Los programas de la Secretaría de Bienestar que operan en Sinaloa llegaron a su meta. Las vinculaciones o afiliaciones no continuarán sino hasta 2020 y únicamente seguirán con aquellos beneficiarios ya inscritos.

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Las becas Jóvenes Construyendo el Futuro, de las Personas Adultas Mayores, de Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad, entre otras, alcanzaron su límite. Los apoyos no se dispersarán para nuevos afiliados en lo que resta del año, confirmó el delegado José Jaime Montes Salas.

El único programa que no alcanzó su meta fue el programa para el Bienestar de Niños y Niñas, hijos de Madres trabajadoras (antes Estancias Infantiles de la desaparecida Sedesol), derivado de la controversia que existe a nivel nacional.

“Mira, los únicos que no hemos rebasado porque lógicamente si hubiéramos seguido el mismo parámetro de las niñas y niños de las madres trabajadoras, que son las estancias, pues también lo habríamos rebasado. Ahí lo que pasaba es que a nivel nacional se encontraron 111 mil niños fantasmas”.

Sin embargo, no es el único programa en Sinaloa que ha presentado irregularidades. En el caso de programa Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad, más que casos fuera de lugar, se han registrado discrecionalidades en la dispersión del apoyo.

Así fue en el caso de Carlos, quien la mañana del lunes 5 de agosto acudió a realizar el trámite. Su lado derecho está inmóvil y su voz no se escucha como él quisiera. Algo salió mal en su trámite y deja el asiento que ocupaba. Paso a paso, lentamente, se dirige a la salida.

Hace nueve años tuvo un accidente que lo dejó incapacitado para trabajar y sus pasos lo llevaron a las oficinas de afiliación para el programa de becas a minusválidos del gobierno federal. Ahí, la mujer burócrata le dijo que no puede afiliarse, que tal vez en enero de 2020.

Y Carlos suspira. Agarra aire para hablar, se esfuerza mucho en ello ya que sufre un nivel de parálisis que limita su vida cotidiana de forma considerable.

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“Me caí en Cosalá, no tenía Seguro. Duré dos años en silla de ruedas, el patrón que tenía no quiso apoyarme, ni en el seguro (agencia) ni nada y ya, ni número de teléfono, todo cambió”.

Carlos era soldador y una caída de 10 metros de altura lo dejó incapacitado, por lo que buscaba afiliarse al programa que apoya a niñas, niños y adolescentes y jóvenes de 0 a 29 años que tienen discapacidad permanente, y población indígena de 0 a 64 años. Pero tiene 42 años y no entra en ese rubro.

No puede trabajar y por ende generar ingresos propios es prácticamente imposible. Pagar su rehabilitación es de igual modo muy difícil. Cuando recién abrió sus puertas el Centro de Rehabilitación y Educación Especial (CREE), Carlos acudía de forma regular. Tenía que gastar 300 pesos a la semana como cuota de recuperación y a ese gasto sumar el del traslado. Por falta de recursos tuvo que dejarlo.

Vive en la colonia el Palmito, a unas calles de las vías del tren en las cercanías de la avenida Aztlán. Ahora acude a la unidad del DIF que se encuentra en su colonia y para ello tiene que caminar por espacio de media hora. Lento, a su propio paso, acude a su rehabilitación.

“Hago media hora en dar la vuelta a la manzana, fíjate nomás. Media hora es mucho, mucho. Despacito, despacito, este lado no lo siento, así (se golpea el lado derecho), la mitad del cuerpo está dormido”.

El único apoyo con el que cuenta proviene del Instituto Mexicano del Seguro Social y es de 2 mil 500 pesos mensuales. Ese dinero le ayuda para vivir con su madre, Yolanda, una mujer de 78 años inscrita al programa para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores.Dicho apoyo económico se entrega de manera directa y sin intermediarios mediante el uso de una tarjeta bancaria, sin embargo, Yolanda acusa retrasos en el pago. Le explicaron que aún no se libera. Primero le dijeron que en mayo recibiría dos bimestres retrasados, pero nada.

Yolanda quedó viuda. Vivía en el poblado Oso Viejo y al morir su esposo vino a la ciudad y fincó su residencia en el Palmito en una casa de otro de sus hijos, quien se fue a trabajar a Estados Unidos y le apoya de manera mensual con 2 mil pesos.

Pero entre ese apoyo y el del IMSS de Carlos no es suficiente. Suman apenas 5 mil pesos mensuales para mantener a una adulta mayor y a un hombre con capacidades diferentes y se pregunta por qué no alcanzó su hijo el apoyo de la Secretaría de Bienestar.

