Miles de sinaloenses se aglomeran en los eventos; las restricciones quedaron atrás
Una mujer joven empuja una carriola con un bebé a bordo. Junto a ella un hombre camina con un pequeño niño de la mano. La escena se repite por toda la explanada. Van al festejo del Grito de Independencia, el primero en dos años de pandemia de COVID-19.
Son cerca de las 21:00 horas y la explanada luce llena.
Casi nadie lleva cubre bocas a pesar de los esfuerzos de los promotores de la Secretaría de Salud dispuestos en los alrededores y accesos al evento.
Otra mujer detiene a cada persona que porta uno de los gafetes del staff de organizadores. Pide información para obtener un permiso y poder vender elotes. Explica que viene de otro evento y quiere sacar algo extra vendiendo en el Grito.
Y es que la pandemia comienza a ceder. Al menos así luce en Sinaloa donde en la última semana apenas se reportaron seis nuevos pacientes de un virus que, al corte oficial más reciente, registra en Sinaloa 9 mil 899 defunciones y 174 mil 588 personas contagiadas.
Ese último informe de la Secretaría de Salud reporta 635 pacientes con el virus activo en la última semana (del 4 al 9 de septiembre), de los que Culiacán alberga a 439.
En un comparativo con el mismo mes pero de 2021, en ese entonces Sinaloa acumuló 3 mil 109 contagios 516 fallecimientos mientras que en septiembre de 2020 la cifra fue de 2 mil 630 casos y 394 decesos.
En los primeros 10 días de septiembre en este año, el estado acumula 942 casos con índices del 11.7 por ciento de hospitalización y un 42.2 por ciento de positividad, mientras que la letalidad bajó a 5.6 por ciento.
Atrás quedaron los días de sumo cuidado. La noche del jueves 15 quedó de manifiesto. No eran los fuegos artificiales ni los artistas que amenizarían el evento encabezado por el gobernador Rubén Rocha Moya. No. Es el querer dejar atrás el dolor y los sacrificios que han representado la pandemia.
La estadística oficial nacional indica que el número de nuevos casos y sobre todo el número de decesos van en descenso. Factores como la inmunidad por exposición al virus SARS-CoV-2 y por la vacuna son elevados y, como ejemplo, en Sinaloa, se estiman vacunadas más del 70 por ciento de la población con al menos dos dosis. La quinta ola, según expertos nacionales, está por culminar.
“Hay una especie de probabilidades iguales de que tengamos algún tipo de resurgimiento moderado en el otoño”, indicó el epidemiólogo de la Universidad de Carolina del Norte, Justin Lesser al Washington Post.
Sin embargo este mismo escenario parecía próximo durante finales de 2021 hasta la aparición de la variante Ómicron. Y aunque existen predicciones y modelos a nivel internacional, según Justin Lesser y el Washington Post, nada parece estar proyectado como en ese entonces.
“Pero nada parece estar proyectando nada como una ola como con Ómicron”, añadió.
El Grito y la expectativa superada
Todos van al festejo del Grito de Independencia. El primero en dos años, al menos el primero de ese modo, con toda la gente remolinándose unos con otros y cantando a todo coro canciones de sus artistas preferidos. No como los pasados, que fueron por medio de acarreados y dispuestos en sillas separadas entre sí con 1.5 metros de distancia. No. Sobre la avenida Lázaro Cárdenas autoridades municipales dispusieron de espacios sobre la acera oriente para la venta de antojitos y recuerdos. Una pequeña feria se instaló. La gente auténticamente se volcó al festejo y sin consciencia del porqué cuelga un cubre bocas de su mentón o su muñeca.
El gobernador Rubén Rocha Moya advirtió previo a la celebración del Grito de Independencia que esperaban a alrededor de 20 mil personas en la explanada del Palacio de Gobierno, misma cifra que de manera oficial se manejó.
A nivel estatal la cifra según datos del titular de Seguridad Pública en el Estado, Cristóbal Castañeda Camarillo, fue de 78 mil personas en las diferentes plazas donde se celebró el evento.
Y el común denominador en Culiacán fue que las personas que acudieron fue la ausencia del cubre bocas o el mal uso del mismo. Contados con los dedos de las manos aquellos que aún lo utilizaban. Había permiso.
Previo al evento el mismo gobernador bajó a saludar a un grupo de personas que portaban camisetas de apoyo. Lo hizo sin cubre bocas, que aunque se trató de un espacio al aire libre, la aglomeración de personas era más que evidente a esa hora de la noche.
Al día siguiente, para la mañana del 16 de septiembre, la convocatoria se repite. El escenario fue la avenida Álvaro Obregón en donde familias culichis se aglomeraron a los dos lados de la amplia calle delimitada desde el bulevar Gabriel Leyva Solano hasta el puente Miguel Hidalgo.
El motivo fue el desfile cívico militar por el 212 Aniversario del inicio de la guerra de Independencia. El evento fue más militar que cívico, apenas un grupo de charros participó del mismo y los elementos de las corporaciones de las policías Estatal y Municipal. El resto, Ejército Mexicano, Marina Armada de México y Guardia Nacional.
No hubo convocatoria de alumnos de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) ni del Colegio de Bachilleres del Estado de Sinaloa (COBAES), tampoco de los cuerpos de Bomberos Voluntarios de Culiacán ni de Bomberos Veteranos.
Y en la avenida Obregón el uso del cubre bocas no fue otra vez el común denominador. La gente, bajo los rayos de sol a más de 35 grados, se mantuvo expectante de ver pasar los vehículos militares.
Las restricciones parecen ir quedando atrás y volviéndose obsoletas. El cubre bocas y el distanciamiento social son cosa del pasado.
Sinaloa cerrará el último trimestre del año con una tendencia a la baja en contagios de COVID-19, la expectativa a nivel mundial es optimista y la prueba llegará con el otoño dentro de un mes junto, con el balance de las grandes aglomeraciones vividas durante las primeras semanas de septiembre.
Artículo publicado el 18 de septiembre de 2022 en la edición 1025 del semanario Ríodoce.
