Policías y narcos a la caza de bandas de robacarros en Culiacán
A simple vista, la camioneta parece un vehículo normal: una Chevrolet Sierra color blanco de modelo reciente. Tiene placas al frente y atrás, y la documentación parece estar en orden, con la única diferencia que los números de VIN y la numeración en el motor no coinciden con los datos en la tarjeta de circulación: estamos ante un auto “doblado”.
“Me la dejaron en 40 mil pesos, pero está doblada; igual yo la puedo vender a un conocido, pero sí le tengo que decir que la troca está doblada”, confesó el dueño de la camioneta, quien por razones obvias solicitó no se revelara su identidad.
Según las autoridades, un auto “doblado” o “clonado”, como se conocen en otros estados, es cuando un empleado corrupto de vialidad del gobierno estatal, toma los números de registro de un vehículo, incluyendo número de VIN y número de placas para transferirlo a otra unidad del mismo modelo, marca y color, de tal modo que dos autos terminan con el mismo VIN y el mismo registro, pero con la diferencia de que uno de ellos es legal y el otro es “doblado”.
Un operador del Cártel de Sinaloa a quien Ríodoce tuvo acceso, dijo que los autos “doblados” es de lo más común en Sinaloa, y que tiene años ocurriendo, y el trámite se hace gracias a alguien de gobierno del estado que consigue toda la numeración y saca copias de toda la documentación para que, quien compre el vehículo “doblado”, ande “derecho”.
“Le dan 8 mil pesos al amigo (empleado de Vialidad y Transportes), para que saque los papeles del carro y pueda andar en la ciudad o en la sierra. Mucha raza anda en carros doblados, el pedo es que, si te agarra un federal de caminos y no te arreglas con él, te refunden en el bote”, explicó la persona, quien solicitó no se fotografiara su vehículo, que es “doblado”.
El número de autos doblados es desconocido, y según fuentes del Servicio de Administración Tributaria del Estado de Sinaloa (Sates), era un problema que venía ocurriendo desde administraciones anteriores y que ahora están tratando de controlar.
Con base a una solicitud hecha a Sates sobre un número aproximado de autos doblados, sólo precisaron haber identificado cinco autos doblados en Sinaloa, según su base de datos, y que dos habrían sido utilizados para actos delictivos, un auto con reporte de robo en motor, y dos autos más que tenían los VIN sobrepuestos.
“Es todo lo que tenemos”, dijeron.
El doblar o clonar un vehículo, explicó la Fiscalía General del Estado (FGE), tiene que ver con el robo de vehículos que, aunque ha disminuido, sigue ocurriendo. Los números muestran que, hasta el 30 de agosto de este año, se han registrado 2 mil 259 robos de autos.
Javier Román Ramos, director de la Unidad Especializada en Robo de Vehículos de la FGE, precisó que, aunque el número sigue alto, hay una reducción en ese delito de un 7 por ciento comparado con el mismo periodo de tiempo del año pasado.
“La estrategia contra este delito se ha reforzado de manera que hay más operativos en calles, yonques, parques de ventas de unidades usadas, y estacionamientos de centros comerciales, que son las zonas donde más se registran este tipo de robos, que en su mayoría son realizados a mano armada”, dijo en un comunicado enviado a este semanario vía whatsapp.
En un mensaje de audio, Román Ramos agregó:
“Hay una banda que opera en Culiacán, y que está robando camionetas de alta gama como Cheyennes, Ford Lobo 4 puertas, 4×4, y estamos tratando de cazar a sus integrantes, porque son gente que roban de manera violenta, y son camionetas que andan por ahí, aunque algunas de esas unidades se han logrado recuperar, aunque muchas otras unidades se desmantelan y se venden en partes”.
La vigilancia narca
La Unidad Especializada en Robo de Vehículos no es la única que estaría cazando a los roba carros, pues gente que pertenece a células ligadas a las diferentes facciones del Cártel de Sinaloa, han señalado en entrevistas con medios internacionales y a este semanario, que está estrictamente prohibido el robo de vehículos en la ciudad.
“Cuando los agarramos haciendo sus jales, los tableamos y les decimos que, si siguen, se van a morir; y si el roba carros no hace caso, pues ya le pegamos un tiro y tiramos el cuerpo en despoblado, y a veces les dejamos un carrito de juguete (los llamados hot-wheels), para que la gente de la banda sepa porqué lo mataron”, dijo un sicario entrevistado por Ríodoce.
