El semáforo intermitente en Culiacán

ESTADIO DE BEIS. Se acabaron las restricciones.

A pesar de que los contagios se mantienen, el gobierno afloja las medidas

 

 

 

El semáforo epidemiológico parece un concepto muy ambiguo. En Sinaloa se decretó la noche del jueves 16 en color amarillo y en menos de una semana atrás era naranja. Los factores son muchos pero en Culiacán eso parece ser lo de menos: todo funciona.

La capital del estado ha sido el único municipio que maneja una constante en los casos de Covid-19 y desde el inicio de la pandemia hace poco más de siete meses ha concentrado la mayoría de ellos, tanto por número de habitantes como por concentrar la mayor cantidad de actividades.

La primera mitad de octubre ha dejado mil 066 nuevos contagios del virus y Culiacán contiene al 44 por ciento de ellos, casi la mitad. Pero a pesar de los números, en la ciudad más poblada del estado absolutamente todo funciona al menos desde septiembre.

Durante la segunda mitad de agosto, la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO) alcanzó un consenso con el Gobierno Federal para que el semáforo epidemiológico de riesgo Covid-19 sólo sea orientador y que se determine a través de un trabajo conjunto.

Es decir, que sea acatado a discreción por cada entidad federativa, y al interior, otra interpretación. En Culiacán, con más de 260 casos activos en promedio y una capacidad hospitalaria al 40 por ciento y una media de 31 nuevos contagios, no parecen cifras para una apertura total con precaución.

Como ejemplo, las cifras de mayo tenían en promedio 27 nuevos contagios y 267 pacientes hospitalizados, mientras que en los primeros 15 días de octubre hubo 210 enfermos ocupando una cama Covid-19 en la capital.

El comparativo entre la primera mitad de ambos meses es casi una calca. Los primeros 15 días de mayo, fechas catalogadas como de máximo contagio y con el cierre de prácticamente toda actividad no esencial, dejó saldo de 469 casos de Covid-19 en Culiacán. Respecto a la primera mitad de octubre, la cifra es de 470 con la diferencia de que absolutamente todo funciona.

Sin embargo, gracias al acuerdo alcanzado entre la federación y los gobiernos estatales el semáforo no sería obligatorio y en el caso de Culiacán, debido a los índices de contagios, este debería ser color rojo: no salgas si no es estrictamente necesario.

En otras entidades existen planes graduales registrados e incluso lineamientos. En Sinaloa hubo un esfuerzo en conjunto con CODESIN pero en Culiacán ha sido desde el 1 de junio letra muerta. A partir de esa fecha los sectores comenzaron a exigir la reapertura de negocios y el semáforo epidemiológico pasó de ser una herramienta a un manual sin escribir.

 

El traje a la medida

El semáforo amarillo permite realizar cualquier actividad con precaución según las indicaciones de la Secretaría de Salud Federal. En el caso de Culiacán no es así, al menos no para la comuna. El alcalde Jesús Estrada Ferreiro determinó que los panteones permanecerán cerrados del 30 de octubre al 4 de noviembre.

También, algunas otras medidas restrictivas han estado viviendo otros sectores sobre todo los comerciantes informales. Las medidas, si bien severas, buscan mitigar los altos índices de contagios, sin embargo no aplica para grandes corporativos como Plaza Fórum y recientemente el estadio Tomateros.

La exigencia del uso del cubrebocas, tomar temperatura y uso de gel antibacterial es la medida que aplican dejando de lado las aglomeraciones que prácticamente ya son una vez más normales, como al inicio de la pandemia.

Además, la reanudación de una campaña emprendida por el propio Estrada Ferreiro, denominada “Guardianes de la Prevención de la Salud”, anunciada el jueves 14 de octubre durante una conferencia de prensa en donde afirmó que la campaña viene a reforzar las acciones realizadas.

Sin embargo lo que ha dejado la campaña son al menos 150 trabajadores de la comuna contagiados por Covid-19 y gastos que no se terminan de trasparentar por más de 5 millones de pesos a proveedores que no cumplen con los lineamientos oficiales.

El alcalde inició la campaña con la declaración de que “si en 15 días ninguno nos contagiamos, los casos se van reducir drásticamente”. Fue lanzada el lunes 3 de agosto y luego reanudada en otro par de ocasiones.

Desde esa fecha, Culiacán ha tenido 2 mil 951 nuevos contagios distribuidos en mil 355 durante agosto, mil 126 en septiembre y 470 en la primera mitad de octubre, es decir, poco más del 42 por ciento de los contagios en Sinaloa durante ese lapso han ocurrido en la capital.

En comparación con el resto de los municipios, prácticamente todos se manejan por debajo de los 10 casos activos, excepto Navolato con 12, Guasave con 45, Mazatlán con 77 y Ahome con 93 al cierre de esta edición. El que resalta con el color rojo en el mapa proveído por la Secretaría de Salud es Culiacán y así se ha mantenido desde hace siete meses aproximadamente.

Y mientras que en el estado se ha decretado la vuelta al semáforo amarillo gracias a medidas en la CONAGO, en Culiacán el color no importa. Las actividades se reanudaron, incluso fiestas en salones privados son permitidas otra vez, así como la actividad en casinos, incluso antes de dejar el color naranja.

Artículo publicado el 18 de octubre de 2020 en la edición 925 del semanario Ríodoce.

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