Mujeres: la sociedad hasta la madre

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Aunque haya voces que nieguen el incremento de feminicidios en México en los últimos meses, allí están los datos, ofrecidos por cierto, por el propio gobierno de Andrés Manuel López Obrador: a nivel nacional, en 2019 se registraron un total de 1 mil 10 feminicidios, en comparación con los 913 que se registraron en 2018. Y si nos vamos hacia atrás, la cifra se va reduciendo. Hay un incremento, eso es obvio. Quien lo niegue, miente.

El problema ahora es qué hacer, cómo atajar esta tendencia, cómo reducir los índices de impunidad en este delito, que no dista mucho de los niveles que presentan, en general, los delitos en México. No por ello hay que meter este delito en el mismo costal. Tiene, el feminicidio, orígenes distintos, perfiles criminales diferentes y, por lo tanto, merece otro enfoque en su prevención y persecución.

El gobierno federal ha tardado en reaccionar ante el problema y más bien se ha visto a la defensiva ante la beligerancia de un sector de mujeres que se han hecho ver y escuchar con formas nada convencionales. Hay hartazgo en ellas y se justifica. La UNAM tardó costosamente en adoptar medidas contra el acoso a las mujeres que eran necesarias desde hace años y las universidades públicas del interior del país han andado el mismo camino de sordera y, en muchos casos, de complicidad con quienes desde una posición de poder —muchas veces maestros—agreden a las jóvenes.

La semana pasada vimos expresiones de ese hartazgo en algunas escuelas de la UAS y de la UAdeO. Y aunque las instituciones han fijado su postura ante las demandas de que cese el acoso a las estudiantes, lo cierto es que, históricamente, este tipo de agresiones no solo se ha permitido, sino que se ha solapado. En la UAdeO, por cierto, hemos recogido testimonios en el sentido de que, ante denuncias, a las alumnas se les pide que mejor se callen porque los maestros tienen la protección del sindicato. El colmo.

A nivel nacional no solo es el acoso verbal, sino la agresión física, llegando al asesinato de mujeres y niñas. Los casos que hemos conocido en los últimos meses son de terror. Y no vemos a un gobierno que sea sensible ante los reclamos de justicia. Por el contrario, la reacción del mismo presidente de la república lo que nos dice es que no ha dimensionado realmente el problema y que ni siquiera lo comprende. Allí está el glosario de mandamientos expuestos en una de sus mañaneras, como una forma de evadir el problema.

Fue un error muy grave el de AMLO porque quiso minimizar el problema cuando éste se estaba desbordando ya. En cosa de horas, la imaginativa de las mujeres produjo una de las propuestas más radicales y novedosas que haya habido hasta ahora: llamar a un paro nacional el 9 de marzo, con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se festeja el 8. Bajo la consigna #UnDiaSinNosotras, están haciendo un llamado a no salir de casa, no trabajar, no comprar, no enviar niñas a la escuela… Y es tal la acogida que están teniendo, que periodistas, empresarios y funcionarios públicos se están sumando a esta forma de protestar.

Si ocurre el paro —como todo indica que será—, el país perderá decenas de miles de millones de pesos. Y es verdad que en un país con cero crecimiento un movimiento de este tipo socava aún más la economía; pero también es verdad que quien ha llevado las protestas de las mujeres a este nivel ha sido el propio gobierno con su miopía y su soberbia. Con el paro anunciado, la lucha social habrá dado al poder gubernamental un golpe sólido a la insensibilidad con que seguido se tratan los asuntos públicos, a pesar del drama que viven algunos sectores.

Y aquí ya no se trata de juzgar un gobierno de izquierda o de derecha; es el poder el que está enfrente y contra el poder va el repudio de las mujeres.

Y algo que puede quedarle claro al gobierno con este movimiento es que no se trata solo de las mujeres; los focos están dirigidos a ellas ahora y qué bueno; la impunidad es un problema que abarca a toda a los sociedad y a todos los sectores. Por ello mismo el movimiento feminista está recibiendo tanto apoyo.

 

Bola y cadena

LA QUE SE ENREDÓ FUE LA ESPOSA del Presidente —no es la primera vez que le ocurre— , Beatriz Gutiérrez, pues primero se había sumado al llamado para realizar un paro de las mujeres el 9 de marzo y horas después dijo totalmente lo contrario, publicando una imagen con los hashtag #UnDíaMásConNosotras y #NoalParonacional.

 

Sentido contrario

EL 27 PRÓXIMO INICIA EL JUICIO en contra de los imputados del crimen de nuestro compañero Javier Valdez Cárdenas, asesinado el 15 de mayo de 2017. Los acusados del crimen, a través de sus abogados defensores, solicitaron el juicio abreviado; reconocerían el crimen pero saldrían libres en pocos años. No se aceptó. Se les propuso que solo si señalaban también al autor intelectual lograrían beneficios. Pero tienen miedo. O al menos eso dijeron. Esperaríamos, aunque no hubo acuerdo, que el juez tome en cuenta esto.

Humo negro

LA SEMANA PASADA SE LLEVÓ A CABO la Reunión Binacional de Planeación y Seguridad Fronteriza, donde estuvieron el secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo y el embajador de Estados Unidos, Christopher Landau. Circuló un video truqueado donde aparentemente lo está regañando y, aunque es duro, no fue así. La regañada ya se la había dado en privado. Por cierto, uno no es mal pensado pero, horas después, extraditaron al Menchito.

Columna publicada el 23 de febrero de 2019 en la edición 891 del semanario Ríodoce.

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