El artista falleció la semana pasada dejando un aporte importante en la fotografía moderna en Sinaloa
Hace unos días murió Carlos Vela, el fotógrafo y pintor de vanguardia que innovó y buscó transformar la idea de la estética de la imagen en Sinaloa.
Después de haberse formado en Guadalajara y Estados Unidos, el maestro había recorrido un camino importante, sobre todo porque en los 80’s, el arte en Sinaloa a penas abría sus incipientes caminos.
Vela llegó cargado de toda la efervescencia artística gringa, de los colectivos, de la modernidad, y se sumó a otros creadores de la vieja guardia, como José García, Kan Guerrero, Roberto Pérez Rubio, Hermilo Soto Miller, para hacer de su vida una fotografía.
Siempre buscando el arte irreverente y propositivo, Vela construyó un estilo fino y estético, que le abrió las puertas para dedicarse a la docencia en la Universidad de Occidente y trabajar fotografía arquitectónica y publicitaria.
Durante muchos años, incluso fue parte del equipo de fotógrafos de cementeras y grupo Banamex.
Descubrir la imagen
Seguidor de Ansel Adams, referente de la fotografía del paisaje, el maestro Vela al llegar a Estados Unidos, dijo en alguna ocasión que se volvió ‘loco’.
“Cuando llegué a Estados Unidos me volví loco, todo era un descubrimiento, yo ya traía lo de la fotografía artística, porque también pintaba y tomaba fotos, no paraba, era algo que me mantenía atento todo el día”.
“Yo no pensaba en otra cosa que no fuera la imagen y allá todo era más interesante porque la fotografía era vista como arte, en los museos, y en los libros podías ver lo que quisieras”.
En Sinaloa y otros estados trabajó mucho lo comercial, pero lo pasional fue lo suyo, era lo que le gustaba porque recurría nada más que a su ojo.
Artista de la lente
Durante 10 años tuvo un estudio en la colonia Tierra Blana, cerró cuando dejó de haber materiales y químicos, ahí tuvo su guarida.
“Yo me la pasaba muy bien en el estudio, pero se acabó todo esto de los materiales con el cierre de Kodak, fue un jalón para mí, fue un empezar de nuevo”.
“Los fotografos que amábamos lo tradicional sufrimos un shock pero no quedó otra más que adpatarse y finalmente me compré una cámara Nikon”.
Y Vela lo hizo, sus redes sociales, servían como escaparate para su obra, esa que algunas ocasiones también se centró en las comunidades indígenas yoremes del norte del estado.
En ellas además mostraba que la raíz nunca se pierde y que ser artista es para siempre.
Artículo publicado el 01 de agosto de 2021 en la edición 966 del semanario Ríodoce.