Solo diez días estuvo libre Rodrigo Aréchiga Gamboa, el Chino Ántrax.
El gobierno de Estados Unidos reportó que no estaba en el domicilio donde purgaría una condena de libertad condicional por cinco años. No sabían de él desde el miércoles 6 de mayo, aunque el reporte se generó hasta dos días después por los agentes que lo supervisaban, Marc W. Ryan y Kimberly A. Pelot.
Apenas diez días después aparece asesinado en Culiacán, Sinaloa, así lo confirman fuentes de Ríodoce. Oficialmente la Fiscalía de Sinaloa no emite ninguna confirmación, esperan que peritos federales intervengan en los análisis.
Aréchiga Gamboa no volvía a su tierra de origen desde diciembre de 2013, hace seis años y medio, cuando fue capturado en Amsterdam, Holanda, por una ficha roja de la Interpol. El gobierno de Estados Unidos lo reclamaba, y logró su extradición en junio de 2014 para que enfrentara un juicio.
Según lo que se sabe hasta el momento, Rodrigo Aréchiga estaba en un domicilio de la colonia Guadalupe Victoria, al oriente de la ciudad, donde antes de su captura se consideraba un territorio de la célula delictiva que encabezaba. Ahí llegó un grupo armado y a fuego abierto lograron capturarlo junto a dos personas más, una de ellas su hermana Jimena y Juan N –hermano del fallecido diputado de Morena, Ocadio García y cuñado del Chino.
Horas después aparecerían asesinados dentro de una camioneta BMW X5, propiedad de la hermana del Chino Ántrax. Los cuerpos se trasladaron al Servicio Médico Forense y corría el rumor de que uno de los cuerpos podría ser Rodrigo Aréchiga. La versión tomó fuerza cuando la Guardia Nacional y el Ejército colocaron una fuerte custodia en el Semefo.
Mayo 2015
Hace cinco años, justamente, Rodrigo Aréchiga alcanzaba un acuerdo con la justicia de Estados Unidos. Se declaraba culpable y le disminuían la condena.
Como parte del acuerdo 13-CR-4517-DMS, hecho con fiscales del Departamento de Justicia de Estados Unidos (USDOJ), Aréchiga Gamboa accedió ceder un millón de dólares en bienes inmuebles o efectivo, además de cooperar con el gobierno de Estados Unidos para que identifiquen las rutas para el trasiego de droga del Cártel de Sinaloa, y carearse con otros integrantes de alto rango que aún están prófugos, entre ellos Ismael el Mayo Zambada.
Ríodoce publicó parte del expediente hace cinco años:
“El acusado, Aréchiga Gamboa, admite que él, junto con otros miembros del cártel, se encargaban de trasladar grandes cantidades de cocaína y mariguana”, dice el documento, aunque no precisa la relación que Aréchiga Gamboa tenía con el Mayo Zambada ni con ninguno de sus hijos, ni tampoco cómo creo el grupo armado los Ántrax. En su testimonio Aréchiga Gamboa reconoce que el Cártel de Sinaloa se vale de la violencia para atacar y ejecutar a grupos delictivos rivales que puedan poner en riesgo los negocios lícitos e ilícitos de la organización.
Del lujo buchón a delator
En los años previos a su captura, Rodrigo Aréchiga era famoso en las redes sociales del momento, especialmente Twitter y Metroflog. Ahí exhibía lujosos autos, relojes, ropa y armas.
Borraba su rostro, pero se fotografiaba en yates con chicas en bikini, en mansiones inmensas, en eventos deportivos en Las Vegas y en sitios emblemáticos del mundo. Al lado de caballos o coches. Su emblema era un anillo plateado en forma de calavera.
Incluso, se daban por buenas fotos donde aparece con la socialité Paris Hilton, o Los Tucanes de Tijuana.
Aceleradamente, las cuentas de las redes sociales atribuidas al Chino Ántrax ganaban seguidores y se volvían virales en medios tradicionales. Hasta eran motivo de análisis académicos sobre el impacto entre los jóvenes, la ostentación de un muchacho que apenas unos años atrás salió de los barrios pobres de Culiacán, Sinaloa.
Regresar a morir
Rodrigo Aréchiga confesaría en Estados Unidos que se encargaba de traficar drogas por su cuenta. Y que había pasado de formar parte de las células armadas de la Organización Sinaloa a un rango superior.
Después de pasar seis años y cuatro meses y medio en distintas cárceles, de llegar a un acuerdo con la justicia de Estados Unidos, de obtener una reducción importante en su condena, y de alcanzar una libertad condicional, el Chino Antráx regresa a Culiacán y es asesinado junto a su hermana y cuñado.