El documental dirigido por José María Espinosa de los Monteros acompaña a Las Rastreadoras de El Fuerte
Es el llanto de una madre por su hijo desaparecido y su caminar para encontrarlo, derribando trabas burocráticas, surcando terrenos desolados, enfrentándose a la injusticia pero haciendo comunidad con personas que viven el mismo dolor.
Mirna Nereida Medina Quiñones se persigna y se despide de su casa como todos los días porque no sabe si va a regresar. Es su cotidianidad reflejada en el cortometraje: Te nombré en el silencio, dirigido por José María Espinosa de los Monteros.
El cineasta la acompañó junto al grupo Las Rastreadoras de El Fuerte durante cinco años para registrar las búsquedas, pero también la hermandad surgida entre ellas.
Las sigue a campo libre, en sus casas, en sus encuentros con la tierra fría de donde emergen sus tesoros, los restos de los desaparecidos, a quienes solo ellas buscan.
Mirarla a los ojos
Desarrollar este trabajo cinematográfico, contó que nació de una preocupación natural como sinaloense.
“Cuando conocimos a Mirna me di cuenta que era muy diferente leer la prensa, novelas sobre los grupos de mujeres que buscan a sus hijos desaparecidos, que ver a Mirna a los ojos”, menciona.
“Supe que no podía ser algo corto; estar con ellas sintiendo ese dolor, me dejó patinando emocionalmente, con Mirna compartimos rasgos de personalidad que nos unen, nos caímos muy bien y de ahí se fue construyendo este proyecto”.
En la grabación dijo que la cámara desapareció, reflejando esa dualidad de la situación; la sombra, el dolor profundo, angustia, ansiedad y por otro la luminosidad de esa familia de rastreadoras que se formó.
“Lo más importante era eso reflejar la fortaleza de ellas, ese motor, de esta búsqueda que no va a parar. Es una radiografía de cómo se busca en Sinaloa, cómo se hace, las características de una fosa”.
“Como cineasta quieres reflejar ese lado humano, no es frialdad de estar con ellas, subiéndose a la troca, echando pala”.
“Yo vivía muy a gusto”
Yo vivía muy a gusto, yo fui a las autoridades, empecé a buscar personas en redes sociales y encontré a otras personas que buscaban desaparecidos… empezamos sin nada y nos empezamos a reconocer, esa es la voz de Mirna Nereida.
“Al principio el gobierno fue apático, yo fui detenida en una ocasión cuando encontré cinco cuerpos… Javier Valdez me conoció 2015 y nos puso ese nombre, el de Las Rastreadoras”.
Esto lo cuenta en el documental que al propio director transformó.
“Yo tengo una perspectiva distinta a mi vida, salí muy tocado, cambiado, atesorando la vida. Cuando te adentras a este detalle, es todo distinto y eso lo sabes hasta que estás ahí”.
“Claro que sientes miedo, ninguna película vale la vida de ninguna persona, pero nos fuimos metiendo y no nos paralizamos, todo el equipo estuvo a la altura; hubo balazos, nos persiguieron, nos pasó de todo”.
No les doy voz
“Escuchar sus historias, estar ahí, dar voz a las rastreadoras, es lo que buscamos, yo no les doy voz ya la tienen, queremos que resuene más”, indicó Espinosa de los Monteros.
La situación de las rastreadoras indicó que es la crisis más grande que pasa en el país. Es lo que más alarma debería de causar, pero está normalizado.
“Simplemente no sucede nada, ya pasaron todos los gobiernos y de todos los colores, es la misma actitud, la apatía, malos manejos, corrupción, no vemos dónde está la luz”, lamentó.
“Si puede sembrar una semilla, es nuestro aporte. Te nombré en el silencio, es porque no encontramos algo que reflejara la luz y la sombra de todo esto, que no fuera el recuerdo”.
El documental en la actualidad está concluyendo su corrida en la Cineteca, cines comerciales y funciones al aire libre, las proyecciones se anuncian en tenombreenelsilencio en Instagram y en Twitter.
Artículo publicado el 17 de julio de 2022 en la edición 1016 del semanario Ríodoce.
