Reeditará definición de candidato morenista a la alcaldía, el berrinche de 2020

Con el registro de los precandidatos morenistas a la presidencia municipal de Mazatlán, el descenso del poder del alcalde Luis Guillermo Benítez Torres, transcurre al ritmo de 2021 hacia un posible berrinche similar al de 2020.

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“Va a suceder lo mismo que con la definición a candidato a gobernador, en ese proceso se registraron siete u ocho y nada más se encuestaron cuatro o cinco, y salió Rubén Rocha; con esas mismas inconformidades será igual aquí”, vaticina uno de los precandidatos.

Aparte del Químico Benítez, fallido aspirante a la gubernatura y quien ahora pretende reelegirse por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), fueron 14 aspirantes los que se registraron como precandidatos a la alcaldía de Mazatlán.

Al menos dos morenistas que también se registraron como precandidatos, el doctor Juan Torres y Sergio Valle, han denunciado al Químico de haber traicionado los principios éticos de la 4T: “no mentir, no robar y no traicionar”.

Elsa Bojórquez Mascareño, Síndica Procuradora del Ayuntamiento de Mazatlán, aspirante a la alcaldía, registrada, además de que ha intentado regenerar al Químico vía estatutos del partido, lo denunció ante el Tribunal Estatal Electoral, por ejercer junto con el Cabildo violencia en razón de género.

Entusiasmados en 2018, con el eslogan de que juntos harían historia, lo han cumplido al pie de la letra, al grado de que sus adversarios del propio partido del Químico buscan impedir la reelección del alcalde en junio del 2021.

Benítez Torres, conocedor de la táctica de sus correligionarios cuyo objetivo es frustrar su reelección y mandarlo al “basurero” de la historia, ha desarrollado su propia estrategia política avanzando acompañado de dos visibles alfiles.

Tonatiu Guerra Martínez, director de Bienestar y Desarrollo Social del Ayuntamiento de Mazatlán, y Roberto Rodríguez Lizárraga, ex director del DIF de Mazatlán, también precandidatos, tienen la marca del Químico Benítez.

Desde 2020, en su calidad de encargado de la oficina política de su jefe político, ubicada en calle Melchor Ocampo, el hoy precandidato Rodríguez Lizárraga, recorrió algunas colonias de Mazatlán, ofreciendo terapias psicológicas y pláticas gastronómicas, para darse a conocer a los colonos.

En 2021, a casi nueve meses de terminar su gestión, el Químico Benítez acompañado de Tonatiu Guerra Martínez y otros funcionarios municipales retomó su recorrido político por algunas colonias marginadas del puerto.

Bojórquez Mascareño le había recordado en octubre de 2020, al Químico, que por el bien de todos primero los pobres, con motivo del Monumento de la Perla del Pacífico, donde convergen las avenidas del Mar, Rafael Buelna y Camarón Sábalo.

“No se debe dejar pasar la oportunidad de priorizar a las colonias, de priorizar a los que menos tienen, y no gastar en una bola-monumento que costó 4.5 millones de pesos”, criticó.

Esta conciencia crítica de la 4T, habría favorecido a la Síndica Procuradora para que sendos comités mazatlecos del partido ofrecieran apoyo a Bojórquez Mascareño y se registrara como precandidata a la alcaldía de Mazatlán.

“Me he registrado para participar en la selección interna de candidatos a la Presidencia Municipal por Morena; agradezco a todas y todos los simpatizantes de mi partido Morena por las muestras de apoyo que he recibido, y en especial a las mujeres”, informa en un video difundido en redes sociales.

Pero no sólo Bojórquez Mascareño, se registró para participar en la selección de candidatos, también hizo lo propio, el ex alcalde Alejandro Camacho Mendoza, quien fue coordinador de campaña del Químico durante la contienda política de 2018, cuando el “tsunami” de AMLO, lo llevó al poder.

Antes del 1 de noviembre, todavía no se sentaba en la silla presidencial, Benítez Torres quien presumía el dicho de AMLO “amor con amor se paga”, nombró secretario del Ayuntamiento a José de Jesús Flores Segura, desairando a Camacho Mendoza, que lo había asesorado en su candidatura.

Camacho Mendoza y Bojórquez Mascareño son identificados por no pocos morenistas mazatlecos, como precandidatos del Senador Rubén Rocha Moya.

Otro ex alcalde, que también se registró como precandidato a la alcaldía de Mazatlán, cuya historia está engarzada con la del Químico Benítez, es el morenista Gerardo Rosete Ramírez, quien también hizo historia allá por el año 2002, en el llamado trienio de la “locura” de Jorge Rodríguez Pasos.

En aquellos años, en Mazatlán se aseguraba que el entonces gobernador priista, Juan Millán Lizárraga, lo había puesto (ungido) y él mismo lo había quitado con el estratagema de la violencia de género contra su propia esposa.

Con las proporciones guardadas del caso, en 2018, el Químico Benítez fue el ungido del hoy presidente Andrés Manuel López Obrador, pero como no sólo “amor con amor se paga” sino que también el “sólo el pueblo salva al pueblo”, ahora algunos precandidatos de Morena se están oponiendo a su reelección.

El proceso en este febrero “loco” en el que los precandidatos a la alcaldía, están participando con la perspectiva de la encuesta, no se descarta que en marzo avance hacia el berrinche otro poco, y hasta se reedite lo que ocurrió cuando Rubén Rocha Moya, fue ungido candidato a gobernador del estado.

“El próximo lunes 15, nos darían a conocer quiénes vamos a una encuesta”, asegura uno de los pretensos a la candidatura a la alcaldía de Mazatlán.