Coronavirus y el oportunismo, político y criminal

sergio torres

Son imágenes infames. Priistas, pasistas, funcionarios municipales y estatales, gobernantes, diputados, aspirantes, narcos…cárteles de la droga. Tan grande es la tragedia que se creen justificadas. El viejo estilo priista que parecía cosa del pasado, ahora retomado por partidos que se ostentan alternativos, como el PAS. Una bolsa con frijol, arroz, azúcar, sal, pastas, una lata de sardinas, un frasco de cloro y una ración de jabón en polvo, un paquete de Maseca… Una casa con techo de lámina, un portillo miserable y una anciana en sus huesos. La foto perfecta, la sonrisa perfecta del que la lleva y luego manda subir al Facebook. Que todo el mundo se entere. Nosotros estamos con los más desprotegidos, que nos miren. Ya llegarán las elecciones.

Eso se llama traficar con la miseria de la gente. Y ahora con el dolor y la tragedia que apenas empezamos a percibir y a documentar, a creer.

Más allá de los números que todos los días nos presentan y que nunca reflejarán la realidad –porque su función muchas de las veces es ocultarla–, la vida cotidiana se ha trastocado de raíz. Y parece que no nos damos cuenta y seguramente muchos no alcanzamos a dimensionar en qué medida esta vida se acabó por los meses y tal vez por los años que siguen. Se están perdiendo empleos dramáticamente y por lo tanto se desplomará el consumo; se están cerrando empresas pequeñas y grandes, a muchos gobiernos se les están acabando las reservas y terminarán endeudándose quiéranlo o no… pero los partidos siguen actuando en el marco de su normalidad. Incluso transgrediendo las normas decretadas por causa de la contingencia e ignorando las recomendaciones, pues en muchos casos realizan actos masivos para entregar sus dádivas.

Si lo hacen los cárteles de la droga, como también se ha estado registrando en zonas de control del Cártel Jalisco Nueva Generación, pues allá ellos y los que reciben agradecidos las cajas con su respectivo logotipo. Hasta ahora no se ha detenido a nadie por esa razón, aunque el cártel es reconocido oficialmente como una organización criminal, incluidas todas sus acciones, por “altruistas” que éstas sean.

También se han divulgado –ellos mismos tienen sus áreas de relaciones públicas—testimonios de entrega de cajas con imágenes de Joaquín Guzmán, presumiblemente atribuidas a una de sus hijas, Alejandrina Guzmán Salazar, dueña de la marca comercial “El Chapo 701”.

Trato de encontrar las diferencias entre unos actos y otros, pero sin éxito; en el fondo el propósito es el mismo: ganar pueblo. Unos para proyectarse electoralmente y otros para crear base social de apoyo con fines criminales o para lavarse la cara pública. Los Chapitos entregaron colchones en una de las últimas inundaciones en varias zonas de Sinaloa. El Cholo Iván –detenido junto con el Chapo en enero de 2016—, aun desde prisión, sigue entregando juguetes cada Navidad en la que era su zona de influencia. Lo copiaron de Pablo Escobar, el legendario capo colombiano capaz de tumbar un avión en 1989 –con 107 pasajeros a bordo—con el propósito de asesinar a un candidato presidencial que le estorbaba. También él regalaba juguetes y le daba dinero a la gente pobre. Pero no dejaba de ser Pablo Escobar.

¿Cuánto tiempo harán esto unos y otros? ¿Piensan que es coyuntural? Pues les están fallando los cálculos; la pandemia se extenderá muchos meses y no estamos seguros si durará años, tal vez, ya no en su fase más crítica, pero el virus presente en nuestras vidas como una amenaza cotidiana. Y es tan grave el problema, que actos como los que hemos estado viendo de actores políticos o criminales se vuelven más miserables.

Pero esto refleja otro problema: ausencia del Estado. El gobierno federal –y no es privativo del gobierno mexicano porque ha estado ocurriendo lo mismo en otros países—se ha visto muy lento al tomar las medidas que requiere una urgencia como la que vivimos. Y eso deja vacíos. Y los vacíos se llenan de algún modo.

Bola y cadena

HAY OTRA FORMA DE OPORTUNISMO político y ésta se ha manifestado en acciones de los gobernadores del PAN, que no desperdician nada con tal de “golpear” al gobierno federal y a la figura presidencial en medio de la crisis. Regresar el material médico que se les envió a través de Insabi porque era de mala calidad, llevó una carga política evidente. ¿Y ellos? ¿Qué habían hecho para estar preparados? ¿En qué condiciones están sus hospitales y su personal médico? ¿O van a esperar, como en el caso de la violencia, a que el gobierno federal les resuelva el problema mientras ellos se esconden con el pretexto del “quédate en casa”?

Sentido contrario

SE HA CRITICADO MUCHO AL GOBIERNO FEDERAL porque no se preparó para la emergencia, porque vendió cubre bocas a China y ahora los estamos comprando a precios más elevados. Pero en Sinaloa nos pasó algo similar; hasta que el gobierno vio que la pandemia nos azotaba, pensó en comprar material médico e insumos para atacar al virus… pero ya no se podían conseguir por ningún lado. Y si se logra, será a precios de especulación.

Humo negro

¿QUÉ VA A PASAR CON NUESTRA VIDA SOCIAL y cuál será el costo para aquellas empresas y sus empleados que de allí obtenían ingresos? Qué va a pasar con los bares, por ejemplo. Y con los restaurantes y cafés que en ciudades como Culiacán habían surgido exitosamente como hongos. Porque podrán levantarles la veda, pero esto será cuando los números de la pandemia empiecen a bajar. Y ya para entonces, ahora sí, habremos comprendido su devastador alcance. Y nos gobernará el miedo.

Columna publicada el 19 de abril de 2020 en la edición 899 del semanario Ríodoce.

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