¿Qué cocina Jesús Vizcarra Calderón?

Jesús Vizcarra

Después de perder la gubernatura en 2010 contra Mario López Valdez, Guadalupe de Jesús Vizcarra Calderón solo estuvo quieto los primeros años. Muy duro el golpe para un hombre que creía merecerlo todo, se alejó de sus colaboradores políticos, se metió de lleno a sus negocios y dejó entrever que su carrera política había concluido. Por lo menos así lo pensaron muchos.

Pero a Vizcarra lo enamoraron la política y el poder, y una vez asimilado el trancazo ha venido metiéndose como la humedad —lenta y silenciosamente— en procesos políticos de algunos estados y en escenarios nacionales.

De sus primeras apariciones luego de aquel fracaso, fue cuando el entonces presidente de la república, Enrique Peña Nieto, lo condecoró como empresario ganadero, en Mazatlán. Luego vendrían “cebollazos” a su trayectoria empresarial, elogios y señales públicas de afecto del Presidente y de su entonces esposa, Angélica Rivera. Lugares privilegiados en eventos del ex presidente…

Recientemente, Jesús Vizcarra se dio a conocer como uno de los “amigos” que apoyaron la campaña de Jaime Bonilla, otro poderoso empresario que quiso quedarse cuatro años más en el poder mediante una machincuepa que la Suprema Corte de Justicia de la Nación no dejó pasar.

En enero de 2019, apenas Andrés Manuel López Obrador se acomodaba en la Presidencia, vino a Sinaloa y, entre otras cosas, se reunió con Vizcarra, hecho que desató las especulaciones, como es normal cuando se habla del empresario ganadero, que suele llamar la atención hasta por sus silencios.

Jesús Vizcarra tiene ahora tres agendas; una debe ser la familiar, otra tiene que ver con sus negocios, que no han dejado de crecer al 20 por ciento anual en sus ventas desde hace lustros; la tercera está íntimamente ligada a la política y a sus aspiraciones. Él podrá ser el hombre más exitoso del mundo en los negocios y podrá tener todo el dinero que quiera, pero el poder es otra cosa.

Vizcarra, cuando se encuentra en Culiacán, despacha desde el Corporativo de SuKarne en La Primavera, y saca todos los pendientes relacionados con la empresa, cosa que le lleva más de la mañana. Mientras, siempre hay en la antesala gente que espera turno, inamovible, como si fuera a comprar cerveza. Políticos locales, estatales, del centro, norte y sur del estado, la mayoría priistas, acuden a tomar acuerdos con el empresario. Gente del PRI nacional o venida de otros estados. Uno de los infaltables es Jesús Valdés, dirigente del PRI, que no ha dejado de trabajar la estructura, lo cual se demostró en la pasada elección de síndicos.

¿Qué cocina Jesús Vizcarra? Imposible no pensar que pretende la gubernatura. Ha crecido mucho como empresario. La sombra del narco que lo acompañó sobre todo durante la campaña de 2010 —su parentesco con el legendario Inés Calderón y su compadrazgo con Ismael Zambada—, se ha ido difuminando con el tiempo, y los mismos presidentes de la república han contribuido a ello, incluyendo el actual.

Todo estaría a su favor para obtener la candidatura si quisiera, pues el Gran Tlatoani ahora decidirá por Morena, no por el PRI, y en este partido los aspirantes quedaron en su gran mayoría sepultados en las elecciones de 2018 por el llamado tsunami. No solo el PRI no tiene cuadros de buena estatura –por más que los encuesten- tampoco el gobernador, quien llevaría mano en la designación del candidato.

Los aspirantes priistas jugarían en el proceso interno, nadie lo duda, pero ante una sombra como la de Vizcarra, todos o casi todos mejor se replegarían y tratarían de sacarle algún provecho, como siempre se ha estilado en este tipo de justas.

Otro componente en cualquier escenario para el 2021 será sin duda el Partido Sinaloense, particularmente Héctor Cuen, quien sigue trabajando su estructura aunque también fue vapuleado en las elecciones de 2018. Muy amigo de Jesús Vizcarra, sería uno de los protagonistas centrales de una probable coalición opositora a Morena.

Y esa es la cuestión ahora, que Morena aparece punteando en las encuestas que se han hecho, con el senador Rubén Rocha a la cabeza. Separados, sería muy difícil que cualquiera de los partidos de oposición lograra imponerse. Pero un candidato como Vizcarra en coalición con otros partidos cambiaría las expectativas y por tanto un probable resultado.

Bola y cadena

LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SINALOA nunca ha estado afuera de los procesos electorales; hace muchos años estuvo alineada a la izquierda, luego la metieron a chaleco al PRI y desde que se fundó el PAS es un ariete de este partido, orgánicamente inseparables hasta ahora. ¿Les dice algo que desde hace un año Vizcarra fuera nombrado presidente del Consejo de Vinculación de la casa rosalina?

Sentido contrario

HAY UN ELEMENTO QUE JUGARÍA su parte en una eventual contienda entre Jesús Vizcarra y Rubén Rocha Moya, y es que son muy amigos. Y entonces no habría que esperar las guerras de lodo que se dieron en el pasado. Esta condición abriría, ahora sí, la posibilidad de una contienda de partidos, de personalidades, pero también de proyectos. Y eso sería muy interesante.

Humo negro

¿CÓMO SERÍAN LAS ELECCIONES dentro de un año en medio de lo que nos está ocurriendo con la pandemia? No es posible preverlo. Ya no es posible hacer planes ni a mediano plazo porque desconocemos cuál será el curso de esta crisis sanitaria. De ese tamaño la incertidumbre.

Columna publicada el 31 de mayo de 2020 en la edición 905 del semanario Ríodoce.

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