“Estamos tratando de sobrevivir y no ‘tronar’, no creo que nadie esté viendo rentabilidad de aquí a que termine el año, creo que se va caer en mucha deuda, se empezarán a hacer presupuestos de gastos y de ventas para así alcanzar primero el punto de equilibrio”, aseveró Rodrigo Becerra.
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El dirigente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados (Canirac) en Mazatlán expuso que pensar que los dueños de los restaurantes ahorita están esperando entrar en rentabilidad o números azules pronto, “no hay esa percepción por ningún lado”.
A lo mejor esa es una buena meta, alcanzar el equilibrio para cierre de año, y pensar que 2021 se empiece a tener algo de rentabilidad, agregó al ser cuestionado cómo han manejado la crisis causada por la pandemia del Covid-19.
“En Mazatlán nunca cesó el servicio en mesa”, aseguró.
Apoyados por el alcalde Luis Guillermo Benítez Torres y defendidos por él mismo ante el gobierno del estado, los restauranteros de Mazatlán no han dejado de prestar servicio a los pocos comensales que salen a la calle, indicó.
Siempre se trabajó al 40 por ciento de aforo, agregó, y por un tiempo estuvo prohibida la venta de bebidas alcohólicas, pero nadie llegaba a ese 40 por ciento permitido.
La versatilidad a la que recurrieron con servicio a domicilio y ‘llame y recoja’ les permitió seguir abiertos a quienes ofrecen un tipo de comida que se presta para ello como tortas y sushis, pero para los de servicio completo no es práctico, “ellos sí dependían de las pocas mesitas que podían caerle y de esa manera hicieron su publicidad y tuvieron clientela cautiva que los visitaba, respetando ese 40 por ciento y de todos modos nunca hubo aglomeraciones”.
El representante de 100 restaurantes afiliados a la Canirac dijo con el servicio ‘llame y recoja’ logró sostener a los negocios para evitar caer en los despidos.
“El servicio a domicilio estaba funcionando en el 14 por ciento de los restaurantes agremiados, en los demás les servía de algo, pero no sustentaba sus nóminas y sus gastos fijos, seguían en pérdidas”.
“A muchos llegó a acabárseles el flujo, el último reporte era que del 20 por ciento de los agremiados ya estaban en quiebra total, el 50 por ciento estaban cerrados, otro 50 por ciento abierto y de ese 50 abierto, el 30 por ciento no sabía si iba a poder continuar abierto hasta que terminara la contingencia. La verdad se ha ido recrudeciendo la situación”, lamentó.
El gobierno puso sus reglas en las que se tenía que pagar sueldos completos, sin ninguna ayuda, los negocios se descapitalizaron y muchos no sobrevivieron, agregó.
Esta tendencia de quiebra de negocios parece que irá en incremento, consideró, “todo dependerá de la confianza que agarre la gente para salir a consumir”.
Comparó la situación por la que pasa Los Mochis, donde el alcalde prohibió la apertura de restaurantes y los números de contagios están por encima de Mazatlán, por lo que se considera que la asistencia a restaurantes no es determinante para que las personas contraigan el virus, sino las reuniones en casas particulares.
“El virus se está propagando fuera de establecimientos como casas o congregaciones de otra índole en vía pública; se evidencia que en Mazatlán estuvo todo este tiempo abierto con servicio en mesa no hemos sido un foco de infección”, dijo.
–-¿Qué hicieron ustedes en Mazatlán para no cerrar, a pesar de que a nivel nacional el semáforo está en rojo y todo este tiempo ha existido la indicación federal de no hacerlo?
–Hemos tenido buena comunicación con los dos gobiernos, el del estado y el Ayuntamiento, y platicando con el acalde de nuestra preocupación por el cierre y de que no somos un foco de infección, que somos ambientes controlados donde es más fácil controlar al público con todas las reglas que estamos poniendo en los restaurantes, a que ellos mismos hagan sus reuniones en casa y sus comidas en casa y tengan sus reuniones y se estén juntando; entonces el mismo alcalde dijo, ‘aquí en Mazatlán seguimos abiertos al 40 por ciento’ y por un momento hubo tensiones entre el gobierno estatal y el gobierno municipal, pero al final de cuentas el alcalde Benítez Torres nos defendió y logró que se nos diera el permiso de abrir al 40 por ciento y se puso el ejemplo para los demás alcaldes de Sinaloa y en muchos municipios se siguió el ejemplo; creo que el único que ha sido poco permisivo es el acalde de Ahome en Los Mochis.
Algunas de las nuevas disposiciones
No es solo el 40 por ciento de aforo sino atender alrededor de 94 medidas de prevención de contagio, dijo.
El cliente debe llegar al establecimiento con cubre bocas, se les ofrece antibacterial para las manos, y le es tomada la temperatura al llegar, si rebasa los 37.5 grados se le puede negar el ingreso, pasar por el tapete desinfectante de calzado, y usar el cubre bocas todo el tiempo hasta que llegue a su mesa, explicó.
Las mesas a 1.8 metros de distancia o intercalar su uso, una ocupada y la otra no con la leyenda de que esa mesa está clausurada para su uso para mantener la sana distancia.
Otra medida es que no haya menús físicos, centros de mesa, saleros, salseros, salsas y servilleteros, y a cambio, que todos esos elementos le sean llevados al cliente con los alimentos y retirados en su totalidad al terminar el servicio y desinfectar completamente la mesa una vez que se haya desocupado.
Artículo publicado el 21 de junio de 2020 en la edición 908 del semanario Ríodoce.