Hay muchas leyendas sobre las causas de que los mismos narcos quieran acabar con los robacarros. Una de ellas cuenta que en una ocasión trataron de bajar al mismo Ismael Mayo Zambada, cuando conducía a Culiacán, mientras que otros dicen que fue a una de las mujeres del capo a quien bajaron; otra teoría que ronda entre los miembros del Cártel de Sinaloa es que en una ocasión se robaron una camioneta llena de droga y la orden fue matarlos a todos.
“Hay gente del cártel que de pronto le gana la avaricia y ahí se van a robar carros, porque los venden y se ganan una feria, y pues también a esos se los chingan, porque los jefes no quieren que se caliente la plaza”, precisó el mismo pistolero entrevistado para este reportaje.
La realidad, según el consenso, es que ni la facción del Mayo Zambada ni la gente de Los Chapitos perdonan a un roba carros, y se van por ellos, incluso -según afirman-, se valen de la ayuda de la misma policía del estado para dar con quien trae un auto robado o clonado.
También se equivocan
Sergio Castro, un carrocero que tiene su taller al sur de la ciudad, habría de experimentar esa realidad, luego que, al salir de su casa fuera interceptado por un grupo armado que lo bajó a golpes y lo llevaron a una casa de seguridad, hace poco más de dos meses.
“Yo pensaba que me iban a matar, pero antes de matarme querían saber dónde estaba el resto de la banda, y me torturaron a golpes, a tablazos, y con lo que podían”, recuerda el carrocero.
Su pecado fue comprar un auto chocado a una aseguradora, un vehículo que tenía todo en orden y con él anduvo semanas, hasta que lo detuvieron los narcos, para llevarlo a una casa de seguridad, cerca de Tierra Blanca, donde le preguntaban para quién trabajaba y dónde estaba el resto de la banda.
“Los compas eran pistoleros, estaban bien morros y traían cuernos (AK-47), y hasta traían fotos mías, como que me estaban siguiendo desde hace rato, porque un cabrón de vialidad me puso el dedo; estos compas pensaban que yo andaba robando carros, pero le decía yo de dónde”, explicó Castro en su relato.
“Mira, recordaba haberles dicho, yo compré el carro a la buena, está derecho, pero apenas habría la boca y me soltaba un madrazo, y entonces que me agarra otro y que me tablean, y yo rogándoles que ya pararan, pero más me madreaban.
“Ya estaban preparando todo para llevarme a otra parte donde me iban a matar, hasta que se me ocurrió decirles que en los papeles de compra venta del carro estaba el nombre del compa que me lo vendió y de la aseguradora con quien había hecho el negocio, y pues hicieron una llamada y ahí se dieron cuenta que se habían equivocado, y me soltaron, así nada más. ¡Ni siquiera se disculparon los cabrones!”, recuerda el carrocero.
Sólo hasta ese momento Sergio Castro supo que su carro había sido doblado, y que si le habían perdonado la vida era porque los pistoleros andaban cazando a una banda de roba carros, y que se coordinaban con autoridades del estado, sin precisar qué tipo de autoridad era.
Muchas veces lo hacen con la anuencia de las policías del estado y de los municipios, pero no con la policía federal, a quien, según cuenta otro miembro del cártel, deben arreglar en el momento y entregarle una cantidad como soborno, que a veces alcanza los 100 mil pesos.
“Y si no los entregas, sale peor, porque te refunden en el bote y te pueden echar hasta 15 años de cárcel”, recordó el traficante.
Según información lograda con diferentes fuentes, y otra más publicada en los últimos años, la forma en que se venden los autos doblados es a través de conocidos, o se hace alguna referencia, o bien, se solicita con algún contacto que ellos tienen el tipo de vehículo que necesitan, y lo que sigue es que les llegan con la unidad y entonces se hace la transacción, en el entendido que la unidad está “doblada”.
Pero no sólo se llegan a vender autos doblados a través de conocidos, sino también llegan a ofertarse en internet y en redes sociales, a precios sumamente bajos comparados a los que hay en el mercado, muchas veces hasta cinco veces menor de su precio real.
Estas publicaciones, haciendo una gala extraña de honestidad, advierten que se trata de autos “doblados”, es decir, que la documentación es falsa, y que, si los agarra la policía, irán a la cárcel. Por eso la regla de oro de quien conduce un auto robado es nunca circular en carreteras federales.
“Porque el carro tiene los papeles, placas, etiquetas aparentemente “derechas”, pero todo eso es una copia de un carro que tiene todo en regla, y por eso a simple vista parece que esta bien, pero la verdad es que existen dos o más carros que tienen exactamente la misma información de registro, aunque sólo uno de ellos es legítimo”, explicó el “dueño”, de un auto “doblado”.
Artículo publicado el 11 de septiembre de 2022 en la edición 1024 del semanario Ríodoce.