En Culiacán madrugan por un tanque de oxígeno y muchos se van sin conseguirlo

OXÍGENO. Recurso vital para los contagiados.

Primero las filas fueron por pasteles y pizzas para festejar a los niños. Después por pasteles para celebrar a las madres. Luego para comprar cerveza cuando se levantó la ley seca. Desde hace algunos días, son para conseguir un tanque de oxígeno.

El aumento en la demanda ha provocado escasez de cilindros. Las empresas que se dedican a la renta y venta tienen pocos disponibles.

A las instalaciones de Infra, uno de los mayores proveedores en Culiacán, personas con familiares enfermos de Covid-19 llegan desde las 3:00 de la mañana. Hay que sacar ficha, como en el Seguro, comenta una de las señoras que está en la cola.

Conforme van llegando van formando la fila, pegados a la pared, sobre la banqueta del bulevar Zapata. Todos guardan la sana distancia y traen cubrebocas.

Es el segundo día que Claudia viene a buscar un cilindro. La primera vez llegó a media mañana y ya no alcanzó. Hoy madrugó y pasadas las 3:00 de la madrugada ya estaba aquí y es la tercera en la fila. Es seguro que sí alcanzará.

El oxígeno lo quiere para su papá que se infectó de Covid-19 y hace tres días empezó a tener dificultades para respirar y el médico recetó oxígeno.

Cuando Claudia vino a rentar un tanque el primer día, pensó que solo llegaría a hacer el contrato, pagar y volvería a casa de su padre con el cilindro. Pero llegó a las 10:00 de la mañana. Ya era muy tarde para conseguir uno. En menos de cinco minutos se agotan los que están disponibles. Por eso, para alcanzar, hay que llegar en la madrugada.

Detrás de ella, llegó Amelia. Viene de Eldorado a buscar oxígeno para su hermano. Él no tiene Covid-19, padece otra enfermedad respiratoria pero está sufriendo con la pandemia por la dificultad para conseguir el oxígeno.

Para antes de las 7:00 de la mañana en la fila ya hay 28 personas que buscan rentar. Del otro lado, hay otras siete que traen los tanques vacíos para rellenarlos.

Entre las personas que vienen a rellenar está una joven de unos 30 años. Trae careta, cubrebocas y guantes de latex. Se ve angustiada. Su vehículo lo tiene estacionado a unos metros de la entrada y constantemente va y viene apresurada. A ratos parece hasta nerviosa. El oxígeno es para su mamá y le urge. Se le agotó desde anoche.

Uno de los hombres que espera dice que ellos tienen dos tanques para no andar como la muchacha y arriesgar a su mamá. En cuanto se agota uno, vienen y lo rellenan. Ahorita él está esperando para llenar uno y su mamá está usando el otro.

El portón se abre pocos minutos después de las 8:00 y sale un trabajador con una libreta en la mano. Las personas se acercan y se amontonan. Se olvidaron de la sana distancia.

El hombre empieza a anotar los nombres de quienes están en la cola. Los que estaban hasta atrás de la fila para rentar empiezan a reclamar que no están respetando el orden de llegada. Entonces les explican que las personas que ellos dicen se metieron, son las que van a rellenar y a ellos los anotan en otra lista diferente.

Cuando el trabajador de Infra termina de anotar vuelven a cerrar el portón. Y la fila se deshace, ya no es necesaria porque ya están anotados.

La cantidad de tanques que renta la empresa es variable. Como pueden ser 10 pueden ser 15 por día. Hay pocos, porque la mayoría están rentados y la disponibilidad diaria depende de los tanques que devuelvan las personas que ya no los necesitan.

La renta del tanque por un mes cuesta 5 mil pesos. Son mil pesos del oxígeno y 4 mil de depósito de garantía que la empresa devuelve cuando regresan el cilindro.

El portón se vuelve a abrir y nombran a las primeras personas de la lista para que pasen a las instalaciones. Todos llevan un comprobante de domicilio, una identificación y la receta.

Vuelven a cerrar el portón y pocos minutos después lo abren otra vez para recoger tanques de las personas que van a rellenar.

Quienes llevan tanques rentados en esa empresa tienen preferencia porque a ellos solo les cambian el vacío por uno lleno. Quienes traen su propio tanque o rentado en otro lugar, deben esperar porque los trabajadores tienen que revisar las condiciones del cilindro y luego rellenarlo.

Un joven con camisa floreada viene a rellenar. El oxígeno es para su papá. Además del tanque ellos tienen un concentrador de oxígeno y recomienda a un señor comprar uno.

El de ellos lo compraron en Guadalajara y costó 30 mil pesos. El aparato genera el oxígeno. Solo se conecta a la energía eléctrica y se agrega agua bidestilada.

Un tráiler con doble remolque y logotipo de la empresa está parado afuera y de repente el chofer lo enciende y empieza a maniobra para meterlo al patio de las instalaciones.

Aquí afuera comentan que traen más tanques porque hacen falta muchos, o esa es la esperanza que ellos tienen.

Cerca de las 10:00 de la mañana, Claudia sale con el tanque de oxígeno para su mamá, después de siete horas de espera y acudir dos días a buscar.

Otras personas continúan llegando a buscar tanques pero ya no hay. Los que se anotaron en la lista, solo esperan a que les hablen para pasar a hacer el contrato. Los que llegaron tarde tendrán que volver al día siguiente por la madrugada a esperar.

Artículo publicado el 19 de julio de 2020 en la edición 912 del semanario Ríodoce.

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