombiano con la voz rota y mientras se limpiaba las lágrimas con una mano.
La casa está situada en Ciudad de México en “El desierto de los leones”, en la alcaldía Cuajimalpa.
Poveda Ortega habló de asesinatos que ordenó, de secuestros y dio detalles de cómo fue torturado y humillado por agentes de la Policía Federal.
El Conejo, quien está en libertad condicional en Estados Unidos en espera de que se dicte sentencia, es un testigo de la Fiscalía contra García Luna, acusado por narcotráfico.
En su testimonio aseguró que trabajaba para Arturo Beltrán Leyva, cabecilla del clan de los Hermanos Beltrán Leyva, y que formó parte del Cártel del Sinaloa hasta una guerra interna que estalló en 2008.
Israel Ávila, contador y operador inmobiliario de la fracción del cártel de Sinaloa comandada por Arturo Beltrán Leyva, atestiguó en el juicio de Genaro García Luna que utilizaban los alias “Metralleta” y “Tartamudo” para referirse al ex funcionario, reportó el periodista Jesús Esquivel.