La ASE reveló una radiografía de la delicada situación de las finanzas municipales. El 80 por ciento no tienen disponibilidad financiera suficiente para hacerle frente a los pasivos de corto plazo.

Son nueve los municipios que han registrado un incremento de sus pasivos sin fuente de pago en los últimos años. Son los casos de Angostura, Choix, Cosalá, Culiacán, Escuinapa, Mazatlán, Navolato, San Ignacio y Sinaloa.

Según los informes de fiscalización de las cuentas 2021, siete municipios han registrado una disminución en los montos de los pasivos sin fuente de pago. Ahome, Badiraguato, Concordia, El Fuerte, Guasave, Mocorito y Rosario.

Elota no presentó variación en sus pasivos, en tanto que Salvador Alvarado y Ahome presentaron suficiencia financiera en 2019 y 2020.

Aunque el crecimiento de los pasivos sin fuente de pago complica la vida de sus proveedores, pero también la disponibilidad de recursos para el año inmediato siguiente se ha convertido en un dolor de cabeza para las administraciones públicas, no se sanciona como delito grave porque no está así catalogado, sino como como una falta administrativa que se canaliza solamente a los órganos internos de control, explica la titular de la ASE, Emma Guadalupe Félix Rivera.

Culiacán registró en la cuenta de 2021 un endeudamiento por pasivos sin fuente de pago por el orden de 330.8 millones de pesos; aunque logró reducir su deuda en un 34.72 por ciento, el monto todavía provoca a las finanzas de la comuna insuficiencia financiera.

La ASE registró, en el caso de Mazatlán, pasivos sin fuente de pago de 132 millones de pesos de gastos libres, no etiquetados, que representó una disminución del 15.43 en relación con el 2020, pero los auditores lo califican todavía como insuficiencia financiera.

En la fiscalización de las cuentas públicas 2021 del municipio de Angostura, la ASE encontró pasivos sin fuente de pago por 34.7 millones de pesos por compras no etiquetadas, lo que equivale a una insuficiencia de recursos financieros. A ello se suman otros 1.8 millones por gastos que sí estaban etiquetados, pero requirieron de mayores recursos.

En comparación con el endeudamiento de la cuenta pública del año anterior, apenas significó una disminución del 5.32 por ciento de los gatos libres, es decir, los no etiquetados.

El municipio de Choix cerró la cuenta de 2021 con 9.7 millones de pasivos sin fuente de pago. En su caso, incrementó sus deudas por gastos etiquetados en un 43.41 por ciento, y solamente pudo

reducirlos no etiquetados en un 13.92 por ciento, por lo que la ASE le recomendó reforzar las medidas de disciplina financiera.

Cosalá registró pasivos sin fuente de pago por 15 millones de pesos. Mientras que logró bajar en 38.53 sus gastos libres, en el caso de los gastos etiquetados se incrementaron en un 79.23 por ciento en comparación con el 2020.

Navolato registro 7.7 millones de pasivos sin fuente de pago, lo que significó un avance sustancial, ya que logró disminuir su endeudamiento en un 76.93 por ciento en relación al año anterior.

El municipio de Escuinapa arrastra pasivos sin fuente de pago por 38 millones de pesos en su cuenta de 2021, en lugar de disminuir su endeudamiento lo incrementó ligeramente con un 4.37 por ciento.

San Ignacio sumó 3 millones de pesos y no logró disminuir sus pasivos sin fuente de pago; por el contrario, los aumentó en un 15.06 por ciento.

El municipio de Sinaloa tiene un escenario complicado. Registró en total de 42 millones como pasivos sin fuente de pago. No disminuyó su endeudamiento, sino lo incrementó. La ASE registró que creció en un 30.32 por recursos no etiquetados, y en un 23.92 por etiquetados.

La auditora señaló a los diputados que, frente a los constantes pasivos sin fuente de pagos, queda a la ASE con el marco legal vigente recomendar el apego a las leyes de Presupuesto y Responsabilidad Financiera, y la de Presupuesto de Egresos de los Municipios; o bien, que los legisladores realicen reformas en materia de fiscalización para que se considere como falta grave el comprometer recursos sin tener una fuente de pago.

Artículo publicado el 06 de noviembre de 2022 en la edición 1032 del semanario Ríodoce.