La nigeriana Ngozi Okonjo-Iweala, de 66 años, será la próxima directora general de la Organización Mundial del Comercio. El nombramiento, cargado de simbolismo por ser la primera vez que una mujer asume el cargo, y la primera también que recae en alguien nacido en África, será efectivo desde el 1 de marzo, y se prolongará como mínimo hasta el 31 de agosto de 2025, fecha que podría ampliarse.
La decisión, tomada este lunes en una reunión especial del Consejo General de la OMC, del que forman parte 164 países y territorios, llega en un momento delicado para la organización, en plena crisis del multilateralismo, y tras meses de bloqueo debido a que Estados Unidos se negó a respaldarla cuando Donald Trump era el inquilino de la Casa Blanca, publicó el diario español El País.
La próxima directora general, la séptima persona en asumir la cabeza del organismo más relevante del comercio global, cuenta con un amplio bagaje internacional: trabajó durante 25 años en el Banco Mundial y sirvió dos mandatos como ministra de Finanzas de Nigeria. La otra candidata con la que pugnaba, la ministra de Comercio de Corea del Sur, Yoo Myung Hee, retiró su candidatura diez días atrás, lo que le dejó el camino despejado. Estados Unidos era el único país que apoyaba a Yoo y había expresado su veto a Okonjo-Iweala, bloqueando una decisión de consenso para elegir al nuevo responsable de la organización multilateral, que debe hacerse por unanimidad.
El cambio de Administración en Estados Unidos ha propiciado que Washington dé un giro de 180 grados, y muestre su “firme apoyo” a Okonjo-Iweala. Sustituirá al brasileño Roberto Azevêdo, que hasta su dimisión permaneció siete años en el cargo, en uno de los periodos más difíciles de la historia del organismo por haber tenido que lidiar con el auge del proteccionismo, los conflictos comerciales alentados por Donald Trump con China y la Unión Europea, y la resistencia del expresidente a permitir la renovación de los jueces del tribunal de resolución de disputas, donde se resuelven las diferencias comerciales que enfrentan a sus socios.
“Este es un momento muy especial para la OMC”, señaló el neozelandés David Walker, que preside el Consejo General de la entidad. En su primer comentario tras ser elegida, la próxima directora general ha situado como prioridad la respuesta a la pandemia. “Una OMC fuerte es vital si queremos una recuperación completa y rápida de la devastación generada por el COVID-19″, ha apuntado.
La elección pone fin a un arduo proceso de nueve meses. El proceso de selección del nuevo director general se inició el 14 de mayo cuando Azevêdo informó a los miembros de la OMC de que dejaría su cargo un año antes de que su mandato expirase, una decisión que dijo haber meditado con su familia y que no respondía a razones de salud ni a otras ambiciones políticas. Se abrió entonces una carrera entre ocho candidatos procedentes de Kenia, México, Nigeria, el Reino Unido, Moldavia, Arabia Saudí, Corea del Sur y Egipto, de la que sobresalían tres mujeres: Ngozi Okonjo-Iweala, de Nigeria; Amina Mohamed, de Kenia, y la surcoreana Yoo Myung-hee. El 28 de octubre, tras un periodo de consultas, Walker informó a los miembros de la OMC de que la candidatura de la dirigente nigeriana era la que concitaba mayores adhesiones, pero Estados Unidos no lo aceptó hasta la llegada de Joe Biden al Despacho Oval.