“Es que dicen que porque está joven, pero no puede trabajar, oye. Nomás nos dieron la ayuda del Sedesol, acá nos la dieron en el parque pero desde mayo no nos la dan, me dieron 2 mil 500 y dijeron que nos iban a pagar doble y no, no nos dieron nada, la gente renegando, que fuéramos a Sedesol a reclamar”.

Al respecto, el delegado federal José Jaime Montes Salas explica que entre los problemas que han tenido en la Secretaría de Bienestar en Sinaloa es en la dispersión de los pagos en efectivo cuando es a través de un auxiliar, cuando el beneficiario o derechohabiente no puede valerse por sí mismo.

“A veces no llevan identificación y dificultan un poco el pago y a veces queda pendiente el pago y el traslado de este pago cuesta porque a veces lo atiende Telecom, lo atiende la Guardia Nacional… gracias a Dios acá no ha habido casos como en Tlaxcala o Michoacán que han sido asaltados los compañeros en algunos lados, aquí hemos tenido coordinación, el señor gobernador se ha portado muy bien con todos los requerimientos del programa”.

Sin embargo, en esos estados el programa ha llegado incluso a cancelarse, no así en Sinaloa, en donde actualmente existen investigaciones sobre posibles casos de fraude, según revelaron fuentes de la Secretaría de Bienestar.

El caso de Raúl es también del programa de Bienestar de las Personas Adultas Mayores. Él se afilió este año al programa y un funcionario de nombre Ramiro realizó el trámite. Pasado un par de meses le llegó su tarjeta y acudió a un banco a retirar en ventanilla. Al bimestre siguiente, lo mismo y en el siguiente vino la anomalía.

Ahí en ventanilla le explicaron que esa tarjeta estaba a nombre de otra persona. Las ocasiones anteriores a Raúl no le requirieron identificación oficial en banco sino hasta su tercer visita, y fue entonces que le explicaron del error.

El mismo funcionario que lo inscribió trató de enmendar la falla. Le pidió a Raúl que regresara el dinero pero este ya se había gastado. Además, Raúl debió estar inscrito también y tener una tarjeta propia, cuyo paradero no le resolvieron.

La solución propuesta en una reunión privada en las oficinas de la Secretaría de Bienestar entre los adultos mayores afectados, fue que Raúl abonara de manera mensual la mitad del monto cobrado, con abonos de mil pesos y 550 el último mes, en enero.
Pero de su tarjeta no hubo respuesta, así como del dinero que a través de la misma debieron pagarle a él. Lo citaron el lunes 5 de agosto en la Secretaría de Bienestar donde lo esperaba Ramiro junto con un funcionario de nombre Alberto, quienes insistieron que el caso era entre particulares o privados, y debido a ello, la prensa no podía participar de la reunión.

Posterior al encuentro, Alberto señaló que ya todo estaba arreglado, pero no explicó el cómo lo arreglaron. Raúl salió de la Secretaría de Bienestar con una deuda adquirida y sin el apoyo para adultos mayores. Además, los funcionarios junto con el coordinador de Programas Integrales de Desarrollo en Culiacán Antonio Aguilar Gómez, le insistieron en que no comentara nada a la prensa.

Al respecto, el delegado Jaime Montes explicó que continúan con investigaciones abiertas para evitar casos de corrupción, sobre todo en Jóvenes Construyendo el Futuro, programa en el que Ríodoce documentó casos de presunto fraude por parte de la empresa Contigo Consultores.

Pero para el delegado Jaime Montes las adversidades son mínimas, son las normales y tienen que ver más en la dispersión de los apoyos que en la operación de los mismos.

“Nos encontramos con las adversidades normales de la dispersión porque son partes muy marginadas, pero fíjate que está habiendo cooperación de todos los presidentes municipales y los estamos acomodando junto con los servidores de la nación para que sean de la misma localidad donde se van a hacer las cosas para que conozcan a la gente, para que den informes y no gastar en traslados y estamos recuperando esos espacios para los jóvenes”.

En Sinaloa, esos programas superaron en un 300 por ciento la demanda. En el caso de Jóvenes Construyendo el futuro la meta era de 14 mil y alcanzaron hasta 17 mil vinculaciones mientras que en adultos mayores era de poco más de 5 mil y la cifra de apoyos alcanzó más de 15 mil.

En el estado, según cifras de la Secretaría de Bienestar, son 211 mil 2019 adultos mayores y 28 mil 358 personas con discapacidad.

Sin embargo, el programa continúa evidenciando deficiencias. Y al margen de estadísticas y números, Carlos, con sus 42 años, no encontró cabida en ninguno de los programas que la Secretaría de Bienestar ofrece. En ninguno de ellos cumple con el perfil.

Artículo publicado el 11 de agosto de 2019 en la edición 863 del semanario Ríodoce.