Marcos Lizárraga Barrón, el maestro, actor y director de teatro sinaloense perdió la batalla contra el COVID-19. Desde hace algunas semanas luchaba por seguir viviendo, como siempre lo hizo con su pasión que fue el teatro.
El creativo nacido en Los Mochis, pero que desarrolló gran parte de su carrera en Culiacán, había recorrido los distintos escenarios de la geografía, con una propuesta siempre vigente.
De manera independiente pero también en grupos institucionales, Barrón siempre fue una voz crítica. Se formó en talleres con Luis de Tavira, Martín Acosta, Mauricio Jiménez, Morris Savariego, Arturo Luévano, Antonio Peñúñuri, Javier Aispuro, Gerardo Trejo e Ignacio Miranda Hiriart, entre otros.
Aunque su formación primera fue la de comunicólogo, el teatro lo llevó a entregarle su vida.
Como actor participó en obras montadas por Sin Espacio, Manantial, Delta Teatro y dirigió desde 2000 el grupo Motín, Movimiento Teatral Independiente de Sinaloa. Además formó parte de los programas de cultura comunitaria, sobre todo en el Semillero Creativo de Culiacancito.
Su muerte causó conmoción en las redes sociales. La directora de cultura municipal, Minerva Solano, escribió: “Me resulta tan difícil imaginar que ya no habremos de encontrarnos para compartir aquellas largas conversaciones.
Siempre irreverente, de pensamiento crítico, de un incisivo sentido del humor”.
El maestro de danza Gabriel Uriarte expresó: “me resulta tan difícil imaginar que ya no habremos de encontrarnos para compartir aquellas largas conversaciones.
“Descanse en paz, sin duda lo extrañaremos en los encuentros teatrales, polémico, cuestionado, inquieto y trabajador”, señaló el también actor y director, Fernando Mejía.
