No pasó ni un día de que Joaquín Guzmán Loera dijera sus últimas palabras ante el juez Brian Cogan, cuando elementos del US Marshals lo sacaron de la prisión de Manhattan donde se encontraba recluido, para luego conducirlo hasta la azotea de un edificio donde un helicóptero ya lo esperaba para transportarlo a Florence, Colorado, donde inmediatamente fue recluido en la prisión Súpermax, considerada la más cruel de Estados Unidos.

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Todo se habría hecho en total sigilo, y durante las primeras horas ni la familia del capo, ni sus abogados sabían el paradero del narcotraficante, hasta que la Oficina Federal de Prisiones de Estados Unidos (USBOP), confirmó que el Chapo ya se encontraba en poder de ellos, y que habría sido recluido en una prisión de Florence.

“Es un hecho: Joaquín Guzmán ya se encuentra en nuestra custodia y pronto se darán a conocer más detalles al respecto”, explicaron voceros de esa dependencia, en un correo electrónico enviado a Ríodoce.

Este será el fin del narcotraficante sinaloense, a quien las autoridades culpan de traficar la mayor cantidad de droga hacia ese país, y es muy posible que tras esa última aparición en la corte, Guzmán Loera nunca más vaya a ser visto en público, excepto por celadores, abogados y personas con las que interactuará dentro del penal.

El otrora capo que llegó a inspirar corridos, películas, series de televisión y atrajo la atención de medios y estrellas de cine, quedará reducido a un espacio que apenas mide 7 pies de ancho por 12 pies de largo, donde se cree podría pasar el resto de su vida.

William Purpura dijo que el equipo legal del narcotraficante apelaría la sentencia, y lamentó que el traslado a una cárcel de máxima seguridad no se haya informado ni siquiera a los abogados, cuando es deber de las autoridades informar donde se encuentran su defendido.

“No fue justa ni la extradición, ni el juicio, y ni siquiera este traslado, que se hace en medio de un total hermetismo”, lamentó Purpura, aunque sugirió que el hermetismo podría deberse a una preocupación perenne de Estados Unidos debido a las fugas anteriores del capo.

De acuerdo a un video publicado por el diario New York Post, el Chapo fue trasladado desde un helipuerto ubicado en Wall Street, donde puede apreciarse cómo despega un helicóptero del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD), sin embargo ni la Policía de Nueva York, ni el USBOP confirmaron la hora ni si fue el mismo helicóptero que lo condujo hasta Florence, Colorado.

“Lo único que podemos decir es que ya está en poder del departamento de prisiones del país”, dijeron voceros del US Marshals en un escueto comunicado.
Gente de Culiacán y de algunas comunidades de la sierra, opinaron sin embargo que el narcotraficante oriundo de Badiraguato no tuvo una sentencia justa, pues Estados Unidos sólo lo quería castigar sin importar cómo.

“No sé mucho, pero yo leí que tuvo un juicio justo; la gente aquí lo quiere mucho porque dicen que ayuda a las familias necesitadas”, dijo una mujer que dijo llamarse Lupita Pérez, de 45 años, y entrevistada afuera de la capilla de Malverde, en Culiacán.

Familiares de Guzmán Loera, incluyendo hermanos y sobrinos, dijeron que no deseaban opinar más al respecto, pues todo había sido un espectáculo para que Estados Unidos demostrara su poderío.

Rosa Isela Guzmán, quien dice ser hija de Guzmán Loera, lamentó que su padre sufriera las injusticias por parte del gobierno de Estados Unidos, y dijo que esperaba que en la apelación fuera diferente.

“Pero parece que el gobierno quisiera hacer un espectáculo de todo esto, sin importarle pasar por los derechos de los acusados”, dijo Isela Guzmán, justo antes de romper en llanto ante el destino solitario de su padre.

Artículo publicado el 21 de julio de 2019 en la edición 860 del semanario Ríodoce.