El gobernador Quirino Ordaz Coppel levanta su mano derecha en señal de saludo. Posa para las fotos y sonríe. Realiza el acto inaugural del programa de entrega de útiles y uniformes escolares, y junto a él, su esposa Rosy Fuentes y funcionarios de su gabinete.

El recorrido inicia en la papelería la Proveedora, casi a la mitad de la calle Ángel Flores entre la avenida Álvaro Obregón y la calle Domingo Rubí. La gente se remolina para hacer fila y canjear su cupón para descubrir la visita del gobernador.

Luego del primer punto atiende brevemente a medios locales. Responde únicamente por el programa que beneficiará a 506 mil niños en todo el estado del nivel básico. Sobre los otros temas, como el asesinato de cinco presuntos robacarros en Culiacán, nada.

Continúa su recorrido por la misma calle hasta el mercado Gustavo Garmendia. Recorre algunos puestos y gente de su gabinete se pregunta si ahí va a desayunar. Se va de largo. Sólo posa para las fotos junto a Rosy Fuentes.

Llega a la calle Domingo Rubí y se enfila hacia la tienda de ropa Alamoda, propiedad de los empresarios Ley donde ya lo esperan para el siguiente evento. En su camino, un sujeto de aspecto indigente yace sobre la banqueta, y al lado, el gobernador pasa de largo.

Ni una mirada, ahí no se detuvo para la foto. Tampoco sus demás funcionarios, todos se fueron de largo. No notaron al sujeto que portaba un chaleco reflector y a su lado un carrito de supermercado con lo que aparentemente son sus cosas recolectadas.

Metros adelante se detiene de nuevo, medios intentan otra vez la entrevista y responde mientras camina sobre temas de transparencia. Los contratos de obras adjudicadas no han sido subidos al sitio de transparencia de su gobierno y sobre eso le cuestionan.

La entrevista se interrumpe de golpe cuando le cuestionan sobre los homicidios de presuntos robacarros. “Ya di mi opinión de eso”, refiere y sigue su camino.

Luego continúa con su tour. Más fotos, más saludos. Por espacio de cinco cuadras estuvo deteniendo su paso para entrar a establecimientos que forman parte de los centros de canje del programa. Son 585 para uniformes y 300 para útiles escolares, todos entregados de forma gratuita.

En Alamoda lo espera Juan Manuel Ley Bastidas para un breve acto protocolario. Se toman la foto y listo. El gobernador tuvo tiempo hasta para subir a un camión urbano y lo presumió en sus redes sociales.

Atrás, por la Rubí, quedó el hombre tendido. A pesar de su posición y el chaleco fluorescente, no fue notado por la comitiva que marchó.