“El Este está subiendo mientras que el Occidente está en declive”, dijo Xi Jinping, el mandatario chino, durante la ceremonia de conmemoración del primer centenario del Partido Comunista de China. El mensaje de Xi fue parte de unos festejos que muestran a una China más asertiva y lista para reclamar un papel mayor de liderazgo en el mundo. En esta narrativa, el Partido Comunista es clave. Se presenta como un modelo de orden y eficacia para generar crecimiento económico y mantener la estabilidad social. Imbatible en el manejo de crisis, como la pandemia. Todo esto en contraste con la “ineficacia” y caos que producen las democracias occidentales.
¿Cuándo China se convertirá en la primer economía del mundo? Las proyecciones indican que esto ocurrirá entre 2028 y 2035. Su PIB nominal es de alrededor de 16.6 billones de dólares, frente a 22.6 billones de Estados Unidos, pero la brecha se está cerrando. En 2020, China fue la única de las grandes economías que no cayó, registró un crecimiento de 2.3 por ciento. Está proyectada para crecer 8.5% en 2021 y arriba de 5% en los próximos años. En el caso de Estados Unidos hubo una caída de 2.3% en 2020 y se prevé un crecimiento de 6.5% en 2021. Después vendrá una estabilización, en el rango de 2 a 3% anual.
En términos de PIB per cápita, China sigue está muy debajo de Estados Unidos. El Dragón está en torno a los 16,500 dólares per cápita, frente a 65,000 de Estados Unidos. Parece muy lejos, pero no hay que menospreciar la capacidad de generación de riqueza del país asiático. Su PIB per cápita era de 317 dólares en 1990. Nunca, en la historia de la humanidad, se había producido tanta riqueza en un sólo país, en tres décadas. En el mismo periodo, más de 800 millones de personas dejaron de ser pobres y se creó una clase media de 400 millones de personas, la más numerosa del mundo. Como referencia, en Estados Unidos, la clase media es de alrededor de 160 millones de personas.
Tener la mayor clase media del mundo ofrece argumentos para disputar a Estados Unidos el primer lugar cuando se trata del mayor mercado interno del mundo. Son 400 millones de consumidores que hacen de China el país donde se venden más automóviles; más teléfonos inteligentes y más calzado deportivo con precio superior a los 80 dólares por par. En el mercado del superlujo, China también es El Dorado para firmas como Louis Vuitton; Gucci; Moet Chandon y Cartier, entre otras. Tiene 4 millones 446,700 personas con patrimonio superior al millón de dólares y 626 personas con más de 1,000 millones de dólares.
La lista de los billonarios chinos estuvo encabezada durante los últimos años por Jack Ma, el fundador de Alibaba, pero las autoridades chinas han puesto un techo al crecimiento de este empresario, aparentemente por sus afanes libertarios y su costumbre de criticar la excesiva regulación a los negocios de parte de las autoridades chinas. El nuevo campeón de los billonarios en China es Zhang Shanshan, un hombre discreto dueño de la mayor embotelladora de agua y té de ese país. Su fortuna nace con la marca Nongfu Spring y se acrecentó en 2020, entre otras cosas gracias a su participación en una farmacéutica que es fabricante de vacunas contra el Covid-19.
China ha abatido la pobreza extrema. Tiene clase media, millonarios y billonarios. Está avanzando con rapidez en el desarrollo científico tecnológico y se ha convertido en el país que registra más patentes, además de ser uno de los líderes en el promisorio campo de la inteligencia artificial que, quizá, definirá quién es quién en la próxima década. Ha avanzado mucho y Estados Unidos está a tiro de piedra, pero sólo podrá reclamar el título de primera potencia económica mundial cuando logre que su moneda, el renminbi tenga tanta aceptación como el dólar. Este cambio de estafeta, si pasa, tardará más de una década. La gran cuestión es ¿Se dará en forma pacífica?