No sorprendió a nadie que fiscales federales de los estados Unidos estén pidiendo una reducción de la condena para Dámaso López Núñez, a partir de que éste declaró en la corte de Brooklyn en contra de Joaquín Guzmán Loera. Lo mismo harán con Reynaldo Zambada García y casi todos los que, estando bajo proceso, hicieron lo mismo desde el banquillo que el Chapo tuvo enfrente durante las 11 semanas que duró el juicio y que lo señalaron, con pelos y señales, como líder de una organización criminal.
No será necesario cambiar nada con respecto a Vicente Zambada Niebla, porque éste ya coronó su colaboración con los gringos, con lo cual obtuvo una irrisoria condena que lo pondrá en libertad en tres o cuatro años.
Lea: Dámaso acusa y se defiende sobre asesinato de Javier Valdez https://bit.ly/38kPpqQ
Dámaso había recibido una condena de cadena perpetua en noviembre de 2018, en una corte federal de Virginia, pero fue utilizado por las autoridades norteamericanas en el llamado juicio del siglo para terminar de hundir a Guzmán Loera. Ahora tendrá oportunidad de salir, aunque sea viejo, pero salir… o tal vez conseguir que lo ubiquen en alguna ciudad recóndita con otro nombre y un brazalete en los pies para tenerlo localizado. Podrá ir al fut y al beis y a pescar truchas con mosca. Eso no lo sabemos, pero los norteamericanos pagan bien los favores.
El otro que la está haciendo de “sapo” —en realidad está resultando que el Cártel de Sinaloa podría también ser llamado el “Cártel de los Sapos”, como llamó el caleño Andrés López López al Cártel del Norte del Valle, que surgió en Colombia luego de las crisis del Cártel de Medellín y el de Cali— es su hijo Dámaso López Serrano. Ya en agosto de 2018 tuvo que ser cambiado de prisión —de una prisión neoyorquina donde se encontraba a otra de Oklahoma—, debido a que sus testimonios terminaron de hundir a Jesús Raúl Beltrán León, Chuy Raúl, a quien sentenciaron a 28 años de prisión. Beltrán León fue juzgado como socio de Joaquín Guzmán Loera. Luego, al Mini Lic hace unas semanas lo volvieron a cambiar de penal, ahora ubicado en el Metropolitan Correctional Center, de San Diego.
Los cambios de prisión se han hecho porque las autoridades carcelarias descubrieron un operativo de los aliados de Guzmán Loera en esa cárcel, para darle una golpiza al hijo de Dámaso por sus declaraciones contra Chuy Raúl. El Mini Lic, hay que recordar, se entregó a la justicia norteamericana porque los hijos del Chapo lo andaban buscando para asesinarlo. Se fue a Mexicali y hasta allá los Chapitos estaban enviando pistoleros y logística para “cazarlo”. Por eso se entregó a las autoridades migratorias en Calexico, que luego lo pusieron en manos de la DEA. Cien hombres estaban enviando, armas, camionetas…
Se suponía que el Mini Lic tenía anillos de seguridad y por eso se esperaban combates sangrientos. Pero no fue así, en realidad estaba casi solo. Se entregó y la operación se desactivó parcialmente. Varios de sus pistoleros fueron asesinados en esa región, entre ellos Luis Idelfonso Sánchez Romero, —uno de los sicarios que presuntamente dieron muerte a nuestro compañero Javier Valdez— encontrado muerto y quemado adentro de un auto en San Luis Río Colorado, en septiembre de 2017, cuando su patrón ya se había entregado.
También murió asesinado por esos días otro operador de los Dámaso, apodado el Tío Pelón, aunque de él no se sepa tanto de los pormenores de su muerte. Y en Mexicali, Juan Francisco Picos Barrueta, el Quillo, cayó en un operativo de la Armada de México con un lote de armas, acusado después del asesinato de Valdez y considerado líder de la célula que llevó a cabo el crimen.
El hijo de Dámaso López Núñez salvó sin duda el pellejo al entregarse. Una prueba de que los hijos de Guzmán Loera no se hubieran detenido, es que precisamente cuando Dámaso declaraba contra Joaquín Guzmán en la corte de Brooklyn, su hermano Adolfo fue asesinado en su casa en Costa Rica, un poblado cercano a Culiacán. Ya estaba alejado de los negocios de la drogas, se dedicaba a sembrar pero llevaba la sangre de los Dámaso. Y eso significó su fin.
Bola y cadena
UNA DE LAS COSAS QUE DÁMASO declaró en el llamado juicio del siglo es que los hijos del Chapo habían ordenado la muerte de Javier Valdez. Eso generó polémica pero no ha cambiado la hipótesis de la Feadle en el sentido de que todo apunta a que el crimen fue ordenado desde algún mando de los Dámaso. ¿Por qué? eso ya se demostrará, si fue el caso. Después de su aprehensión en Ciudad de México, mandos de esa organización no quedaban muchos. Y uno de ellos, indiscutible, era el hijo. No hay que olvidar, además, que Dámaso ya reconoció que la célula que mató a Javier era parte de su organización.
Sentido contrario
MUY CERTERO LO QUE DECLARA el secretario de Administración y Finanzas del gobierno estatal, Carlos Ortega, sobre el tema de las pensiones y el hoyo que le hacen a las finanzas públicas. Pero no es un tema nuevo; desde hace años se está planteando una reforma que signifique un ajuste del esquema. Pero como esto afectaría los ingresos de los trabajadores, nadie se anima a proponerlo en serio. Solo se declara. ¿Por qué no lo propone el gobernador? ¿O Morena en el Congreso? Por eso.
Humo negro
SE REACTIVARON LOS MEMES, ahora por la intención anunciada del gobierno federal de rifar el avión presidencial. Qué bueno que no lo usen; que vergüenza que lo hayan adquirido; qué malo que no encuentren que hacer con esa mole de acero y estupidez. Una de las puntadas gráficas que se inventaron estos días es la que dice que qué chingón llegar al Guayabo en el avión presidencial. Ingenio no falta.
Columna publicada el 19 de enero de 2020 en la edición 886 del semanario Ríodoce.
