Rubén Rocha en el 2024 ¿corazón o cálculo?

Rubén Rocha en el 2024 ¿corazón o cálculo?


Estas líneas son meramente especulativas, pero es imposible no especular cuando se trata de la elección presidencial.
La carrera por la presidencia ya empezó y la voz de arranque fue del mismo presidente Andrés Manuel López Obrador. Lo hizo desde hace varias semanas al destapar a las y los que él piensa, tienen cualidades para sucederlo en el cargo.
En esta carrera juegan un papel muy importante los gobernadores pues manejan no solo recursos humanos, económicos y materiales –siempre importantes en una justa de esta naturaleza—y ahora, con mayor razón tendrán un papel preponderante pues la decisión sobre la sucesora o el sucesor, la tomará AMLO por “dedazo” –al más viejo estilo priista–, pero disfrazado de una “encuesta”, como han sido hasta ahora las designaciones de candidatos en Morena, incluida la del gobernador electo de Sinaloa, Rubén Rocha Moya.
De esta manera, hacia donde apunte Rocha hacia allá irán los votos de Morena en Sinaloa. Su influencia en la militancia morenista sinaloense es tan indudable como la de AMLO a nivel nacional. Y hay, por si fuera poco, un elemento reciente para sostener que así será: la designación de Juan de Dios Gámez como delegado (superdelegados, les llaman) del gobierno federal para la administración de los programas sociales, cargo que hasta hace unos días ostentaba Jaime Montes.
Parece que López Obrador ha decidido desde ahora que su sucesora sea Claudia Sheinbaum por la razón de que, de su círculo más cercano, es la que representaría mayora afinidad a su proyecto “de transformación”. Ni Marcelo Ebrard, ni Tatiana Clouthier, ni Rocío Nahle ni Esteben Moctezuma ni Juan Ramón de la Fuente, todos mencionados por AMLO, se identifican al cien con su proyecto. Mucho menos Ricardo Monreal, quien se apuntó solito y hasta ha dicho en tono amenazante que tratará de ser candidato de Morena “por la buena”. O sea que si no, quién sabe para dónde jale y cómo.
En este escenario, Rocha tendrá que poner en la balanza sus lealtades. Una, supongo que la principal, con el presidente y, la otra, con Monreal, pues durante su paso por el Senado de la República tuvo todo su apoyo e impulso, el más reciente cuando se definió su candidatura en medio de un conflicto interno que estuvo a punto de descarrilar sus aspiraciones y en el que Monreal fue pieza clave para sacarlo adelante.
No tengo la menor duda de que la lealtad de Rocha hacia AMLO es más pura que la que pueda deberle a Monreal, pero tampoco hay que ignorar que cuando la coyuntura se presente, estaremos hablando de un presidente al que ya muy pocos voltearán a ver y todos, absolutamente todos en Morena, estarán más bien mirando por sus intereses y los de sus proyectos.
Así, si Rocha actúa con el corazón o con la cabeza dependerá de las condiciones del momento. Es imposible saber el destino de Ricardo Monreal en la puja por la candidatura presidencial, si se atendrá a las “reglas” o pateará el pesebre. Si va por otro partido, por el PT, el Verde o hasta por Movimiento Ciudadano, la decisión de Rubén Rocha sería menos complicada, incluso si los bonos de alguna o alguno más de los pretensos suben en este trayecto.
Muchos dan por descontado que Marcelo Ebrard ha quedado atrás en las preferencias del presidente sobre todo después del desastre en la Línea 12 del Metro, pero no hay que olvidar que el secretario de Relaciones Exteriores se formó justamente en los ambientes más convulsos del PRI, durante el salinato y de la mano de Manuel Camacho Solís. Fue el primero en decir “yo quiero” cuando el presidente destapó sus “corcholatas” durante una conferencia mañanera la segunda semana de julio, y nadie debe darlo por descartado. Trabaja para ello y tiene operadores por todo el país. Los mismos que en las elecciones pasadas colocaron o intentaron colocar a morenistas en posiciones clave, siempre bajo la aclaración de que estaban trabajando para el 2024 con Marcelo Ebrard y de la mano del dirigente nacional de Morena, Mario Delgado.

Bola y cadena
UNO DE ESOS OPERADORES EN SINALOA ES Eustaquio de Nicolás, quien no dejó de moverse desde meses antes de las elecciones del 6 de junio, en favor del proyecto de Marcelo. Sus reuniones con Mario Delgado, —secretario de Finanzas con Marcelo Ebrard cuando fue jefe de Gobierno de CDMX— eran frecuentes. En Guasave, por ejemplo, engatusó a la diputada Flor Isela Miranda para que buscara la candidatura de Morena a la alcaldía de Guasave, siempre con la aclaración de que por falta de dinero no se iba a detener. Y que el proyecto era 2024 con Marcelo. La diputada terminó apoyando a Mario Zamora y perdiendo toda posibilidad de desarrollo en las filas morenistas. ¿De dónde la relación del Tato con Delgado? Es muy sencillo: Homex observó un crecimiento desmesurado de su empresa en CDMX justamente cuando Ebrard fue jefe de Gobierno.
Sentido contrario
HÉCTOR MELESIO CUEN PARECE estar jugando con los que se las dan de adivinos y opinan como si estuvieran viendo una bola de cristal. Ya suelta que puede ser el secretario de Economía, luego se pasa semanas hablando de salud, sobre todo del COVID-19, de la vacunación, critica la falta de prevención de desastres y ahora dice que, como fue maratonista, puede ser titular de Deportes. Igual no va a ningún lado. O a todos.
Humo negro
AHORA SÍ PUEDE HABLARSE de una tendencia a la baja en el número de contagios de COVID-19 y eso es algo que hay que celebrar. Pero celebrar todavía guardando distancias y cuidándonos como si esto fuera empezando. Han sido muy dolorosos los estragos de la pandemia y hay que seguir extremando precauciones.

Columna publicada el 05 de septiembre de 2021 en la edición 971 del semanario Ríodoce.

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