En Sinaloa bajan contagios pero siguen los muertos

covid19

La pandemia parece dar un respiro en Sinaloa. Los contagios de COVID-19 llevan una tendencia a la baja después de la segunda mitad de marzo, y desde la primera de abril, los casos han disminuido aunque no así los decesos. La muerte no ha dado tregua.

El coronavirus ha cobrado la muerte de casi 6 mil sinaloenses y el promedio diario que la estadística de la Secretaría de Salud ha manejado desde hace meses seguía estancado entre 10 y 14 muertes cada 24 horas se incrementó durante marzo a 22 decesos.

En un comparativo, la segunda mitad de marzo (del 17 al 31) dejó mil 188 casos de COVID-19 y 170 muertes mientras que del 1 al 15 de abril los contagios han disminuido a 993 pero los decesos incrementado a 238.

También la ocupación de camas COVID-19 ha ido bajando sin embargo no así los pacientes graves, los cuales siguen manejando una letalidad considerable, dejando a Sinaloa hasta el cierre de esta edición como la segunda entidad con mayor tasa de letalidad por coronavirus con 16 muertes por cada 100 casos, según datos Federales.

Está en ese segundo peldaño junto con Hidalgo mientras que en primer sitio está Baja California con 17 defunciones por cada 100 casos de COVID-19.

Y con la llegada de la vacuna, la movilidad se incrementó y el temor por un nuevo rebrote existe y junto a este miedo la muerte sigue cobrando vidas aún con la campaña de inmunización avanzada en adultos mayores de 60 años en Sinaloa.

 

El caso trágico de Paloma

Nelda Ortega/Mazatlán

Religiosamente la familia se reunía cada tarde para esperar la videollamada desde el Hospital Militar Regional de Mazatlán. La hora variaba, pero Paloma no faltaba a la cita. En escasos diez o quince minutos, los hijos, nietos, hermanas, sobrinos y nueras, le dan ánimos, mientras que la paciente apenas si expresaba con los ojos el gusto de ver a su familia.

Sin poder hablar, entre ataques de tos y el largo de la manguera que le abastecía de oxígeno, se limitaba a escuchar la súplica que desde el otro lado de los teléfonos móviles le hacían: que no se diera por vencida.

Luchó por su vida. Luchó como una de las casi 32 mil personas que le dieron batalla al coronavirus. Mientras tanto, afuera del Hospital, el puerto convulsionaba por la llegada de miles de turistas que con motivo del periodo vacacional de Semana Santa celebraban poder salir a divertirse entre música, playa, alcohol y medidas de seguridad sanitaria relajadas.

Y la vida es de contrastes. Para unos no son días de guardar, son días de fiesta, de excesos, del disfrute, el cotillón. Pero para los religiosos y los que atienden la gastada petición del “Quédate en casa”, sí son días de evitar la calle.

Y está el otro sector de la población, ese que se debate entre la vida y la muerte y se aferran, literalmente, al último aliento que les queda.

Y también los adultos que afanosamente buscaron un centro de vacunación y lograron que les fuera aplicado el biológico, incrementando con ello su esperanza de vida.

Irónicamente, otros adultos tuvieron resistencia a vacunarse. Según versiones extraoficiales, mientras que los que no tuvieron la oportunidad de recibirla, hoy forman parte de las cifras oficiales del gobierno del estado.

El contraste entre quienes celebran que sus familiares ya fueron vacunados y los que están devastados por la pérdida de los suyos, se lee con la misma frialdad con la que se cambia de aplicación en redes sociales.

Con los pulmones debilitados y el cansancio que da la edad, Paloma colapsó el sábado por la noche. No más videollamadas, no más oxígeno, no más esperanza.

El acta de defunción de Paloma les fue entregada a sus familiares el domingo 11 de abril, alrededor de 12:00 horas después de su deceso, pero las autoridades tardaron cinco días para reflejarlo en el reporte técnico diario.

En Sinaloa ese ha sido el común denominador. Es imposible conocer el promedio de muertes diarias provocadas por el COVID-19 porque la estadística es administrada. Paloma es un doloroso caso que lo demuestra.

Ese domingo 11 de abril la Secretaría de Salud Estatal reportó 16 fallecimientos de los cuales apenas tres correspondieron al puerto. Pero el deceso de Paloma no fue reportado sino hasta el miércoles 14.

Y entre la celebración y el regocijo por la llegada de las vacunas están las actas de defunción, los trámites funerarios y el duelo que la pandemia sigue dejando en cada familia.

Artículo publicado el 18 de abril de 2021 en la edición 951 del semanario Ríodoce.

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