La mañana del viernes 30 de agosto Óscar “N” de apenas 9 años de edad no se presentó a la escuela, como todos los niños de Rosario. Las autoridades escolares y de Protección Civil lo protegieron ante los pronósticos de lluvias en el municipio, pero nadie lo protegió de la violencia.

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Durante las primeras horas del viernes, un grupo armado detonó sus armas desde un cerro en contra de su casa. Ese viernes Óscar no sólo se quedó sin clases, también se quedó sin padres.

El reporte oficial indica que dos personas resultaron muertas por disparos: un hombre del que no se dio a conocer la identidad, y una mujer identificada como Cinthia Janeth “N”, de 26 años de edad. Óscar “N” resultó lesionado y se le trasladó a bordo de una patrulla al Hospital Integral de Rosario y posteriormente, con el resguardo de Protección Civil Municipal, al Hospital General de Mazatlán.

Los responsables, según el reporte policial, son varios sujetos armados quienes desde la cerros empezaron a disparar a la vivienda donde se encontraba la familia.

Esta agresión es parte de los eventos violentos que han venido ocurriendo en la sierra rosarense, no en vano el magisterio ha decidido resguardarse en la cabecera municipal de Rosario desde que finalizó el ciclo escolar 2018-2019.

Manuel Osako, coordinador sindical del SNTE 53 declaró que en la secundaria estatal “General Lázaro Cárdenas” de La Rastra, no inició el ciclo escolar como en el resto de los planteles de Sinaloa, y ante la agresión sufrida por la familia en esa comunidad, tampoco lo hizo este lunes.

“No van a subir el día lunes, incluso anteriormente ya habían ocurrido otros hechos antes de salir de vacaciones, y los compañeros están resguardados aquí en Rosario, en las diferentes escuelas de aquí de la zona escolar”, dijo.

—¿Quiere decir que el ciclo escolar no ha iniciado ahí?

—No, no ha empezado en la escuela esa.

Al terminar el ciclo escolar, agregó, había entre 12 y 14 niños nada más, ya que bajaron muchas familias a resguardarse a las diferentes partes del municipio.

Son cinco maestros los que fueron reubicados por seguridad en Rosario, especificó, dos de ellas mujeres y tres hombres, mientras que la mayor parte de la población de alumnos del plantel son niños, pues las mujeres habían desertado.

“Nosotros tenemos ya una petición escrita por parte del sindicato ante la Secretaría, y estamos esperando una respuesta, porque también ante la falta de matrícula de niños, se cree que se va a hacer telesecundaria o Conafe, no sabemos cómo la vayan a manejar, porque igual también por la integridad física de los maestros tuvimos que bajarlos”, indicó.

Pero a ese oficio no se le ha dado respuesta, agregó, y los maestros están asignados a otras escuelas temporalmente porque todavía les aparece en su documentación la clave de ese plantel.

La agresión que sufrió la familia movilizó a los maestros, supervisores y a líderes sindicales para redactar otro escrito dirigido a la Secretaría de Educación Pública y Cultura (Sepyc), éste sería redactado por el director del plantel, con el acuerdo del supervisor escolar y el respaldo del Sindicato, dijo Manuel Osako.

“El escrito va a decir que hay mucha inseguridad y que las familias han venido bajando de la zona serrana y que se está quedando la escuela sin alumnado”.

Dijo que la presencia de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en las inmediaciones de La Rastra y otras corporaciones no han dado resultado para que la gente regrese.

Por su parte Alonso Salazar, Jefe de Supervisión Escolar, que tiene a su cargo cinco supervisiones, dijo que estaban a la espera de que el Sindicato y la Sepyc giraran instrucciones.

El secretario del Ayuntamiento, Maximiliano Mora Uribe, declaró que ante este hecho, el gobierno municipal está a disposición de otorgar apoyo asistencial a la familia, a la par que mantiene coordinación con las corporaciones estatal y federal, así como la Marina, el Ejército y la Guardia Nacional, ésta última con sede en Mazatlán.

Existe el antecedente de que en agosto de 2018 una situación similar se vivió en Concordia, donde las autoridades escolares locales reubicaron a los maestros en El Huajote y cabecera municipal para sacarlos del riesgo que corrían en poblados como El Cuatanal, Chirimoyos, Santa lucía, Guayanera, Chupaderos y La Guásima, las balaceras que cobraron vidas y el fuego cruzado en el que quedó una primaria y obligó a los profesores a proteger a los niños, son hechos de los que ya tienen conocimiento las autoridades.

A un año, la situación y las condiciones para el sector educativo no ha variado, siguen resguardándose por seguridad.

Artículo publicado el 1 de septiembre de 2019 en la edición 866 del semanario Ríodoce.