Bomberos de Sinaloa: auxiliar en la precariedad

BOMBEROS EN SINALOA. Con equipos obsoletos y sin herramientas básicas.

En Sinaloa, sólo los municipios de Guasave y Mocorito incluyen en su presupuesto los salarios y prestaciones de los tragahumos

Viven en la precariedad en todos los puntos cardinales. Los bomberos a lo largo y ancho de Sinaloa trabajan con equipos obsoletos, no cuentan con las herramientas y uniformes básicos para prestar auxilio, algunos ni siquiera con instalaciones propias, y la gran mayoría no perciben un salario, menos aún prestaciones.

Pese a que desempeñan una labor de alto riesgo, es muy raro que cuenten con seguridad social, seguro de vida o gastos médicos mayores.

La diputada presidenta de la Comisión de Protección Civil del Congreso del Estado, Aurelia Leal López, señaló que de los 18 gobiernos municipales, solo Guasave y Mocorito incluyen en su presupuesto los salarios y prestaciones de los bomberos.

La mayoría de quienes desempeñan su labor como bomberos son voluntarios que se incorporan a las tareas de auxilio y rescate en sus horarios disponibles, tras concluir sus responsabilidades laborales.

Los integrantes de los cuerpos de Bomberos asistieron a un foro en el Congreso del Estado con la esperanza de que los diputados promuevan que las condiciones de operación sean estables y seguras, no basadas en colectas y altruismo de la gente, sino con el apoyo formal de los municipios.

El alcalde de Salvador Alvarado, Armando Camacho Aguilar, relató que los bomberos son héroes para los niños, pero hay momentos en los que son villanos para la sociedad, cuando no pueden prestar un servicio o auxilio por falta de instrumentos y capacitación.

El hoy alcalde fue por ocho años bombero voluntario, labor que abandonó un día tras casi morir intoxicado por monóxido de carbono al combatir el incendio de un comercio. Recuerda que en esos hechos, tras controlar el fuego, el gerente del negocio los acusó de haberse robado unas lámparas.

Relata, con voz entrecortada, que ese día reflexionó que podría haber muerto, y se preguntó qué le esperaba a su hijo recién nacido y a su familia, si no contaba con salarios, seguro social ni un seguro de vida.

“Hoy en día mis compañeros todavía están sin seguro de vida, ¿qué les espera a sus familias y a todos los que están aquí si llegan a tener una tragedia de esa magnitud?”, cuestiona junto a representantes de cuerpos de bomberos de todos los municipios.

Camacho Aguilar vivió también episodios en los que grupos armados los obligaron a seguir trabajando en un rescate, pese a que no tenían los instrumentos ni el equipo para realizar su servicio.

Actualmente en Sinaloa funcionan equipos de Bomberos en 13 de los 18 municipios. No existen en Badiraguato, Choix, Concordia, Cosalá y San Ignacio.

El caso del Cuerpo de Bomberos de Salvador Alvarado puede ilustrar la precariedad con la que sobreviven los llamados tragahumos. El Gobierno del Estado les aporta 90 mil pesos, el municipio 60 mil pesos, pero el gasto operativo mensual de la corporación es de 350 mil pesos, lo que significa que tienen un déficit de 200 mil pesos mensuales, esa cantidad la buscan conseguir entre la iniciativa privada por la vía de donativos.

Durante la administración de Aurelia Leal como alcaldesa de Guasave tuvieron la oportunidad de ser incluidos en la nómina del gobierno municipal, quien además les otorgó seguridad social y un seguro de vida a los integrantes del Cuerpo de Bomberos.

El patronato de Bomberos de Mazatlán también tiene sus carencias y sufren porque tienen que pedir la colaboración de los mismos empresarios para poder subsistir.

En Mazatlán los bomberos trabajan con máquinas del siglo pasado que van de 1970 a 1980, las cuales requieren un alto costo de mantenimiento. El patronato le da prioridad al pago del trabajo que desarrollan los bomberos. Hace cuatro años tenían solamente dos en nómina, ahora ya suman 32 con seguridad social.

La posibilidad de que la nómina la pudiese tomar el gobierno municipal sería un respiro para apostarle a una mayor profesionalización y mejorar el equipo de que se dispone.

Todos los patronatos de Bomberos tienen problemas de liquidez. Se estima que cada salida de auxilio tiene un costo de 3 mil 500 mil pesos, y si actualmente se registran aproximadamente 10 mil salidas anuales, al menos se requieren para bomberos 35 millones de pesos, solo para cubrir el gasto operativo.

Pese al crecimiento de Culiacán, en los últimos 30 años no se ha abierto una nueva estación de bomberos. En los estándares internacionales el tiempo de respuesta es de 5 minutos, pero en la ciudad no se pueden bajar de 12 minutos, muy lejos de lo recomendado.

Existe el plan de abrir una nueva estación de bomberos en la zona de Valle Alto, lo que podría logar atender a 15 mil habitantes en un lapso de 5 minutos después de recibir un llamado de auxilio, si se van a 10 minutos, se cubriría a 30 mil personas, pero la zona tiene 80 mil habitantes.

Aunque se hicieron reformas legales para financiar la operación de los cuerpos de bomberos con ingresos del impuesto predial, lo cierto es que los ayuntamientos terminan por no entregar las aportaciones completas.

La Junta de Agua Potable de Navolato tiene un adeudo de un millón y medio de pesos al Cuerpo de Bomberos de ese municipio, lo que complica la operación de la corporación.

La mayoría de las corporaciones de bomberos prefieren que les hagan donativos en equipo que en pagar salarios o seguridad social a sus bomberos. Todas se cuestionan que tienen que entrar en una mecánica de “mendigar”, pedir cooperación y hacer colectas entre los empresarios para lograr ingresos.

El Cuerpo de Bomberos de Mocorito ilustra también la precariedad de las instalaciones en la cabecera de municipio, es un espacio que solo tiene paredes, en tanto que la otra estación que funciona opera en un negocio de autolavado.

Pese a que urge una mayor profesionalización de los bomberos frente a siniestros, y personal que esté disponible las 24 horas los siete días de la semana, los ayuntamientos están cayendo en faltas administrativas al no canalizar los recursos que les corresponden a la corporación, como lo señala la Ley de Hacienda Municipal, advierte la diputada Aurelia Leal.

La disposición está contenida en el artículo 105 de la Ley de Hacienda Municipal del estado de Sinaloa, que señala una contribución especial, pero los recursos han sido de libre disposición, lo que provoca que no lleguen a las corporaciones de Bomberos, o que sea mínimo el recurso que destinan los municipios más pequeños.

Mientras tanto los bomberos continúan su labor, en su mayoría como voluntarios, ahora con la esperanza de que un cambio al marco legal los pueda rescatar de su precariedad al ser incluidos en la nómina de los municipios.

Artículo publicado el 04 de diciembre de 2022 en la edición 1036 del semanario Ríodoce.

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