En México se capturan anualmente 40 mil toneladas de tiburón, producto del que se desconoce cómo se vende y dónde termina, pues estudios realizados por Oceana México, revelan que es consumido sin que la población esté enterada de que en realidad se trata de esta especie, por lo que se vuelve un foco rojo, toda vez que no existe un control que permita protegerlo.

En 2019 Oceana México realizó un análisis a especies ofrecidas en restaurantes, supermercados y pescaderías para identificar las coincidencias que existían entre lo que se ofrecía y el producto que entregaba.

A poco más de un año de aquél estudio que puso en evidencia el fraude del que es objeto el consumidor, Oceana México da a conocer que las especies de esa investigación están además en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Sobre todo rayas, tiburones y el tiburón martillo, especies en peligro, reveló Renata Terrazas, vicepresidenta de Oceana México, lo que llamó todavía más la atención de esta organización internacional.

El resultado obtenido de esas muestras recolectadas en Mazatlán, Ciudad de México y Cancún, no solo arrojó que en realidad a los consumidores se les está dando Gato por Liebre, nombre que se le asignó a este estudio, sino que se trata de especies en peligro.

“Cuando hicimos la primera investigación de Gato por Liebre, estaba muy enfocada a la sustitución y el engaño al consumidor, pero hubo un rato que nos resultó como un foco rojo, de todas las muestras que sacamos, poco más del 11 por ciento son especies que están dentro de la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, este organismo lo que hace es que verifica el estatus de las poblaciones tanto terrestres como marinos y emite recomendaciones a los países, sobre todo interviene mucho con el tema de comercio entre países, entonces hay una lista roja que tiene varias categorías: casi amenazada, amenazada, vulnerable o en peligro, y según los datos, lo que nosotros descubrimos es que más del 11 por ciento de nuestras 376 muestras, pertenecían a especies que estaban en la lista  estaban en la lista roja, sobre todo rayas y tiburones”, informó.

En el Día Internacional del Tiburón, Renata Terrazas expuso que uno de los propósitos que esas especies estén en la lista roja tiene, entre otros propósitos, que no se pueda comerciar o bien se regule el comercio de estas especies, la otra es que tendría que ser un incentivo para los países para que adopten medidas de protección un poco más fuertes.

En diciembre de 2019 Oceana México hizo otro estudio de bacalao mismo que arrojó que una de cada tres veces, lo que recibía el consumidor, era otra especie, siendo casi el 70 por ciento tiburón, detalló.

“identificamos que es el tiburón el que más fácilmente te venden como bacalao, pero ahí también encontramos especies igual en la lista roja, especies amenazadas como el tiburón zorro, el tiburón sedoso, el tiburón de puntas negras, encontramos un tiburón en peligro, que es el tiburón martillo”, describió.

Va Oceana México por una política de trazabilidad

Oceana México ha estado trabajando por la creación de una política de trazabilidad, “creemos que en este tema en particular, con una política de trazabilidad se podría identificar qué tiburón es el que se está pescando y a dónde está llegando porque hoy en día, lo que nos dimos cuenta es que mucha gente come tiburón sin saberlo, y lo otro es que metemos a una mismo bolsa a todos los tiburones”.

Hay más de 100 especies de tiburón y los que se encuentran en la Carta Nacional Pesquera son alrededor de 80, pero todo se mete en la misma bolsa, “y lo pescamos, lo vendemos y lo consumimos como si fueran lo mismo, cuando hay diferencias gigantes; hay tiburones que se reproducen rápido, se reproducen mucho, tienen una tasa de supervivencia alta y pueden recibir mejor la pesca, no son vulnerables a la pesca  ni a la contaminación”.

Pero también existen otras especies como el tiburón zorro, que es solitario y el tiburón martillo que ha sido altamente depredado, agregó, que están en una situación de mayor vulnerabilidad y que ameritarían tener políticas públicas que los protegieran de alguna forma.

El tiburón peregrino, tiburón blanco y tiburón ballena son las tres especies protegidas en pesca, sin embargo lo que amenaza a los tiburones no es solamente su captura.

“Consideramos que hay especies de tiburón que sí deberían recibir una mayor protección, que debería impulsarse la trazabilidad para que supiéramos qué tipo de tiburón es el que estamos pescando y consumiendo, pero también hay otras formas de proteger a los tiburones, necesitan hábitats donde puedan crecer y reproducirse sin ser molestados”, indicó.

La autoridad mexicana tiene la obligación de restaurar las pesquerías que están en declive, “y si tenemos tiburones, no solo en dejarlos de pescar, sino proteger sus hábitats y también, activamente tomar el control de restauración de esas especies”.

Otra de las amenazas que reciben especies como el tiburón ballena, son las embarcaciones, agregó, ya que al ser una especie que nada lento y en la superficie, tiene encuentros con embarcaciones y los matan, se han localizado especies con las aspas marcas en el cuerpo.

“La protección de los tiburones es mucho más que no pescarlos, porque hay especies que se pueden seguir pescando y son fuente de proteína para comunidades costeras muy importante, y la que tienen acceso, solo que hoy tenemos una bolsa de tiburones en la que entran 80 especies, estamos pescando alrededor de 40 mil toneladas al año, estas capturas no sabemos cómo se vende ni donde termina, hay mucho engaño, mucho tiburón que se hace pasar por otro pescado”.